Resumen y sinopsis de El problema final de Arturo Pérez-Reverte
Un crimen imposible. Un detective insospechado.
No se trata de un desafío entre el asesino y el detective, sino de un duelo de inteligencia entre el autor y el lector.
—Haría falta un policía —sugirió alguien—. Un detective.
—Tenemos uno —dijo Foxá. Todos siguieron la dirección de su mirada.
—Eso es ridículo —protesté—. ¿Se han vuelto locos?
—Usted fue Sherlock Holmes.
—Nadie fue Sherlock Holmes. Ese detective no existió jamás. Es una invención literaria.
—Que usted encarnó de manera admirable.
—Pero fue en el cine. Nada tuvo que ver con la vida real. Sólo soy un actor.
Me contemplaban esperanzados, y lo cierto es que yo mismo empezaba a entrar en situación, como si acabaran de encender los focos y oyese el suave rumor de una cámara rodando. Aun así decidí mantenerme silencioso, cruzados los dedos bajo el mentón. No había disfrutado tanto desde que rodé El perro de Baskerville.
Junio de 1960. Un temporal mantiene aisladas en la idílica isla de Utakos, frente a Corfú, a nueve personas alojadas en el pequeño hotel local. Nada hace presagiar lo que está a punto de ocurrir: Edith Mander, una discreta turista inglesa, aparece muerta en el pabellón de la playa. Lo que parece un suicidio revela indicios imperceptibles para cualquiera salvo para Hopalong Basil, un actor en decadencia que en otro tiempo encarnó en la pantalla al más célebre detective de todos los tiempos. Nadie como él, acostumbrado a aplicar en el cine las habilidades deductivas de Sherlock Holmes, puede desentrañar lo que de verdad esconde ese enigma clásico de habitación cerrada. En una isla de la que nadie puede salir y a la que nadie puede llegar, inevitablemente todos se acabarán convirtiendo en sospechosos en una fascinante novela-problema donde la literatura policial se mezcla de modo asombroso con la vida.
Más que un libro policiaco, es un ejercicio de erudición de cine policiaco. Demasiado. Pese a ello, el genio del autor se encuentra en esta obra.
A pesar de no ser un escritor que me atraiga, por lo mucho que se enrolla, debo reconocer que este libro de Pérez Reverte me ha entretenido. Aún así, ha habido párrafos que he leído rápido y sin prestarles mucha atención.
Como en todas las novelas del género, la historia pretende mantenerte en vilo durante toda la narración, pero en ningún momento lo consigue.
Pérez-Reverte se pierde constantemente en referencias a películas, actores y libros que hacen que la historia pierda interés casi desde el principio.
Me ha decepcionado mucho su lectura. No lo recomendaría.
No me ha gustado. Está bien escrito desde el punto de vista estilístico pero es repetitivo, se reconoce a Conan Doyle al principio, a Agatha Christie después... Me resulta una copia de ellos tanto en la trama como en la resolución. Para esto ya tengo el original.
Nunca me pareció un gran escritor, Arturo, pero me entretuvo a veces. Sus artículos tampoco son gloriosos, aunque entre tantos miles tiene una docena que son admirables. El libro que comento es lo peor que he leído de él. Ni siquiera entretiene, cosa que sabe hacer. Es reiterativo hasta la náusea, pedante hasta decir basta, su amigo Marías se sonrojaría de leer una historia plagada de nombres de actores y escritores con sus citas al ochenta por ciento y el veinte por ciento restante podría haberlo escrito mi hija de quince años con mayor oficio. ¿Tenía que alcanzar un número de páginas y fue metiendo estopa para sujetar el andamiaje de una novelita barata? Al menos Falcó literariamente es un truño, pero es irónico, tiene un punto cruel y divertido. Ha sido un tiempo de lectura perdido, dicen que no hay mal libro que no enseñe algo bueno. Este es la excepción. Lamentable. Le doy un uno porque le tengo cariño a la persona y al personaje que encarna a veces.