Esta copia de Fahrenheit 451 sólo se puede leer si la quemas
- El clásico de la ciencia ficción recibe una edición peculiar.
- ¿Te arriesgarías a acercar una llama?

Con el paso de los años, numerosos libros han ido calando en el acervo crítico y popular como verdaderos clásicos. Nadie sabe exactamente cuándo un libro se transforma en una gran obra merecedora de pasar al olimpo de los clásicos, pero todos saben que cuando aparece en una colección de ‘Los 100 libros indispensables de la literatura’ es que todo el mundo está de acuerdo. ¿Todo el mundo? ¡No! A veces libros clásicos han recibido una buena tunda por parte de autores reconocidos, que han descargado su furia crítica contra ellos.
Italo Calvino fue uno de los autores italianos más interesantes de todo el siglo XX. Inteligente, sarcástico y con una prosa exquisita, sus historias bordearon la realidad y la fantasía con una elegancia digna de elogio. Calvino, además, fue un editor profesional y un ensayista único. Sus artículos y cartas son una gran fuente de inspiración para todos los interesados en la creación literaria. Una de sus ideas más interesantes es la que diserta sobre la división de los escritores en dos tipos: los zorros y los erizos.
Patria se ha convertido a lo largo de los últimos meses en uno de los libros más vendidos y mejor valorados por el público lector, algo que el jurado del Premio Nacional de Narrativa ha refrendado este año, otorgando a Fernando Aramburu uno de los galardones más prestigiosos de los otorgados en España. Sin duda, tanto la calidad literaria como la voluntad política y social de la obra han sido fundamentales en esta decisión.
La inmortal es el título con el que Ricard Ruiz Garzón ganó el Premio Edebé de 2017, una historia juvenil en la que el autor catalán no siente reparos en plantear temas de actualidad, con una gran carga social, pero siempre desde una óptica dispuesta hacia la reflexión y con la idea de animar al pensamiento crítico de los más jóvenes. Además, La inmortal planta una historia en la que encontramos elementos clásicos de la novela juvenil, como es el crecimiento personal de la protagonista a través de un disimulado misterio y una trama que se inicia a través del ajedrez.
Año de tensiones políticas y económicas para Planeta, que ha premiado por fin, tras varios años en los mentideros culturales, al escritor Javier Sierra. Sin duda, la enorme fama del autor turolense es uno de los factores a tener en cuenta a la hora de recibir uno de los galardones mejor dotados del mundo literario. En la recámara queda una finalista, Cristina López Barrio, quien es conocida por obras como La casa de los amores imposibles.
Anne Rice se convirtió en una autora superventas gracias a las Crónicas Vampíricas, una serie de novelas de terror que lograron cambiar la percepción del mito del vampiro en la sociedad moderna, para bien y para mal. La adaptación de Entrevista con el vampiro supuso su salto a lo más alto de las listas de ventas y, desde entonces, su carrera ha dado algunos altibajos. En cualquier caso, no está de más atender a sus consejos para conseguir escribir una buena novela.
Mucha gente siente ciertos reparos a la hora de enfrentarse a un libro clásico, de los que parecen dominar las estanterías, encuadernados en cuero y de aspecto tan grueso como robusto. Piensan que no tienen tiempo de acometer esa tarea, que puede parecer hercúlea, si bien, en realidad, lo único que necesitan es que se lo pongan mucho más fácil. Ahí es donde entra una app de lo más interesante: Serial Reader.
Kazuo Ishiguro no es un autor especialmente prolífico. En ese sentido podríamos decir que en su trayectoria prima la calidad sobre la cantidad, y que los puntos comunes de su producción se basan más en su propio estilo y obsesiones que una supuesta pertenencia a un género o movimiento. Su ascendencia japonesa aparece en su manierismo y estética, que se une a la tradición narrativa inglesa, en la que encaja sin ningún problema. Pero hablemos de sus novelas más conocidas.
Muchos sólo conocerán al cardenal Mazarino por su aparición en la segunda parte de Los tres mosqueteros, Veinte años después, libro en el que aparece como sucesor del cardenal Richelieu como Primer Ministro de Francia. Más allá de lo literario, Mazarino fue una de las piezas fundamentales de la política europea del siglo XVII como dirigente de Francia bajo el mandato de la reina Ana.