Comentarios y opiniones de La muerte del monstruo come-piedra
titumarcoLa muerte del monstruo come-piedra7.5
"De pronto, encendidas todas las luces, quiero meterme esta ciudad en los bolsillos, para entregártela, dártela como legado imaginario.
Y me siento nido de palabras, de cosas vistas, de amargura, tristeza, sonrisa, llanto, gesto, grito y canción.
Y quiero contarte todas las historias. Inventaré las que desconozco. Revisaré los nidos, las cuevas, los caminos perdidos, para encontrarlas y contártelas, lentamente, para no dejar escapar en vuelo siluetas, aire, aromas ni colores."
Novela de carácter vivencial que repasa aspectos típicos de infancia y juventud, envueltos en el contexto de finales de los años 60 donde está de moda "Tengo tu amor" del grupo español Fórmula V, las repercusiones de la hazaña de la cosmonauta Valentina Tereshkova, el mayo francés, los boleros de Chucho Avellanet, La Quinta Dimensión, el éxito popular del tema "Que me coma el tigre" o la película "El graduado", las historietas de Charlie Brown, las luchas estudiantiles y las banderas de la "revolución soñada", y en el que una joven protagonista inconforme y rebelde, oriunda de Maracaibo, capital del estado Zulia, en el occidente de Venezuela, va narrando en tono confidencial su andar por la vida, en una primera etapa con su grupo de amigos: Ana, José, Ochoíta, el Gato, El Particular, Fernando, Marina, El Flaco, con quienes luego perderá contacto para entrar en una etapa de adultez en el que se aprecia un viraje emocional con un dejo melancólico, mezclado con la esperanza de un amor presente, de sueño evocador pero también con trazas de incertidumbre ante un futuro que se abre, bajo la lucha del día a día para salir adelante.
Una historia con dos partes muy diferenciadas, en la que los sueños juveniles, impregnados de espontaneidad e imaginación, dan paso a una realidad compleja que, sin embargo, no pierde su vena poética, envuelta en una forma muy personal de sentir y vivir las cosas, con una sensibilidad femenina muy presente y de contrastes propios de una época turbulenta y de ciertas expectativas sociales aún en ciernes, en diferentes ámbitos.
Obra que logra trascender lo meramente local, que evita el coloquialismo fácil, y con un ritmo envolvente y bien estructurado en sus saltos temporales. Uno de los grandes aportes de la narrativa venezolana del siglo veinte.
"De pronto, encendidas todas las luces, quiero meterme esta ciudad en los bolsillos, para entregártela, dártela como legado imaginario.
Y me siento nido de palabras, de cosas vistas, de amargura, tristeza, sonrisa, llanto, gesto, grito y canción.
Y quiero contarte todas las historias. Inventaré las que desconozco. Revisaré los nidos, las cuevas, los caminos perdidos, para encontrarlas y contártelas, lentamente, para no dejar escapar en vuelo siluetas, aire, aromas ni colores."
Novela de carácter vivencial que repasa aspectos típicos de infancia y juventud, envueltos en el contexto de finales de los años 60 donde está de moda "Tengo tu amor" del grupo español Fórmula V, las repercusiones de la hazaña de la cosmonauta Valentina Tereshkova, el mayo francés, los boleros de Chucho Avellanet, La Quinta Dimensión, el éxito popular del tema "Que me coma el tigre" o la película "El graduado", las historietas de Charlie Brown, las luchas estudiantiles y las banderas de la "revolución soñada", y en el que una joven protagonista inconforme y rebelde, oriunda de Maracaibo, capital del estado Zulia, en el occidente de Venezuela, va narrando en tono confidencial su andar por la vida, en una primera etapa con su grupo de amigos: Ana, José, Ochoíta, el Gato, El Particular, Fernando, Marina, El Flaco, con quienes luego perderá contacto para entrar en una etapa de adultez en el que se aprecia un viraje emocional con un dejo melancólico, mezclado con la esperanza de un amor presente, de sueño evocador pero también con trazas de incertidumbre ante un futuro que se abre, bajo la lucha del día a día para salir adelante.
Una historia con dos partes muy diferenciadas, en la que los sueños juveniles, impregnados de espontaneidad e imaginación, dan paso a una realidad compleja que, sin embargo, no pierde su vena poética, envuelta en una forma muy personal de sentir y vivir las cosas, con una sensibilidad femenina muy presente y de contrastes propios de una época turbulenta y de ciertas expectativas sociales aún en ciernes, en diferentes ámbitos.
Obra que logra trascender lo meramente local, que evita el coloquialismo fácil, y con un ritmo envolvente y bien estructurado en sus saltos temporales. Uno de los grandes aportes de la narrativa venezolana del siglo veinte.