Primer libro de Laura Antillano, de tono autobiográfico, que refleja un conjunto de vivencias de la infancia y la adolescencia, presentes y a la vez ya lejanas en el tiempo pasado, capturadas en una narración íntima e introspectiva, donde lo anecdótico de ciertos detalles abren paso a una nostalgia "dolorosa" de recordar: "Aquí estamos, ahora sin los juegos, sin el parque, sin la escuela, sin pretextos, sin escapatoria. Sin ese invento ilusorio que llamaron futuro. Estamos aquí".
La obra toca temas como la amistad, la imaginación de cosas como el cielo o el infierno, los días escolares, el mundo que se ve pasar desde una ventana, los tratos con generaciones precedentes como el de su abuela, o aspectos de la vida doméstica del hogar, narrados desde una óptica femenina que mezcla la sensibilidad, la fragmentación "rebuscada" de una realidad pasada, y cierto nivel de inconformidad o rebeldía propia de la inquieta juventud que atesora y moldea imágenes que buscan sustentar una identidad y un porqué, tanto de las cosas como del oficio de vivir.
Obra iniciática que representó un nuevo aire en la narrativa venezolana de mediados del siglo veinte.
Primer libro de Laura Antillano, de tono autobiográfico, que refleja un conjunto de vivencias de la infancia y la adolescencia, presentes y a la vez ya lejanas en el tiempo pasado, capturadas en una narración íntima e introspectiva, donde lo anecdótico de ciertos detalles abren paso a una nostalgia "dolorosa" de recordar: "Aquí estamos, ahora sin los juegos, sin el parque, sin la escuela, sin pretextos, sin escapatoria. Sin ese invento ilusorio que llamaron futuro. Estamos aquí".
La obra toca temas como la amistad, la imaginación de cosas como el cielo o el infierno, los días escolares, el mundo que se ve pasar desde una ventana, los tratos con generaciones precedentes como el de su abuela, o aspectos de la vida doméstica del hogar, narrados desde una óptica femenina que mezcla la sensibilidad, la fragmentación "rebuscada" de una realidad pasada, y cierto nivel de inconformidad o rebeldía propia de la inquieta juventud que atesora y moldea imágenes que buscan sustentar una identidad y un porqué, tanto de las cosas como del oficio de vivir.
Obra iniciática que representó un nuevo aire en la narrativa venezolana de mediados del siglo veinte.