Resumen y sinópsis de El enigma de la habitación 622 de Joël Dicker
Vuelve el «principito de la literatura negra contemporánea, el niño mimado de la industria literaria» (GQ), ahora también como protagonista: el nuevo thriller de Joël Dicker es su novela más personal.
Ganador del Premio Goncourt des Lycéens, del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, del Premio Lire, del Premio Qué Leer y del Premio San Clemente
Una noche de diciembre, un cadáver yace en el suelo de la habitación 622 del Palace de Verbier, un hotel de lujo en los Alpes suizos. La investigación policial no llegará nunca a término y el paso del tiempo hará que muchos olviden lo sucedido. Años más tarde, el escritor Joël Dicker llega a ese mismo hotel para recuperarse de una ruptura sentimental. No se imagina que terminará investigando el viejo crimen, y no lo hará solo: Scarlett, la bella huésped y aspirante a novelista de la habitación contigua, lo acompañará en la búsqueda mientras intenta aprender también las claves para escribir un buen libro.
¿Qué sucedió aquella noche en el Palace de Verbier? Es la gran pregunta de este thriller diabólico, construido con la precisión de un reloj suizo. Joël Dicker nos lleva finalmente a su país natal para narrarnos una investigación policial en la que se mezclan un triángulo amoroso, juegos de poder, traiciones y envidias en una Suiza no tan tranquila, donde la verdad es muy distinta a todo lo que hayamos imaginado.
Una enorme decepción después de haber leído "la verdad sobre el caso Harry Quebert" y "la desaparición de Stephanie Mailer". La traducción es esperpéntica, al igual que los personajes y la trama. De hecho, parece incluso que la primera mitad del libro la ha traducido una persona y la segunda otra. En las primeras 400 páginas el libro es tedioso y da la impresión de que no pasa nada, dando vueltas siempre lo mismo. Muchos personajes son de chiste, lo que viene a ser unos auténticos frikis. Y la trama, en su mayor parte, no hay por dónde cogerla. Me ha parecido una auténtica broma.
Es entretenido, como siempre. Con sus habituales engaños al lector. Sin más
Pretenciosa y retorcida novela. A favor: Dicker sabe crear suspenso, es experto en contar historias "partidas" y simultáneas, a cada rato suelta ganchos para que el lector siga aferrado a la novela y hay continuos saltos en el tiempo que exigen mucho al lector. En contra: personajes casi inverosímiles, diálogos y relaciones entre ellos muy muy poco creíbles, inconsistencia entre la forma en que se comunican en los tiempos actuales (son todos millonarios, urbanos, manejan fortunas, tienen agendas apretadas y nadie parece utilizar el teléfono celular, por ejemplo), argumentaciones insólitas e infantiles a la hora de explicar actitudes de personas que tienen supuestamente un elevadísimo nivel social e intelectual, y sobre todo engaños y enigmas directamente imposibles de creer. Mezcla de novela romántica, de suspenso, de venganza, de espionaje, de envidias y batallas económicas, es un gran embrollo que cuesta mucho digerir, no porque no se entienda (Dicker escribe con claridad y ata los cabos) sino porque el suspenso bien generado por el autor se derrumba ya que casi todo resulta muy muy poco creíble, tanto los personajes como las tramas.
Flojo si lo comparamos con los libros anteriores.
Una novela con tantos saltos del tiempo a veces te hace perder del dónde y cuándo. Un argumento más parecido a las películas de Hollywood que una novela negra o de intriga.
Segundo libro que leo de este autor. Dejando aparte los comentarios, para gusto los colores, el libro está entretenido, para pasar buenos ratos leyendo, aunque a veces resulte enrevesado. Le sobran páginas.
No me ha gustado nada, está escrito en un lenguaje demasiado vulgar y coloquial, no sé si efecto de una mala traducción o que en realidad está así de mal escrito. Frases sin coordinar, expresiones que sobran... Y para colmo una historia sin pies ni cabeza mezcla de personajes inverosímiles y situaciones absurdas. Como han dicho, increíble que el gran Joel haya escrito esta novela.
Un libro con muchas historias que puede llegar a resultar lioso por los diferentes momentos en los que se desarrollan pero que a mí me pareció genial, tanto la forma de hilar todo como algunos giros completamente sorprendentes de la trama que dejan con la boca abierta. Las tramas de algunos personajes quizás son poco creíbles pero a mí me resultó igualmente entretenido.
A pesar de los comentarios de otros lectores a mí me ha entretenido bastante. Lectura de verano con misterio y entretenimiento. Ágil, engancha, distrae.
Tras varias buenas novelas y de bastante extensión todas, el suizo ha pegado el petardazo. Si no supiésemos quien el escrito es difícil que llegáramos a leerlo o siquiera a acabarla. Bastante folletinesca, sin tensión e inverosímil en algunos pasajes.
Me ha gustado, pero es verdad que a veces se me ha hecho pesado. No diría que es exactamente una novela negra, más bien, narrativa con giros en la trama, triángulo amoroso, poder, traiciones, envidias y un cadáver de por medio.
Basta con echar una ojeada a los diversos foros, plataformas y revistas para apreciar el gigantesco aparato publicitario que ha precedido y que acompaña a esta novela, la cuarta del autor si no se tienen en cuenta publicaciones menores, como El tigre. Un aparato publicitario con lanzamiento simultáneo en muchos idiomas, reseñas y, también hay que decirlo, el libro mismo es un homenaje del autor a sí mismo y a su editor Bernard de Fallois. La pregunta que cabe plantearse, es si este bombo está justificado y estamos realmente ante una novela que marca época, capaz de entusiasmar a los lectores.
Breve resumen: el escritor, protagonista discreto de la novela, acude al Palace de Verbier, un hotel de lujo en los Alpes suizos, para recuperarse de diversos cataclismos personales. Ahí descubre que la habitación 622 del hotel no existe, y la situada entre la 621 y la 623 lleva el número 622bis. Alentado por una inglesa, vecina de habitación, decide comenzar a investigar los hechos que dieron lugar a esta curiosa situación. En concreto, un asesinato en la habitación 622 en una noche de invierno unos cuantos años atrás. A partir de ahí comienza el «juego literario» característico de Dicker: un entresijo de narraciones incompletas, recuerdos, avances y retrocesos en el tiempo que entrelazan tramas y dirigen la atención del lector hacia pistas confusas e incluso engañosas. Van apareciendo continuamente nuevos retazos que, en vez de componer una imagen armoniosa, generan más bien el puzzle de una pintura desconstructivista, en el que es difícil conservar la orientación. Al final, al lector le importa cada vez menos quién haya sido el asesino.
Los diálogos son en parte infantiles, a mi modo de ver inadecuados a los temas que se tratan. La traducción no contribuye tampoco excesivamente a disfrutar de la lectura. Parece que han sido dos o más personas diferentes las que han traducido esta obra, sin que se haya unificado el estilo al final.
En definitiva, es positivo que es una obra «para todos los públicos» y que, por larga que sea, al final se acaba sin grandes contratiempos.
Creo que me lo pensaré bien antes de leer otra obra de Dicker.
Sorprendente novela. Personajes bien construidos, algunos sorprendentes.
En si una novela de intriga con toques de humor, donde deja el desenlace para las últimas páginas. El ritmo de la novela es trepidante, atrapándote en la trama para descubrir el desenlace. En definitiva lectura amena que merece la pena leer
La primera pregunta que me asaltó al inicio de la lectura de este libro fue, pero esto lo escribió el mismo autor del caso Quebert y Los Baltimore? No me parecía posible, pero sí, en la contraportada del libro hace referencia a los otros dos. Entonces llegué a la conclusión que se le había secado la fuente. Faltó de todo; de trama, de diálogos, de personajes, de desarrollo, de vocabulario... Falto de todo y por lo tanto con nada.