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Los verdaderos finales de los cuentos clásicos

AutorYolanda Galiana el 2 de agosto de 2023 en Divulgación
  • Walt Disney adaptó cinematográficamente cuentos clásicos como «Blancanieves», «La Cenicienta» o «La sirenita».
  • Sin embargo, eliminó de las historias originales de los hermanos Grimm, Perrault, Andersen o Basile algunos detalles muy truculentos.

Niña con un vestido rosa sentada sobre un acama leyendo un libro abierto apoyado sobre su regazo

La infancia es una etapa repleta de magia en la que las historias que leemos, vemos o nos cuentan nos marcan profundamente. Entre todas ellas cobran especial importancia los cuentos infantiles, donde el protagonista se enfrenta a un complicado reto del que no solo termina saliendo airoso, sino también aprendiendo una valiosa lección.

Si algo ha permitido que recordemos nítidamente muchos de estos relatos es el hecho de que la compañía Walt Disney los convirtiera en películas animadas. Sin embargo, estas eran en realidad una versión edulcorada de los cuentos originales de Giambattista Basile, Charles Perrault, los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen. Te invitamos a conocer los verdaderos finales de los cuentos clásicos, en los que están muy presentes la violencia, la muerte y la venganza, temas que se endulzaron convenientemente para encajar mejor en las sociedades posteriores.

La sirenita

«La sirenita» es uno de los grandes clásicos de Disney. En esta película de 1989 conocemos a Ariel, una joven sirena de 16 años que es hija de Tritón, el rey del océano. Ella está fascinada con el mundo de los humanos y cuando conoce a Eric, un apuesto marinero, hace un trato con la malvada Úrsula con el fin de conseguir unas piernas que le permitan salir a la superficie y estar con él. A cambio, la bruja del mar se queda con su voz y, si a los tres días no consigue un beso de amor verdadero, su alma quedará condenada y bajo el poder de Úrsula para siempre.

El origen de esta historia lo encontramos en un cuento del danés Hans Christian Andersen publicado originalmente en 1837. Aunque el argumento es muy similar, hay ciertos detalles cruentos que fueron eliminados en la animación de Disney. En el relato original, cuando Ariel y Úrsula hacen el trato, la transformación en humana es un proceso terriblemente doloroso para la protagonista, que siente que cada pisada la hace sobre una alfombra de cuchillos. Con este acuciante dolor, acude a su encuentro con Eric, de quien descubre que va a casarse con otra mujer. Úrsula le propone a Ariel matarlo para escapar de su destino, pero ella decide no hacerlo y muere convirtiéndose en espuma de mar.

La Cenicienta

Otra película muy celebrada del universo Disney es «La Cenicienta», que vio la luz en 1950. En ella el espectador conoce a Cenicienta, cuyo padre muere inesperadamente dejándola con su madrastra y sus dos crueles hermanastras, Drizella y Anastasia. A partir de ese momento, pasa a ser su criada. Solo durante una noche, la del baile en el que el príncipe del reino elegirá esposa, Cenicienta consigue, gracias a la ayuda de sus amigos los animales y su hada madrina, escaparse y presentarse en la fiesta. Al dar las doce en el reloj, huye hacia su casa después de haber estado con el príncipe, quien recoge del suelo el zapato de cristal que ella deja atrás durante su carrera. Es entonces cuando él va casa por casa buscando a la dueña de la prenda.

Esta historia es uno de los cuentos más populares del mundo y sus orígenes se pueden rastrear hasta la antigua China. En el mundo occidental comenzaría a conocerse a partir de 1634, cuando el escritor napolitano Giambattista Basile publicó su versión en El Pantamerón. La diferencia con «La Cenicienta» de Disney es que la protagonista, inducida por su institutriz, mata a su madrastra, con tan mala suerte de que la instigadora termina casándose con su padre y relegándola a ella a la cocina. El relato también cuenta con la versión de 1697 de Charles Perrault —la más parecida a la de Disney— y la de los hermanos Grimm de 1812. Esta última es la más tétrica, pues las hermanastras se mutilan los pies para conseguir hacer encajar el zapato de cristal en ellos. Una vez descubierta la farsa, a modo de venganza Cenicienta manda a varias palomas a picotear sus ojos, dejándolas ciegas para el resto de sus días.

La Bella Durmiente

Disney estrenó en 1959 «La Bella Durmiente», la historia de cómo Aurora despierta de un encantamiento a través de un acto de amor. La protagonista es hija de los reyes del reino y en el día de su bautizo aparece Maléfica, que no ha sido invitada y descarga su ira contra la pequeña, a quien maldice con morir pinchándose el dedo con el huso de una rueca en el día de su dieciseisavo cumpleaños. Por suerte, unas hadas consiguen revertir el embrujo a través de un hechizo que, en lugar de matarla, la dormirá hasta recibir un beso de amor verdadero. Así ocurre y, al llegar la fecha, cae en un profundo sueño del que despierta cuando la besa el príncipe Felipe.

El origen de esta historia es el cuento «Sol, Luna y Talía» que se halla en El Pantamerón (1634) de Giambattista Basile. Su protagonista es Talía y el principio del relato es muy similar al de Disney. No obstante, cuando sus padres la dejan en una torre al quedarse dormida, aparece un rey que queda fascinado por la joven y abusa de ella. Fruto de la violación, queda embarazada de dos gemelos, Sol y Luna. Al nacer, comienzan a succionar los dedos de su madre en busca de alimento y es esto precisamente lo que la hace despertar, puesto que de este modo extraen la astilla que la mantenía hechizada. Cuando se presenta en el castillo, descubre que el rey ya está casado; su mujer, una vez descubre la infidelidad, ordena que los gemelos sean cocinados y servidos en un banquete real y que Talía sea quemada en una hoguera. Finalmente, su plan fracasa y es ella la que muere abrasada mientras Talía termina casándose con su violador y obteniendo su «felices para siempre».

Blancanieves y los 7 enanitos

«Blancanieves y los 7 enanitos» es una de las películas más populares de Disney. Estrenada en 1937, relata la historia de Blancanieves; su madrastra, la Reina Malvada, está obsesionada con ser la más bella del reino y cuando su espejo mágico le dice que la más hermosa es su hijastra, manda a un cazador a matarla. Este se apiada de Blancanieves y, tras contarle el plan, le dice que escape lo más lejos posible. Siguiendo su consejo, ella se interna en el bosque, donde conoce a siete enanitos que terminan acogiéndola en su hogar. Sin embargo, la reina pronto descubre el engaño y, convertida en una anciana, le da a probar una manzana envenenada que la mata. El día de su funeral, su príncipe le da un beso de amor verdadero que la devuelve a la vida.

La versión de 1812 de los hermanos Grimm es mucho más violenta que la de Disney. En ella la reina intenta asesinar a Blancanieves hasta en tres ocasiones: primero intenta ahorcarla con una cinta, después se disfraza de anciana e intenta venderle un peine envenenado y finalmente, consigue su cometido con la manzana envenenada. Al morir, el príncipe ordena trasladar el féretro hasta su castillo y, durante el viaje, las sacudidas producidas por el camino empedrado hacen que el trozo de fruta salga de la garganta de la protagonista, despertándola de su sueño. En la ceremonia de su boda con el príncipe, Blancanieves reconoce a la reina y el recién coronado rey manda castigarla. Para ello, le obligan a bailar hasta morir con un par de zapatos de hierro que han sido calentados hasta quedar al rojo vivo.

Como has podido comprobar, la imagen de los cuentos clásicos que transmitió Disney era muy diferente a la original. Y tú, ¿esperabas que fueran así de espeluznantes?

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Lectora empedernida desde que tiene uso de razón. Disfruta perdiéndose entre las hojas de cualquier buena historia que caiga en sus manos y compartiendo las reseñas de sus lecturas en su propio blog literario, donde da rienda suelta a sus opiniones.

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