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El boom latinoamericano: origen, características y autores más importantes

AutorYolanda Galiana el 12 de abril de 2023 en Divulgación
  • El boom latinoamericano es uno de los fenómenos más destacados de la historia de la literatura.
  • A continuación te contamos su origen, te hablamos de las características de sus obras y te presentamos a sus autores más relevantes.

Fotografía de muchos libros abiertos unos encima de otros

El boom latinoamericano es el fenómeno literario y editorial que tuvo lugar entre los años 60 y 70 del siglo XX. Durante estos años floreció en América Latina una narrativa innovadora y de gran calidad que llamó la atención del sector editorial, que propició que las obras de un determinado grupo de escritores latinoamericanos se distribuyeran con gran éxito tanto en Europa como en el resto del mundo. A continuación te hablamos de los factores que influyeron en el surgimiento de este evento literario sin precedentes, así como las características más relevantes de las obras encuadradas en este momento histórico y los autores clave del fenómeno.

Historia del boom latinoamericano

Para comprender el origen del boom latinoamericano es necesario, en primer lugar, ser conscientes del clima político, económico y social que se fraguó en los países de América Latina tras el final de la Segunda Guerra Mundial. La Guerra Fría fue una época de intensas tensiones geopolíticas entre las potencias occidentales y las orientales. En este fuego cruzado entre Estados Unidos y la Unión Soviética, Latinoamérica se colocó en el foco del conflicto tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959. Aquel fue un período extremadamente violento, marcado por la inestabilidad política y los continuos golpes de Estado. Además, el régimen de Fidel Castro dividió a la intelectualidad latinoamericana tras el encarcelamiento del poeta Heberto Padilla por razones ideológicas; mientras unos escritores siguieron apoyando el proyecto castrista, como es el caso de Gabriel García Márquez o Julio Cortázar, otros como Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes se desvincularon por completo de él.

En este contexto comenzaron a escribirse y publicarse algunas de las obras más emblemáticas de lo que más adelante se conocería como el boom latinoamericano. Este fenómeno editorial, sin embargo, no podría haberse producido sin la intervención de Carlos Barral, editor de Seix Barral. Al descubrir entre los manuscritos desechados de su sello una obra impactante, original y personalísima, decidió viajar a París para conocer a su autor, que no era otro que Mario Vargas Llosa. Se trataba de La ciudad y los perros, que se convirtió en la ganadora del Premio Biblioteca Breve en 1962, publicándose un año más tarde. A partir de entonces la editorial se planteó editar más textos de autores hispanoamericanos, lo que supuso el punto de partida de la difusión posterior de las obras. Carlos Barral no solo dio pie a que se leyera a los escritores de América Latina fuera de sus fronteras, sino que también facilitó que se conocieran entre ellos y crearan fuertes vínculos profesionales y personales.

Otra persona que tuvo un papel relevante en la expansión del boom latinoamericano fue Carmen Balcells, a quienes los autores terminaron apodando “la Mamá Grande”. En un primer momento fue contratada por Seix Barral pero luego pasó a representar independientemente a los escritores como su agente literaria. Gracias a ella, de fuerte carácter e ideas claras, los autores consiguieron mejores contratos y fueron traducidos y editados en países europeos y americanos. Entre sus representados estuvieron grandes nombres de la literatura como Miguel Delibes, Camilo José Cela, Isabel Allende o Rosa Montero; del boom latinoamericano, trabajó con Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes.

Características de las obras del boom latinoamericano

El boom latinoamericano giró esencialmente alrededor del género de la novela, aunque muchos de los autores escribieron también cuentos. Sin embargo, fueron sus dotes novelísticas las que pasaron a la historia y les convirtieron en lo que son ahora: gigantes de la literatura latinoamericana y universal.

Ahora bien, ¿qué elementos eran propios de este tipo de narrativa que consiguió conquistar a lectores de todo el mundo? En primer lugar cabe destacar la experimentación formal, pues querían renovar el panorama literario y lo hicieron a través de técnicas innovadoras que les permitieron abordar la historia desde una perspectiva totalmente novedosa. Una de estas técnicas fue el tratamiento del tiempo de forma no lineal; dejaron de lado la narración cronológica de los eventos y los introdujeron de forma desordenada o mediante flashbacks o flashforwards. También ser hicieron servir de múltiples voces en el relato, lo que les permitió combinar los puntos de vista de diversos personajes en una misma historia. Asimismo, crearon neologismos —términos inventados por ellos mismos— e hicieron juegos de palabras.

En segundo lugar, es destacable la denuncia y crítica social presente en la mayoría de obras del boom latinoamericano. Los escritores encontraron en la literatura la forma de alzar la voz contra las injusticias que se estaban viviendo en sus países: dictaduras, desigualdades sociales, pobreza, hambre, corrupción… La violencia y los conflictos históricos son, de hecho, algunos de los temas principales de esta narrativa.

Otro aspecto en el que hicieron hincapié los escritores de América Latina fue en la exaltación de la identidad nacional. Conscientes de la conflictiva y turbulenta historia de sus países, se afanaron en escribir retratos fidedignos de la realidad latinoamericana: explicaron mitos y tradiciones propias de su tierra natal, plasmaron sus costumbres y creencias, criticaron las penurias a las que se vieron abocadas las clases bajas… Un recurso muy frecuentado por los autores fue el de escribir tal y como se hablaba en sus países, es decir, se hacían valer del argot para transmitir el verdadero espíritu de sus gentes.

Los autores del boom latinoamericano utilizaron la historia como telón de fondo y, en lugar de contar las cosas como sucedieron, muchas veces se centraron en contar lo que podría haber sucedido. Reinventaron y reinterpretaron la historia y le dieron nuevos significados a todo aquello que formaba parte del imaginario popular.

La introducción de la fantasía como parte de la cotidianeidad también es un rasgo distintivo de las novelas del boom latinoamericano. Esta tendencia tuvo dos vertientes: lo real maravilloso y el realismo mágico. La primera fue presentada por Alejo Carpentier en su obra El reino de este mundo (1949) y pretendía ensalzar la mezcla cultural de los países de América Latina; los elementos fantásticos que aparecen en esta estética son vistos como naturales por los indígenas, mientras que los europeos no son capaces de captarlos. En el caso del realismo mágico, su máxima representación se encuentra en Cien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez. En este caso, la fantasía se fusiona con lo cotidiano hasta el punto en que todos los personajes de la historia son capaces de percibirla sin mostrar asombro ni extrañeza.

Autores más importantes del boom latinoamericano

Es complicado establecer una nómina concreta de autores del boom latinoamericano, pues fueron muchos los escritores que escribieron durante esos años y cuyas obras cumplen con los rasgos propios del fenómeno. Aun así, es posible destacar entre todos ellos a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, aunque también es necesario mencionar otros nombres como Jorge Luis Borges y Juan Rulfo, considerados sus precursores.

Gabriel García Márquez es considerado no solo una de las figuras más emblemáticas del boom latinoamericano, sino uno de los grandes escritores de la literatura universal. Es, de hecho, uno de los autores más traducidos del español a otros idiomas. Nació en Aracataca, Colombia, en 1927, y falleció en 2014 en Ciudad de México. Además de escribir novelas y cuentos también destacó por su faceta periodística y su incursión en el mundo del cine. Ganador del Nobel de Literatura en 1982, García Márquez es recordado gracias a obras como El coronel no tiene quien le escriba (1961), Cien años de soledad (1967), Crónica de una muerte anunciada (1981) o El amor en los tiempos del cólera (1985).

Mario Vargas Llosa es uno de los novelistas y ensayistas más importantes del panorama literario contemporáneos. Nacido en Arequipa, Perú, en 1936, fue un ávido lector desde bien pequeño, interés que cristalizó en la adolescencia en su pasión por escribir historias. Esta inclinación no era del gusto de su padre, quien opinaba que la literatura no era cosa de hombres de bien; por ello le mandó a un colegio militar, experiencia que acabaría volcando en su primera novela, La ciudad y los perros (1963). A lo largo de su carrera ha publicado otros brillantes títulos como La casa verde (1966), Conversación en La Catedral (1969) o La fiesta del Chivo (2000). Gracias a su talento ha cosechado reconocimientos como el Premio Nobel de Literatura (2010), el Cervantes (1994) o el Príncipe de Asturias de las Letras (1986).

El escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984) destacó por su producción literaria, que bebió del movimiento surrealista y estuvo dotada de una innovación y originalidad arrolladoras. Además de escribir, fue profesor y traductor. Se le considera un maestro tanto de la narrativa como del cuento. Entre sus obras más reconocidas se encuentra Rayuela (1963), que fue el resultado de la aplicación de una teoría literaria que él mismo configuró, la Teoría del túnel. También cabe mencionar otros títulos como Bestiario (1951), Historias de cronopios y de famas (1962) o Todos los fuegos el fuego (1966).

En cuanto a Carlos Fuentes (1928-2012) fue un escritor mexicano que se propuso renovar el género novelístico y estudiar México al detalle en sus obras. Durante su infancia vivió en diferentes países de Latinoamérica y también en Estados Unidos, lo que le proporcionó una perspectiva muy particular de América Latina. Los elementos principales en los que centra su literatura son México y el retrato de las clases sociales, especialmente la burguesía, a la que critica en numerosas ocasiones. Algunos de sus títulos más emblemáticos son La región más transparente (1958), La muerte de Artemio Cruz (1962) y Terra nostra (1975). A lo largo de su carrera ganó el Biblioteca Breve por Cambio de piel, el Rómulo Gallegos por Terra Nostra y el Cervantes (1987) y el Príncipe de Asturias de las Letras (1994) en reconocimiento a toda su trayectoria.

A estos autores principales cabría añadir otros como Guillermo Cabrera Infante, José Donoso, Alejo Carpentier o Adolfo Bioy Casares.

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Lectora empedernida desde que tiene uso de razón. Disfruta perdiéndose entre las hojas de cualquier buena historia que caiga en sus manos y compartiendo las reseñas de sus lecturas en su propio blog literario, donde da rienda suelta a sus opiniones.

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