Cuando se editó Fahrenheit 451 a prueba de incendios
- El clásico de Ray Bradbury es una joya de la ciencia ficción.
- Se lanzó una tirada limitada especial para coleccionistas.
Fahrenheit 451 se publicó por primera vez en 1953, logrando un gran impacto tanto dentro del género de la ciencia ficción como de la literatura en general. Su premisa resultaba perturbadora: un futuro en el que los libros estaban prohibidos y los bomberos, entre sus funciones, te…
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Me ha gustado. Es un libro que hay que saber entenderlo, por eso recomiendo prestarle mucha atención a todo. Hay algunas páginas que puede notar un poco pesadas.
Una historia fantástica pero con los pies bien puestos sobre nuestras realidades. No hay que dejar de leerla.
Gran clásico. Una auténtica distopía adelantada a su tiempo. Hay que leerlo, pensar, preocuparnos por lo escrito en 1954 y dónde está la humanidad en el siglo XXI. A mí me ha quedado, además, la "esperanza".
Novela distópica de fácil lectura. Particularmente, me enganchó desde el principio. Tal vez el trasfondo sea lo más rescatable.
Esperaba un poquito más, pero de todos modos su lectura no me desconforma, muy entretenido y para necesaria reflexión.
No me ha gustado. Quizás no sea un género que me atraiga en exceso, pero arrastrado por las críticas me aventuré a leerlo, y no me ha gustado.
Al principio me pareció una novela descabellada, hablando con una amiga me dijo que abriera mi mente. Y comencé con ayuda de esa amiga a analizarla. Es muy interesante, me hizo reflexionar cómo es nuestra sociedad, muy materialista, todo ya, deprisa, sin sentimientos, no disfrutamos las pequeñas cosas, muchos no leen. El escritor narró como fue su época, sería la sociedad del futuro, fue un adelantado.
Muy bueno. Lo recomiendo.
Un poco por debajo de 1984 y Un Mundo Feliz, pero igual de recomendable.
Asombra la capacidad del autor para construir un relato tan visionario en su tiempo y convertido hoy en una descripción tan cercana como verosímil de la sociedad en la que vivimos.
Seres idiotizados, discípulos de una falsa felicidad asumida de una caja transmisora de imágenes y sonidos totalmente alejados del verdadero sentido de la existencia. Seres demasiado ocupados para poner en duda su rutina, su ausencia de inquietudes...
Sin duda un libro imprescindible para reflexionar y para perderse entre sus extensas cavilaciones y sus intensas descripciones.
Se lee fácil, y por momentos engancha, pero el universo creado lo veo poco desarrollado y el desenlace no me gustó. Cierto es que deja elementos para la reflexión.
De entre las novelas distópicas, hay tres que destacan, para mí, por su importancia y por las diferentes alternativas que presentan. Esta es una de ellas, junto con 1984 de Orwell, y Un Mundo Feliz de Huxley.
Bradbury ofrece una nueva alternativa para el control de la sociedad por parte de un gobierno, basada prácticamente en el fomento de la ignorancia. Un nivel de libertad extrema para hacer cuánto quieras, excepto leer libros. La gente vive absorbida por diferentes estímulos tales como la televisión, y el gobierno parece poco preocupado por ello.
La historia, narrada desde los ojos de un bombero cuya función es, precisamente, la destrucción de libros, nos muestra una sociedad que, lamentablemente, presenta muchos de los defectos que hoy en día afectan a la nuestra. De los tres autores mencionados, Bradbury parece ser el más realista a la hora de planificar una sociedad distópica dónde la manipulación del gobierno es suficiente para mantener el control.
Pero al contrario que los demás, Bradbury sí deja una puerta abierta a la esperanza. Una novela recomendable, especialmente, para aquellas mentes inquietas preocupadas por el devenir de una sociedad altamente tecnológica, y con un acceso a tal cantidad de información que acaba desinformada.
Una visión lúcida y brillante acerca de la sociedad moderna y el previsible y acertado futuro que Bradbury vislumbró allá por 1953. Asusta ver hasta qué punto el pensamiento del autor, plasmado en una mezcla de narrativa poética y pensamientos escritos, definen la sociedad actual, y aunque asuste, reconforta estar de acuerdo con sus reflexiones y comprobar que no estamos locos cuando nos aterra el mundo en el que vivimos. Muy recomendable para los amantes de las distopías.
Profético en lo que se refiere al proceso de "idiotización" al que nos sometemos con el consumo diario de televisión. En el fondo creo que se trata de un elogio a la memoria, todos los pueblos que pierden su memoria están condenados a cometer los mismos errores, en el sentido de que sólo el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero lo que es peor con conocimiento de causa. También la entiendo como un canto a la esperanza de que la "idiotez humana" tiene su contrapeso en los libros como guardianes de nuestro conocimiento y a la vez con la existencia de una minoría (silenciosa) de personas como guardianes de los libros.
Aunque en ocasiones me he perdido (de ahí que le quite un punto, porque no me lo puedo quitar a mí) la recomiendo encarecidamente.
Ray Bradbury nos regala en esta obra un mensaje anti conformismo y la importancia de la lectura, una sociedad distópica interesante y una historia que cuenta con un protagonista asombrosamente profundo y bien escrito, diálogos filosóficos que te invitan a pensar, siento que en algunas cosas pudo haber explorado más a profundidad ya que es un libro relativamente corto, recomendado.
Clásico imperecedero que narra, de manera sencilla pero elegante, un poco redundante a veces, un futuro muy parecido a nuestro presente: el de individuos avasallados por toda clase de información superflua que evita que se detengan a pensar. Lo negativo en cuanto a esto es que no termina de explorar las causas y las consecuencias de este sistema, más allá de lo que vive su muy bien construido protagonista. Personajes creíbles, alusiones constantes a los mitos griegos y escenas potentes hacen del libro una lectura muy recomendable.
Uno de los pilares de la ciencia ficción y de la distopía. Uno de los lados que conforman la Trinidad distópica.