Resumen y sinopsis de La historia del señor Sommer de Patrick Süskind
La historia del señor Sommer cuenta la vida de un niño de pueblo que tiene un extraño vecino, del que nadie sabe su nombre, por lo que le pusieron señor Sommer. Un extraño viandante capaz de hacer, pues eso, andar, andar y andar hasta que parece que ya no puede más, y después, continuar andando. Así pasan sus días.
La historia del Señor Sommer es un cuento corto escrito por Patrick Süskind e ilustrado por Jean-Jacques Sempéen 1991. El estilo empleado por Suskind y las ilustraciones de Sempé dotan al cuento de una apariencia infantil y naif. A pesar de ello es más que un cuento juvenil, ya que el protagonista se plantea cosas demasiado profundas para un niño de su edad, y también se muestra la angustia con la que vive el misterioso Señor Sommer. El relato está narrado en primera persona por el protagonista del libro, del que nunca se sabe el nombre, y que siendo ya un adulto recuerda sus vivencias infantiles y sus recuerdos del señor Sommer.
Ha participado en esta ficha: ERB_Lector
Increíblemente aburrida, La historia del señor Sommer, es presentada como un viaje nostálgico al país de la niñez, no solo del personaje principal, sino también de todos y cada uno de los lectores. La realidad es bastante menos bonita. Y es que estamos ante un libro que no evoca la infancia, salvo en las condiciones específicas del escritor, resultando un relato insufrible y difícilmente aguantable.
El autor de este pequeño cuento es Patrick Süskind, muy conocido por su primera novela, El perfume. Y como escritor siempre me resulta aceptable. Su estilo de escritura siempre es depurado y correcto, gracias a una prosa sencilla pero elegante, un lenguaje pragmático con inesperados retazos de lirismo y unas descripciones concisas y detalladas, algo que sorprende en un relato de esta categoría. Sin embargo sus personajes me resultan vacíos y un tanto planos, incluso si tenemos en cuenta que, en teoría, es una historia autobiográfica.
Mención especial hay que hacer a las ilustraciones que acompañan al relato, del genial ilustrador Sempé. Muchos lo conocemos porque sus dibujos han decorados nuestros primeros libros de lecturas. Y eso estimula la memoria, llevándonos a un pasado donde éramos niños, mucho mejor que cualquier palabra que Süskind pueda utilizar.
La historia del señor Sommer usa un título bastante engañoso. Y es que el señor Sommer aparece en contadas ocasiones y no siempre es el protagonista de la escena. En esencia, este libro nos cuenta la infancia del narrador como telón de fondo para contarnos una historia a la que le encuentras poco sentido. Nuestro protagonista (¿el autor?) nos habla de cuando era niño en un pequeño pueblo, de sus aficiones, sus vivencias y de sus encuentros con el curioso y estrafalario Señor Sommer, un individuo del que nadie conoce sus orígenes y que se pasa todo el día andando de aquí para allá, con una indumentaria cuanto menos curiosa. Así que mientras nuestro protagonista va creciendo y le van ocurriendo una serie de cosas relacionadas con la edad, el señor Sommer entra y sale de la trama, sin ningún sentido por lo menos coherente. El final te deja perplejo. Quizás, es porque resulta difícil de entender y de digerir, dado el contexto, pero da la sensación de que el autor se cansó de su obra y la terminó de cualquier manera, dejando una serie de dudas sin resolver. Aunque dado el tipo de historia, quizás nunca se hubieran resuelto.
Definitivamente, La historia del señor Sommer, es una pequeña obra sin demasiado encanto que solo tiene a su favor su cortísima duración y los maravillosos dibujos de Sempé. El resto es tan pesado, inconsistente y lento que no merece ningún interés, salvo que se use como somnífero.
Un relato breve pero agradable.
Una preciosa y enternecedora alegoría de la infancia y su inevitable espiración.
No me parece un buen libro, parece el típico libro de niño pequeño. No parece que este escrito por este gran autor que con el perfume fue capaz de meternos en la historia a través del olor. Sin embargo en este libro parece no trasmitir nada en absoluto.