Resumen y sinopsis de Memorias de un amante sarnoso de Groucho Marx
El humor de los Hermanos Marx sigue hoy tan actual como en los años veinte, y sus películas se han convertido en clásicos y puntos de referencia indiscutibles del género. La brillantez de los diálogos, la comicidad de las situaciones y, sobre todo, el continuo reírse de todos los valores y las instituciones establecidos, son los rasgos que han hecho perdurar sus obras.Ha participado en esta ficha: persac
Problemas del primer mundo. Es lo que pensé nada más terminar esta novela. Es obvio que es una novela bastante antigua (fue publicada en 1963) e intenta retratar la sociedad estadounidense con sentido del humor e ironía. Lástima que todo el conjunto quede cojo debido a la falta de referencias del lector moderno (que se agrava si además no es norteamericano) y a que el tiempo ha despojado a la obra de toda la hilaridad que podría haber tenido en su época.
Groucho Marx firma la autoría de esta obra. No hace falta más presentaciones ya que casi todo el mundo occidental conoce a los Hermanos Marx, de los que Groucho era el mayor. Actor y comediante de gran éxito, junto a sus hermanos protagonizó comedias tan entrañables como Una noche en la ópera, Sopa de gansos o Un día en las carreras. Pero resulta que también fue escritor. Y llegó a publicar dos libros en vida y unos cuantos más a título póstumo, así como un libro sobre su numerosa correspondencia. Pero, y que conste que es solo una opinión personal, Marx no me parece demasiado buen escritor. Su estilo de escritura es un “quiero y no puedo”. Y es que carece de elegancia, humor y posee una ejecución muy mejorable. Todo esto se intuye gracias a su prosa lenta, superficial y con un desarrollo que raya lo lamentable en ciertas ocasiones, un lenguaje vulgar y unas descripciones que oscilan entre lo más básico y lo menos atractivo. No hay término medio. Marx o se pasa o se queda muy corto.
Titulándose “Memorias de un amante sarnoso” puedes hacerte una idea de que sea lo que sea que te vayas a encontrar dentro, va a ser (o por lo menos lo intentará) divertido. En este caso, Marx usa su propia biografía para mostrarnos no solo su filosofía de vida, sino el retrato más estúpido, y por tanto fidedigno, de la sociedad estadounidense de los años 20. Pero inmerso entre tanta anécdota humorística Marx también nos zambulle (aunque muy superficialmente, todo sea dicho) en la miserable vida de un comediante, un artista de vodevil que apenas ganaba lo suficiente para sobrevivir. El problema con este libro es que el tiempo le ha pasado por encima y lo ha arrollado. Ha envejecido francamente mal y, aunque pueda ser una buena pincelada de cómo estaban las cosas en EE.UU. en aquellos años, el cuadro completo ha cambiado tanto que no hay manera de reconocerlo. Tampoco ayuda que el autor, un hombre considerablemente rico y famoso, hable de pequeñeces de su cotidianeidad que están a años luz de los problemas de la gente corriente, incluso en los años 30. Está claro que jamás voy a tener dificultades para preparar una lujosa cena con 25 invitados, discusiones con el servicio doméstico o pasar un calvario para encontrar el vestido perfecto para esta temporada que muy probablemente cueste dos veces el sueldo mínimo interprofesional aquí en mi país. Lo dicho, problemas del primer mundo; del primer mundo rico, claro… Pero no quiero dar una imagen equivocada del todo… el libro tiene algunos golpes muy buenos que te hacen estallar en carcajadas. Por desgracia son escasos y debes buscarlos entre tanta trama absurda, quejas hacia las mujeres, quejas hacia los invitados, quejas contra los restaurantes, quejas… en general contra todo y todos. Marx no era un hombre proclive a llevarse bien con otros. Por lo menos en sus memorias. El final es el mismo que el principio. No pretendas comprender a un hombre que solo ha querido mostrarte unas escenas de su propia vida. Y ni siquiera estoy segura de que sean ciertas o solo escenas soñadas por Groucho y no por Julius, el hombre detrás del personaje.
Definitivamente, Memorias de un amante sarnoso puede ser una lectura entretenida si no esperas mucho de ella. Si eres un amante del cine de los Hermanos Marx, inevitablemente, te sentirás decepcionado. Estas memorias, que no son tales, actúan como recordatorio de todas aquellas pequeñas cosas que nos molestan e irritan; que nos “pican” y nos impiden vivir a gusto, aunque estas no coincidan con las del propio autor. Y es que, visto así todos somos un poco sarnosos a nuestra manera.
Lejos de "Groucho y yo", es desparejo, tiene muchas lagunas y parece escrito a las apuradas y para cumplir. Es divertido de a ratos (pocos), pero se repite y no es nada elaborado. No me gustó mucho.