Resumen y sinopsis de Los siguientes de Pedro Simón
Morir es tan difícil como inevitable. También para los que sobreviven
El primer día que tuve que limpiarle el culo a mi padre, me mentí diciéndome que era igual que cuando se lo limpiaba a mi hijo: venga, Carmen, que es lo mismo; va, Carmen, que es tu padre; venga, mujer, que ese hombre te limpió el culo a ti.
Me lo repetía como quien está a punto de correr para darse impulso y saltar.
Es lo mismo, Carmen. Hazlo ya.
Pero no. No es lo mismo.
Si Pedro Simón fuera un panadero, diríamos que la masa madre de sus novelas son las relaciones familiares. Un ingrediente aparentemente sencillo y abundante pero absolutamente fundamental en la historia de la literatura. Tras ganar el Premio Primavera de novela con Los ingratos, una historia que ha conmovido a decenas de miles de lectores, volvió a apuntar al corazón con Los incomprendidos. Sin que se nos haya aflojado el nudo en la garganta, el autor nos ofrece ahora su novela más difícil pero también más universal: ¿cómo se enfrentan los miembros de una familia a la inevitable decadencia y muerte de sus mayores?
Los siguientes es una obra dolorosa y profunda que habla sobre el final de la vida humana. Y es que de la misma forma que nacemos solos, también morimos solos. Aunque el camino que hay que recorrer para morirse, en ocasiones, es largo y difícil. Y en esos problemas hace hincapié esta novela de extensión razonable y razonamiento afilado.
Pedro Simón firma la autoría de esta novela. Creo que forma parte de una trilogía, siendo esta la última parte. Lo bueno es que cada libro puede leerse de manera independiente. Lo malo es que esa manera de escribir tan deprimente parece ser un sello de identidad del autor. Y es que, si bien Simón me parece un maravilloso escritor, que posee un estilo de escritura rico, profundo y con una ejecución sublime, el tema de la obra le juega una mala pasada, consiguiendo que la lectura se vuelva algo farragosa y pesada. Además, Simón usa una prosa lenta, pesada y con un buen desarrollo, un lenguaje funcional y unas descripciones sorprendentemente básicas y vulgares para lo que te esperas. Pero donde el autor “ha echado el resto” es en los personajes. Podríamos decir que hay tres personajes principales que gravitan entorno a un cuarto, el padre. Sin duda alguna, la construcción de todos ellos es maravillosa. Un equilibrio perfecto entre psicología y empatía. Y eso hace que trasciendan su condición de puros “personajes” para convertirse en personas “reales” cuyas historias, emociones y situaciones no te cuesta nada imaginar y, lo que es más sorprendente, “vivirlas” con ellos.
Los siguientes es una historia que habla sobre la vejez y la muerte de un ser querido. Pero hay algo más escondido entre una trama que, de no tener moraleja, podría ser como miles de tramas parecidas. Lo entenderéis mejor si os cuento de qué trata. Antonio, un octogenario, tras la muerte de su esposa empieza a perder facultades, por lo que no le queda más remedio que ir viviendo con sus hijos: Carmen, Darío y Gabriel. Carmen, auxiliar de geriatría, vive el cuidado de su padre con una mezcla de incredulidad y culpa. Darío por su parte, comprende mucho mejor a su padre que cualquiera de sus hermanos. Sabe lo que es convivir con el menosprecio y el fracaso y ha decidido que para lo que nos queda en este mundo, más vale aprovecharlo. Por último, Gabriel, el mayor y el triunfador de la familia, el que tiene un trabajo importante y una cuenta corriente con más de 6 ceros en el banco. Y también el que odia a su padre. Cada uno de ellos tendrá una voz con la que nos contarán sueños rotos, recuerdos, retazos de su vida y emociones respecto al mundo, a la muerte y a su padre, un hombre con sus defectos y virtudes que dio todo lo que pudo por ellos. Y hasta aquí puedo hablar sin desvelar nada fundamental. Como habéis podido ver, esta historia podría ser la de cualquiera de nosotros. Padres sacrificados y luchadores capaces de partirse el lomo por sacar adelante a sus vástagos; e hijos que observan con horror, culpa y melancolía como sus padres envejecen y parten a un destino sin retorno.
Antes he dicho que la novela tenía un mensaje oculto. Y en mi opinión es que todos somos unos desagradecidos. Los hijos jamás vamos a retribuir todo aquello que nos han dado nuestros padres. Pero, ellos tampoco lo han logrado hacer con sus padres. Todos en algún momento, hemos sido, somos o seremos unos hijos lamentables, cuyo comportamiento herirá a aquellos que más nos quieren. Y solo nos acordaremos cuando ellos ya no estén. Y eso es lo que se muestra al final. El desenlace de la novela es desgarrador. No tanto porque la muerte haga su aparición, ya que esta siempre aparece, sino por todo lo que siempre se queda por decir, por hacer, por saber.
En suma, Los siguientes es una novela diseñada para hacer daño y obligar al lector a reflexionar sobre cuestiones incómodas, tales como el tiempo, la vida o la muerte. No es una lectura apta para el público en general, aunque todos nosotros pasaremos por lo que describe de una u otra manera. Pero siempre queda la enseñanza, la reflexión que obtienes. Y es que el título lo resume todo: nosotros somos los siguientes.
Excepcional en la forma de contar y tratar un tema tan de actualidad. La sensibilidad de este autor a la hora de narrar emociona a niveles muy altos. Muy recomendable.
Uff, la problemática me ha llegado muy adentro, seguramente por tan conocida.
No es sólo el hecho en sí que nos narra desde distintas personas. Es la profundidad de todo aquello que vas leyendo. Al principio parece que va a ser un cuento de buenos y malos. Sin embargo, cuando ves todas las aristas, te das cuenta de que todo el mundo tiene derecho a pensar/obrar de una manera que no es la esperada. También de algo que se nos oculta y va apareciendo. De las relaciones intrafamiliares.
Me ha encantado.
A partir de que conocí a este autor no lo solté más, y con este libro ocurrió una cosa extraña, me hablaba y le respondía…, recordaba, lloraba, suspiraba, veía muchas situaciones como en un espejo, en un espejo empañado en un rincón de la memoria pero no olvidado. De pronto, en la página 293 no pude evitar taparme la boca con la mano tras un grito espontáneo y breve… Qué historia y qué manera de contarla.