Resumen y sinopsis de Los ingratos de Pedro Simón
Una emocionante crónica familiar y sentimental. El retrato de un país que miraba al futuro y se olvidó de dar las gracias a la generación que lo hizo posible.
«Nos rezaban que cuatro esquinitas tenía mi cama y que cuatro angelitos nos la guardaban, pero mi cama por lo menos tenía cinco. Y uno de ellos era una señora de campo que pinchaba cuando te daba un beso».
1975. A un pueblo de esa España que empieza a vaciarse llega la nueva maestra con sus hijos. El más pequeño es David. La vida del niño consiste en ir a la era, desollarse las rodillas, asomarse a un pozo sin brocal y viajar cerrando los ojos en el ultramarinos. Hasta que llega una cuidadora a casa y sus vidas cambiarán para siempre. De Emérita, David aprenderá todo lo que hay que saber sobre las cicatrices del cuerpo y las heridas del alma. Gracias al chico, ella recuperará algo que creyó haber perdido hace mucho.
Los ingratos es una emocionante novela sobre una generación que vivió en aquella España donde se viajaba sin cinturones de seguridad en un Simca y la comida no se tiraba porque no hacía tanto que se había pasado hambre. Un homenaje, entre la ternura y la culpa, a quienes nos acompañaron hasta aquí sin pedir nada a cambio.
Interesante, muchas familias se verán reflejadas en esta obra, pues en casi todas las casas ha habido emigración.
La España de los 70, bien mostrada por el autor, y en el que una maestra destinada a un pueblo pequeño verá crecer a sus hijos en el ambiente rural, con la ayuda de una aya del pueblo, que sin saber leer ni escribir, les enseñará cosas más importantes para la educación de los pequeños. Tierno, duro a la vez y con una prosa que atrapa al lector. Recomendable.
Los ingratos nos narra el devenir de una familia común, matrimonio con 3 hijos, que en los años 70 decide emigrar a un pequeño pueblo de esa España rural, de la actualmente denominada España vaciada, de largos y duros inviernos y cortos e intensos veranos en la que los días pasan muy lentamente. Una crónica de esa España que intenta abrirse camino en los últimos años de la dictadura.
Reflejada fielmente en dicha familia, la madre maestra, multidisciplinar en el colegio y en su propia casa con 3 hijos y un padre ausente, que trabaja en Madrid y aparece a cuentagotas en el discurrir familiar. Deciden contratar a Emérita, una mujer enorme, sorda, analfabeta y cuya pérdida de su hijo a los pocos meses de vida le marcará el resto de sus días
El narrador protagonista es el hijo pequeño de la familia con sus 2 hermanas mayores con quienes no congenia ni de lejos, compartiendo ese papel de narrador con la propia criada quien trata de cubrir el vacío que dejó su hijo a través de David, el niño protagonista, siendo la relación entre ambos el verdadero eje de la novela.
Es un libro que habla de la felicidad, personificada en Eme, quien encuentra una oportunidad de rehacer su vida en casa de la maestra, donde recibe cariño, atención y donde aprende a escribir. Habla de los vacíos, del duelo, de la pérdida de la inocencia y el paso a la vida adulta. Destacaría a su vez, como en esa época machista el autor resalta el empoderamiento de la mujer.
Sobre todo el desarrollo del personaje principal, cómo trata de adaptarse a un nuevo cambio, a un nuevo pueblo, nuevos "mejores amigos", el amor de este hacia sus progenitores y hacia Eme, y las vivencias en ese entorno rural tan cercanas para tantos y tantas, nostalgia, recuerdos, emociones, y el olvido, tan doloroso en muchas ocasiones.
Y por último destacaría un final a la altura del resto de la novela. Redondo.
Ha sido una lectura que me ha facilitado reconocerme salvando las distancias o reconocer mejor dicho a familiares o amigos que pudieron vivir emociones, vivencias o experiencias similares a la del protagonista.
Una novela redonda, un homenaje a esas Emes, a esas madres coraje que levantaron un país desde la sombra, cargada de reflexiones y frases a subrayar.
Creo que el libro está sobrevalorado. Es una historia sencilla, que nos trae el recuerdo de la década de los 70, del pueblo, de la España rural y tantos temas cargados de ternura, nostalgia y vivencias pasadas, pero no tiene una trama destacable, novedosa o que sea especialmente atractiva.
Un pellizco directamente al alma. Me ha llevado de nuevo a mi infancia y a determinados recuerdos. Una preciosa historia que habla de relaciones humanas, de sentimientos, de soledad, de olvidos. Desde los ojos y el corazón de un niño. Que te hace derramar una lagrimita pero esbozar también una sonrisa. Precioso.
Involucra en la historia y cada personaje está perfectamente dibujado. Para mí fue un libro que tiene todos los momentos que requiero en una lectura: invitante, primero trata cada frase de una manera absolutamente impecable, no sobra ni falta nada, es ameno, hace recordar y pensar. No conocía a este autor pero innegablemente tiene una presencia absoluta -desde ahora- en mis vivencias literarias. Es un libro de calidad suprema.
El descubrimiento de Pedro Simón ha sido para mí una grata sorpresa. El tema central del libro es la ingratitud que demostramos hacia nuestros mayores, hacia aquellas personas que nos han cuidado en nuestra infancia –a menudo con gran esfuerzo y abnegación- una vez que nos hacemos adultos. Habla, sobre todo, de los que fueron niños en la época postfranquista, en el arranque de la democracia española.
La obra está cargada de nostalgia por la niñez y el mundo rural. Y rinde un sentido homenaje, sobre todo, hacia aquellos personajes clave de nuestra infancia que nos dejaron una huella imborrable. Casi todos tenemos alguno en nuestra memoria –un abuelo, un tío o tía, una cuidadora, etc.—. En el caso de David, el protagonista, representa ese papel la señora Emérita, una mujer que perdió un hijo, sorda y medio analfabeta pero con mucha inteligencia emocional y un gran corazón y que, nosotros lectores, tampoco podremos olvidar fácilmente.
En suma, se trata de una obra cargada de una enorme sensibilidad que nos devuelve a nuestra propia niñez, aquel “paraíso perdido”, al que no hay retorno posible. Incluso el “escenario” ha cambiado: el pueblo ya no es el mismo, las personas que lo habitan ahora tampoco. Tan solo podemos recrear en nuestra mente —de forma similar a como lo hace el David adulto de la novela— diálogos imaginarios con las personas que fueron tan importantes para nosotros en el pasado y que ahora ya (casi) nadie recuerda.
He visto muchas recomendaciones de este libro, pero me parece que está sobrevalorado. Narra las vivencias de un niño en un pueblo en los años 70. Nada nuevo.
Maravillosa novela marcada por un personaje que la llena y la hace fluir como un río colina abajo.
Muy recomendable.
Me ha gustado mucho este libro.
Escrito en primera persona, en la voz de un niño, hijo de una maestra de escuela rural. Nos cuenta sus experiencias en un pueblo, sus amistades, el contacto con la naturaleza, el enfrentarse a la muerte, al dolor en las personas...
Especial la relación que entabla con doña Emérita, una solitaria mujer sorda que arrastra un duro trauma familiar.
"Ingratos" porque el protagonista siente no haber agradecido lo suficiente la entrega y ayuda que esta señora hizo por él y por su familia.
Muy especiales los capítulos escritos en primera persona por Emérita. Puro sentimiento, pura emoción.
Muy recomendable.
Un libro muy recomendable. Una historia bien contada que nos toca a todos. La soledad y el afecto. La primera parte transcurre con cierta monotonía, hasta llega un momento que parece un libro más que trata de las mismas insustancialidades que la mayoría, pero justo cuando empiezas a plantearte de qué va este tema, empieza a brotar la verdadera historia que te hace vibrar, sentir y pensar. De lo mejor que he leído este año.