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¿Sabías que Sindbad y Aladino no aparecían en Las mil y una noches?

AutorAlfredo Álamo el 18 de diciembre de 2014 en Divulgación
  • Antoine Galland fue el primer europeo en traducir los famosos relatos orientales.
  • Los viajes de Sindbad, Aladino y Alí Babá y los 40 ladrones no estaban en el original

Antoine Galland vivió durante años en Oriente Medio, donde trabajó como arqueólogo y traductor a finales del siglo XVII, llegando a ocupar el puesto de anticuario real. Galland aprendió a hablar árabe, turco y persa, convirtiéndose en uno de los principales expertos en literatura oriental de su época. De vuelta a Europa, trabajó en la Biblioteca Real y como catedrático de árabe en el Colegio de Francia. Sin embargo, su gran pasión por la literatura quedó reflejada en la traducción de Las mil y una noches, el mayor corpus de relatos nacidos en la India y considerado como uno de los títulos fundamentales de su historia.

Galland, sin embargo, se tomó ciertas libertades a la hora de traducir el texto. De entrada, consideró que había demasiado erotismo y sexo, así que expurgó el contenido, dejando muchos de los relatos sin demasiada sustancia. Luego decidió que conocía algunas historias mucho más interesantes y decidió incluirlas en su traducción.

Aladino y la lámpara maravillosa y Alí Babá y los 40 ladrones no estaban en Las mil y una noches. Galland dijo haber escuchado estos relatos de boca de un viejo cuentacuentos sirio en Alepo. En el caso de Aladino, no hay fuentes árabes ni persas que lo recojan, y está situado en China, aunque el ambiente es más parecido a un estado del Medio Oriente. En el caso de Alí Babá, tampoco hay un texto previo al de Galland. De hecho, se creyó haber encontrado un manuscrito en árabe en la Biblioteca Bodeliana, pero resultó ser una falsificación.

El caso de Sindbad es diferente. Ahí sí que hay un origen y una historia de los relatos, que se puede remontar a la Antigua Persia. Se conservan algunos manuscritos en árabe y, por lo visto, Galland decidió que un ciclo tan importante como este debía ser incluido en la antología oriental por antonomasia. Así que decidió traducir también Sinbad, pese a no estar en los textos originales.

Galland, además de estos cambios, incluyó numerosos detalles y relatos menores, cambios que con el tiempo y las nuevas ediciones se han ido corrigiendo. En 1885, sir Richard F. Burton publicó una traducción que se ha considerado canónica durante mucho tiempo, en la que, sin embargo, mantuvo los añadidos del traductor francés. Eso sí, Burton no hizo ningún expurgo en materia sexual y escandalizó a los rígidos victorianos con sus explicaciones sobre el sexo en la cultura de la India.

En español, las primeras versiones de Las mil y una noches fueron las publicadas por Blasco Ibáñez a partir de los textos de otro traductor francés, J. C. Mardrus. Por lo visto, Mardrus también tenía mucha imaginación y decidió incluir mucho de su propia cosecha en las traducciones, según él a partir de un supuesto texto tunecino del que nadie ha oído hablar desde entonces.

En muchas de las actuales traducciones ya no se incluyen estos textos que, pese a todo, han acabado por convertirse en los más famosos de Las mil y una noches. Siempre nos quedará la duda de si Aladino o Alí Babá y los 40 ladrones eran relatos tradicionales que Galland escuchó o si fueron una invención propia que decidió unir a la mejor colección de historias maravillosas por excelencia.

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Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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