Resumen y sinopsis de Pura pasión de Annie Ernaux
La pasión amorosa, observada con lucidez por una de las autoras francesas más reconocidas de la actualidad.
«A partir del mes de septiembre del año pasado, no hice otra cosa que esperar a un hombre: que me llamara y que viniera a verme»; así empieza la historia sobre la pasión de una mujer culta, inteligente, económicamente independiente, divorciada y con hijos ya mayores, que pierde la cabeza por un diplomático de un país del Este «que cultiva su parecido con Alain Delon» y siente especial debilidad por la buena ropa y los coches aparatosos. Si el tema que da lugar a esta novela es aparentemente trivial, no lo es en absoluto la vida que lo alienta. Muy pocas veces antes se había hablado con tan descarnado descaro, por ejemplo, del sexo masculino o del deseo que idiotiza, que trastoca. La escritura aséptica y desnuda de Annie Ernaux consigue introducirnos, con la precisión de un entomólogo que observa un insecto, en el febril, extasiado y devastador desvarío que cualquier mujer —¿y cualquier hombre?—, en cualquier lugar del mundo, ha experimentado sin duda al menos una vez en su vida.
Un relato corto, pero muy intenso. Es difícil identificarse con la autora porque son unas vivencias tan apasionadas es íntimas, que solo quien las haya vivido o sufrido puede entenderlas. Al final, parece que tanta pasión acaba por perderse. Quizá la autora nos quiere decir que nada es para siempre y que hay que asumir que hasta lo que nos parecía eterno, tiene su final.
Pequeño tratado sobre la pasión amorosa con el que la autora encapsula la suya propia, vivida durante un corto período de tiempo con un hombre casado y extranjero, una vez pasada, contemplada desde la distancia temporal y ya con la cabeza fría, exponiendo tanto la intensa manera de sentir cuando se está en semejante estado como la profunda banalidad que supone, una vez se echa la vista atrás. A través de sus experiencias, Ernaux pone palabras a cosas que, una vez más, han podido ocurrir a cualquiera.
La pasión es ese sentimiento devorador, de índole desde luego física y sexual, pero también algo que afecta a la mente y a la vida cotidiana; una forma de obsesión que, al menos en las mujeres, se manifiesta en ese estar “pillada” por un hombre que absorbe todos los pensamientos y que deja las acciones del día a día en piloto automático, con un deseo ferviente de que llegue el próximo encuentro. Entre medias, unas pausas que se llenan de anticipaciones, rumiación, angustia, así como una tendencia a relacionar todo lo que rodea a una con la persona amada, a ver por todas partes signos, rastros de la relación; en cada canción romántica, en cada película, una alusión a la historia de amor en curso.
Mismas cualidades que otras auto-ficciones de la Nobel francesa: el libro, la literatura, concebida como instrumento de precisión; brevedad, contundencia, frialdad, en una escritura que es consciente de sí misma y aquí se ocupa de un tema que es inevitablemente íntimo, con el peligro de caer en cierto morbo, cotilleo o exhibicionismo… el nombre del “amante” se mantiene en la incógnita, pero las circunstancias reales son lo que menos nos interesan. Nos basta para trazar un perfil, el de una presencia lejana, cuya historia queda entre bambalinas y que probablemente no siente lo mismo que la protagonista. Ropa para él, objetos de consumo, cargados de significado; momentos arrancados a la memoria en un vivir para otro que se parece bastante a una enfermedad, diríamos que felizmente superada.
Una prosa, de nuevo, la de Ernaux, urgente, casi a modo de diario y adoptando forma de notas, apuntes rápidos, certeros. Y una cierta ironía respecto a esa dimensión “privada” del texto, cómo va a ser recibido por los lectores y el entorno, el inevitable rendir cuentas ante los demás y ese instante que separa esa intimidad, la de una frente a sus recuerdos, y su divulgación.
Mi primera lectura de la autora, no la conocía hasta que ha recibido recientemente el Premio Nobel de Literatura. Debo decir que esta lectura corta me ha parecido una pequeña joya, con la que he terminado recreando alguna de mis pasiones obsesivas. Su estilo evoca recuerdos y emociones con una agudeza increíble, sin que necesite de muchas palabras para hacerlo. Ahora la obsesión mía es por seguir leyendo toda su obra.
Muchos quizás hemos pasado por una pasión que nos trasnocha. Esta autora hace que esto, que podría ser muy común sea único al escudriñar en cada sentimiento, en cada momento de la espera por el encuentro, en la idolatría al ser amado, añorado y deseado. Es una oda al detalle de la pasión desde un punto de vista no físico solamente, sino emocional y mental.