Resumen y sinopsis de Hijo de Dios de Cormac McCarthy
La vida de Lester Ballard, un joven solitario e inadaptado que ha sido despojado de la tierra de sus antepasados al no conseguir evitar que se lleve a cabo la subasta de la granja de su familia. Lester ya era un personaje desviado psicológicamente debido al abandono de su madre cuando apenas era un niño y al posterior suicidio de su padre. Pero a partir de ese momento vivirá en un cabaña abandonada y vagará por los alrededores de Frog Mountain, donde su sexualidad reprimida comenzará a desbordarse en el ejercicio del voyeurismo y posteriormente buscará en el bosque víctimas para satisfacer su extraña lujuria.
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Profundamente desagradable, Hijo de Dios es una novela inquietante que traza un retrato de una América dolorosamente desquiciada e indiferente. Es aterrador observar hasta qué punto el autor ha clavado el puñal en el centro de la sociedad de la que forma parte. Pero resulta refrescante también. Y es que pocas veces he visto una autocrítica tan despiadada como la que se presenta en este libro..
Cormac McCarthy firma la autoría de esta novela. McCarthy es célebre por escribir “La carretera” y “No es país para viejos”, ambas adaptadas al cine. Pero, y volviendo al tema puramente literario, McCarthy es un escritor increíblemente mediocre con un estilo de escritura simplón, superficial y con una ejecución lamentable. Obviamente se apoya en una prosa dinámica, sencilla y con un desarrollo muy mejorable, una estructura curiosa, que alterna un narrador en tercera persona, con declaraciones de testigos, un lenguaje increíblemente e injustificadamente vulgar y unas descripciones penosas. Son tan básicas y genéricas que la historia puede haber ocurrido en cualquier parte del planeta. Sin embargo, creo que la construcción de personajes es todo un acierto y, probablemente, lo mejor que tiene la novela. Me explico. McCarthy quiere darnos un retrato de la América rural, esa del centro del país compuesta por granjeros puritanos capaces de matar a alguien pero que van a la Iglesia todos los domingos. Soberbios y condescendientes, forman una atmósfera opresiva que envuelve a nuestro extraño protagonista, Lester Ballard, con trágicas consecuencias. La perfecta psicología de los personajes y el ambiente que el autor ha sabido crear alrededor de ellos, es excepcionalmente bueno. Solo por eso, merece la pena echarle un vistazo a la novela.
La historia que se trata en este libro es confusa ya desde el título. Y es que “Hijo de Dios” no tiene más significado religioso que el de expresar una contradicción. Ballard está muy lejos de ser una buena persona. Pero tampoco se le puede culpar del todo a él. Lo entenderéis mejor si os hago una pequeña sinopsis. Estamos en el condado de Sevier en Tennessee, un lugar inhóspito y montañoso donde la gente subsiste gracias a la agricultura mayoritariamente. Entre ellos, está Lester Ballard, el clásico producto de la endogamia generacional, orgulloso de tener un profundo arraigo a la tierra de sus antepasados, y que ya muestra algunos indicios de una enfermedad mental importante. Cuando Ballard pierde su casa y el terreno circundante, se convierte en un vagabundo que habita los bosques. Maltratado y despreciado por una comunidad que le es hostil sin razón, Ballard se desliza por el túnel de la locura hasta llegar a cometer actos crueles y abominables. Y hasta aquí puedo contar, ya que no quiero hacer ningún spoiler. Sin embargo, creo que McCarthy deja un aviso a navegantes muy claro. No puedes crear un monstruo, alimentarlo con el odio y después sorprenderte cuando te ataca. Ballard es un ser humano horrible. Pero a lo largo de la novela, algo en el comportamiento que la gente del lugar muestra hacia él, te hace comprender el porqué de su carácter hosco y violento. Y sin embargo, el protagonista te despierta tanta repulsión que eres incapaz de tenerle lástima. Ni siquiera al final, cuando la conclusión más predecible es revelada, puedes llegar a tener una pizca de empatía por él.
En resumen, Hijo de Dios es una lectura desagradable, solo apta para aquellos que quieran torturarse un poco y leer algo que saben que les va a resultar repulsivo. Es también una lectura corta que trata el problema de las sociedades aisladas y de la degeneración mental, pero de una manera demasiado superficial como para impactar realmente en el lector. Si te gusta sufrir este es tu libro. Si como yo, lees para entretenerte, es mejor que huyáis de esta lectura. Lo único bueno que tiene es que, a diferencia del auténtico hijo de Dios, este no puede resucitar...
Inicialmente cuesta un poco engancharse con la lectura. Hay unos saltos confusos, además de que, por ejemplo, en los diálogos no se usan marcas o guiones. Al principio se centra en describir el carácter y la difícil vida de Lester Ballard, un chico inadaptado que vive en zona rural del condado de Sevier, en Tennessee. Es abandonado a temprana edad por su madre y después tiene que enfrentarse al suicidio de su padre, lo que acaba de acrecentarle sus traumas.
Ante la imposibilidad de poder conservar la vivienda que le dejaron sus padres, termina refugiándose en una cueva de la montaña Frog, en donde comienzan a crecer sus perversiones, que lo llevan a espiar a las parejas que buscan refugiarse en la intimidad de los parajes rurales cercanos a esta montaña. Además de convertirse en voyeur, comienza a caer en prácticas cada vez más degradantes como el feminicidio, la pedofilia y la necrofilia, mostrando una total imposibilidad de distinguir el bien del mal.
Un libro muy fácil de leer, apenas 200 paginas, que pronto tendrá su adaptación cinematográfica. Al principio es difícil seguir el hilo argumental, porque al parecer no tiene un orden lógico y no presenta bien al protagonista. Es una obra dura del tipo de meridiano de sangre del mismo autor.
Al principio puede desconcertar un poco, porque es difícil encontrar un hilo conductor. Las primera parte de la obra se centra en perfilar el carácter del personaje principal (un tipo bastante curioso, valga decir) y en contar alguna de sus excentricidades. Luego el libro va tomando forma y es más fácil de seguir. Hijo de Dios me pareció, en conclusión, un buen libro e interesante. Vale la pena leerlo por la narrativa del autor, siempre magnífica, y por la historia de soledad y violencia de Ballard.
Obra menor en la bibliografía del autor y aun así es un libro sensacional. Se lee de dos tacadas.
Una buena obra, que no está a la altura de otras de este mismo autor, pero que no por ello no dejo de recomendar, pues su lectura es ágil y entretenida. Macabro como siempre, pero humano... Grotescamente humano.