Usamos cookies propias y de terceros con fines publicitarios, de sesión, analíticas y de redes sociales.
Cualquier acción que no sea su bloqueo, o la solicitud expresa del servicio vinculado a la cookie, implican el
consentimiento para su uso. Consulte nuestra
Política de privacidad
Aunque el humor es la baza que juega Christopher Moore (y la editorial que publica sus obras), lo cierto es que sus libros siempre me parecen previsibles, pesados y bastante aburridos. Un lío de mil demonios, no es una excepción y si no me ha decepcionado más, ha sido por que ya sé de que pie cojea su autor y no esperaba demasiado de él.
Poco puedo de decir de Moore como escritor, pese a haber leído tres de sus novelas. Su estilo es simplón y mediocre, sus descripciones, parcas y poco atractivas, y sus personajes, ni son interesantes ni están bien construidos.
En cuanto a la historia, el autor se ha estrellado. Una de las cosas que más me suelen gustar de Moore, es que las ideas centrales de sus novelas son bastante originales. Pero en esta novela, la premisa de la que parte no es novedosa.
En este caso, seguimos a Travis O'Hearn, un tipo de lo más vulgar, si no fuera por que viaja desde hace años con un demonio, Truco, al que invocó de manera accidental. El viaje de Travis, le lleva a una pequeña localidad costera, Pine Cove, convencido de que encontrará lo que necesita para romper la invocación y devolver a Truco al infierno. Como podéis ver el argumento central no sobresale por su originalidad. Pero el desarrollo que el autor hace de la trama, llenándola de historias secundarias sin encanto, cierto humor negro muy mal enfocado y el estúpido y predecible final feliz, hacen que leer este libro sea una experiencia poco gratificante.
En suma, Un lío de mil demonios, es un libro que permite pasar el rato, siempre y cuando no se espere gran cosa de él. Si queréis algo divertido, emocionante o mínimamente entretenido, buscad en otro lado.