La Casa es inmensa: tiene salas de sueño, salas de juego, kilómetros de pasillos, un invernadero a través de cuya cúpula acristalada puede uno ver pasar las estrellas... La Casa tiene todo lo que los Niños puedan desear: sus necesidades son atendidas por máquinas y ellos se dedican a jugar, a volar por los pasillos con sus alas mecánicas y a luchas de poder que su misma inocencia vuelve sangrientas con frecuencia. Pero todo se acaba y puede que también para ellos llegue el momento en el que tiempo comience a correr de nuevo...