Resumen y sinopsis de El conformista de Alberto Moravia
Un clásico de realismo italiano, llevado al cine por Bernardo Bertolucci, que tras el retrato de un hombre común describe el feroz mecanismo por el que los seres humanos se confunden en una masa sin libertad individual, proclive a ser dirigida por el redentor de turno.
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La vida de Marcello es la del hombre corriente bajo los totalitarismos, solo que él no es tan corriente como parece. Es un sujeto triste y que ha aprendido a disciplinar un instinto malsano, bordeando la psicopatía, que experimenta desde su infancia, entre episodios de tortura animal, acoso escolar debido a su afeminamiento, la locura paterna y la indiferencia materna; ambos progenitores, miembros de una burguesía venida a menos. Pero será el tenso encuentro que tiene con un pedófilo y sus inesperadas consecuencias lo que le marcará de por vida para perseguir, ya de adulto, una ansiada condición de individuo gris, anónimo y sobre todo normal, perfectamente indistinguible de la masa, casado sin amor con una mujer simple y voluptuosa, y por lo demás, siempre obediente en su trabajo de funcionario, afín a los posicionamientos del régimen fascista italiano al que sirve y que le encomienda una misión; utilizar su viaje de bodas como tapadera para dar con su antiguo profesor de universidad, ahora convertido en un elemento subversivo.
Tiene esta novela algo de trama de espías y policial, pero en realidad es el profuso retrato psicológico de un personaje en conflicto consigo mismo que podemos rastrear hasta el día de hoy, aunque con matices; buscamos precisamente lo contrario que este Marcello, ser únicos y diferentes al resto, aunque estemos lejos de serlo… a la vez que aspiramos a esa “normalidad” (como la del sicario, o la de la esposa de postín...) que en el fondo no existe.
El ciudadano anónimo abducido por el fascismo no es un fanático sino alguien apolítico, que asume postulados porque es lo que toca, lo que resulta cómodo, tranquilizador; lo hace de modo acrítico, porque lo hacen todos, y por lo tanto cualquier forma de responsabilidad queda diluida. Puede vivirse así más cómodamente, pero a cambio de un sentimiento de culpa que el catolicismo no puede mitigar y de cierta melancolía.
Podría tratarse de una homosexualidad reprimida, pero todo queda en un terreno metafórico, ambiguo, pese a que el autor desarrolla ideas, describe con suma atención espacios y objetos físicos. Sin que lo parezca, es un libro inclinado algo hacia el esperpento, a situaciones absurdas, truculentas (lesbianismo, prostitución...) y con cierta dosis de erotismo; con parte de thriller, parte de enredo amoroso a tres, presenta un giro final descabellado sin temor a transgredir las reglas de la verosimilitud.
Los intentos de la persona por ordenar su vida, luchar contra el destino y contra sí mismo, resultan ser vanos, pues tarde o temprano nos alcanzará ese mal, nos corromperá. Luchamos contra fantasmas, y tras esto se percibe el aliento de una filosofía existencialista. Justo cuando descubrimos que somos libres, cuando aprendemos a serlo, la realidad nos golpea y ni siquiera una naturaleza idílica servirá de refugio o de huida del horror que hemos desatado; la dureza con que son tratados aquí los personajes de Moravia es significativa del pesimismo, del humor incluso cruel que se desprende de la historia.
¡Está bastante bien! Da mucho que pensar en la hipocresía del ser humano que según el viento que sople va de un lado a otro sin importarle las consecuencias.
Hace plantearte qué harías tú si alguna vez algo así volviera (Mussolini) a pasar...
En resumidas cuentas, es un buen libro de lectura bastante amena.