Resumen y sinopsis de Primera nieve en el monte Fuji de Yasunari Kawabata
Estos relatos son a la vez una ventana al muy específico mundo doméstico de la posguerra japonesa y una reflexión, destilada al máximo, sobre los sentimientos y las contradicciones humanas, sobre el ser y la memoria, sobre las incógnitas de la belleza y del silencio. Dos de ellos, Yumira y El cristantemo en la roca, fueron incluidos posteriormente en una antología de sus cuentos favoritos que se publicó poco después de que recibiera el Premio Nobel de Literatura en 1968. Esta antología es una fina muestra de la grandeza de Kawabata. En los pequeños mundos de trazos delicados que se abren con cada cuento, en medio de sus resonancias y su luminosidad, descubrimos siempre la inteligencia inquisitiva y el humor de uno de los grandes del siglo XX.
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El Nobel nipón es un artista del claroscuro que despliega en estos relatos esa concepción puramente japonesa, pues no hay otra manera de definirla, de la sugerencia. Con un lenguaje simple desarrolla unas historias sin aparente estructura, muy digresivas, sin apenas acción, principio ni fin. La famosa técnica del iceberg de Hemingway se queda en nada ante estas siluetas literarias que invocan siempre algo susurrado, entre líneas, cuya forma final tan sólo acertamos a intuir vagamente. Lectura, por lo tanto, engañosamente sencilla, que tal vez exige especial atención o sensibilidad y que por momentos se asemeja a algún juego oriental de las adivinanzas.
“En aquel país. En este país” y “Gotas de lluvia” tratan las interacciones de dos parejas jóvenes y con hijo, que son vecinos o habitan bajo el mismo techo. Un artículo de periódico sobre singulares costumbres extranjeras, un juego infantil, los desperfectos de un canalón, son objetos, imágenes, que nos llevan al tema de fondo; la infidelidad y sus formas, consumada en la realidad, o bien con el pensamiento, la propia de unos hombres y mujeres que se rozan sin conocerse realmente, entre miedos, preocupaciones, culpa y suspicacias. Las dificultades de las relaciones amorosas reaparecen en “Lo que su esposo no hacía”, esta vez entre mujer madura y adolescente, una extraviada en la memoria de la hija fallecida, el otro, en su obsesión anatómica.
En “Una hilera de ginkgo”, unos árboles misteriosa e irregularmente pelados son la trama oculta del relato, entre las inconexas anécdotas de una familia (un supuesto robo o extravío de dinero, un hijo que estudia fuera…), como un paisaje de pronto alterado, sin que nos demos cuenta y sin saber la razón. Un hotel junto al mar es el escenario de “Con naturalidad”; la guerra obliga a un joven a adoptar una identidad femenina y a hacerse actriz, pero su historia se nos cuenta entreverada por el recuerdo, la nostalgia, la presencia de un escritor difunto y de un anciano senil, el único ser puro.
“El crisantemo y la roca”, más que un cuento, pudiera ser un ensayo en torno al arte funerario japonés y sus “stupa” o cúpulas mortuorias. Se suma la leyenda de una flor que crece sobre una piedra a una meditación sobre la muerte, lo efímero de nuestras vidas y deseos, cómo el orden natural de las cosas, en su belleza no humana, es el único consuelo imaginable. La naturaleza como remota clave interpretativa del relato reaparece en “Primera nieva en el monte Fuji”, sobre el reencuentro de una pareja tras la dura experiencia de la guerra, los cambios profundos y la huella de esa violencia, y cómo no, el recuerdo; aquí es la nieve de la montaña más célebre de Japón, cuya blancura se confunde con las nubes en una foto de periódico, es la imagen ambigua de la incertidumbre de nuestros sentimientos.
“Sin palabras”, o el artista sin voz debido a la edad y a la enfermedad, la alternativa entre el silencio, o bien una voz prestada, defectuosa, que incluso puede confundirse con la apropiación de esa voz perdida. Fantasmas femeninos a los que les gusta viajar en taxi son el colofón perfecto a este relato sobre lo incomunicable. Junto con “Un pueblo llamado Yumiura”, sobre la falibilidad, lo engañoso, pero también la verdad y la fuerza del recuerdo, puede que sean los textos más potentes del conjunto, abordando este último la insignificancia, la dificultad para juzgar a los demás, en comparación con nuestro escaso tiempo de vida y lo fugaz de la gloria terrenal.
El conjunto se cierra con “Las muchachas del bote”, una pieza teatral con personajes de la literatura clásica japonesa y abundantes alusiones históricas y a una idiosincrasia que resulta, la verdad, bastante lejana.
Me sorprendió gratamente descubrir a su autor a través de este compilación de cuentos.
Relatos reflexivos, serenos y llenos de sensibilidad.