Descubre qué es Bildungsroman o novela de aprendizaje, donde es fundamental la formación personal y el desarrollo del protagonista. Conoce también la historia del género y sus ejemplos clásicos.
Bildungsroman, también conocido novela de aprendizaje, novela de formación, novela de desarrollo o novela de iniciación, es un género literario que explora el proceso de maduración de un personaje, generalmente desde la niñez hasta la vida adulta. La importancia de este tipo de libros radica en el retrato que hacen de dichos años de transición, vitales en la vida de cualquier persona, pues tienen un gran impacto en la configuración de su identidad. La novela de aprendizaje surge dentro de la corriente del Romanticismo alemán con la publicación de Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister de Wolfgang Goethe, cuya traducción al inglés permitió difundir el género por Europa y, más adelante, por el resto del mundo. Ejemplos de Bildungsroman son, entre otras obras, Jane Eyre de Charlotte Brontë y David Copperfield de Charles Dickens.
Qué es una Bildungsroman o novela de aprendizaje
La definición de Bildungsroman se encuentra implícita en su traducción del alemán, por lo que si queremos conocer el significado de Bildungsroman —término acuñado en 1819 por el filólogo Karl Morgenstern— basta con saber que en alemán «Bildung» es educación y «Roman» significa novela. Por ende, «Bildungsroman» se traduce como novela de formación. En cuanto a las características de la novela de aprendizaje, se cuentan: la evolución moral, psicológica, física y social del personaje; la introspección, que desemboca en el crecimiento interior y la maduración personal; la transición hacia la vida adulta, abordando frecuentemente el conflicto generacional; las luchas internas a las que el protagonista se enfrenta a lo largo de este proceso; la construcción del yo, el desarrollo de la identidad y el autodescubrimiento.
Cabe señalar, además, que la evolución del personaje tiende a presentarse en tres etapas: aprendizaje de juventud («Jugendlehre»), años de peregrinación («Wanderjahre») y perfeccionamiento («Läuterung»); la primera se caracteriza por la inocencia, la búsqueda de identidad y la transición de la infancia a la adolescencia; la segunda hace referencia al período en el que el protagonista viaja (física o metafóricamente) en busca de experiencias para su desarrollo personal; y la tercera alude a la consolidación de conocimientos, la aceptación de uno mismo y la reflexión sobre la vida.
Origen de la novela de aprendizaje o Bildungsroman
Aunque se pueden hallar características de la novela de aprendizaje en títulos medievales como la obra anónima Romance de Sir Gawain y el Caballero Verde (s. XIV), el germen de este tipo de literatura se suele situar en el Renacimiento, especialmente en el género picaresco, del que es perfecto ejemplo El Lazarillo de Tormes (1554). No obstante, fue en la corriente del Romanticismo alemán, cuya literatura se caracteriza por un fuerte individualismo, la exaltación de los sentimientos, el interés por la naturaleza y la búsqueda de la verdad en el arte, donde surge la primera obra Bildungsroman: Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister de Wolfgang Goethe (1795-1796). Su protagonista, harto de vivir una vida vacía como hombre de negocios, emprende un viaje para hallar la felicidad y alcanzar la autorrealización. Además de contener rasgos del pensamiento romántico, tanto este título como los que surgirían a posteriori, mostraban influencias del pensamiento ilustrado, en tanto en cuanto los personajes de dichas novelas buscan la verdad, así como comprender el mundo y progresar.
Evolución de la novela de aprendizaje y su relevancia
Al traducir en 1824 Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister al inglés, Thomas Carlyle favoreció la expansión del género a Europa primero y al resto del mundo más adelante. Señal del florecimiento de la novela de aprendizaje en otros países es la publicación, durante el siglo XIX, de obras Bildungsroman de autores británicos como Charlotte Brontë o Charles Dickens. De este modo, al internacionalizarse, empiezan a sentarse las bases del género tal y como lo entendemos en la actualidad.
También las transformaciones del siglo XX tuvieron sus implicaciones en la evolución de las novelas de aprendizaje, que comenzaron a mostrar mayor énfasis en la subjetividad, reflejaron la crisis de valores tan latente en dicho período histórico y exploraron nuevas formas de narrar la transición hacia la madurez. Asimismo, en esta época aparecieron subgéneros como el «anti-Bildungsroman» (obras enfocadas en los fracasos y la crítica a las estructuras sociales) y la novela de formación femenina (libros que prestan atención a las experiencias de las mujeres en cuestiones de formación, desarrollo personal y lucha por la igualdad). Además, el género se empieza a recontextualizar, aplicándose en otras culturas y adaptándose así los temas a las particularidades de cada sociedad.
De este modo, la novela Bildungsroman contemporánea se caracteriza por haber evolucionado hacia la diversidad de perspectivas, entre las que se cuentan las novelas con enfoque feminista, así como las novelas de aprendizaje de carácter poscolonial, donde se examinan temáticas como la identidad, la raza, la lengua y el choque entre culturas. Cabe también mencionar que el Bildungsroman se ha expandido a otras ramas artísticas más allá de la literatura, como son el cine y la televisión. En estos contextos, se suele hablar de producciones coming-of-age, término que acoge cualquier relato que trate la transición de la niñez a la madurez, pero que no tienen por qué abordar temas propios del Bildungsroman, como el viaje personal y espiritual en busca de la autorrealización.
Autores y ejemplos de Bildungsroman o novela de aprendizaje
Una vez explicado el concepto de Bildungsroman, así como sus orígenes y evolución, es interesante detenernos en algunas de sus obras y autores más representativos.
Por un lado, en el siglo XIX destacan Jane Eyre (1847) de Charlotte Brontë, que sigue los pasos de una joven desde su infancia repleta de abusos hasta su adultez, David Copperfield (1850) de Charles Dickens, donde un joven inteligente y sensible se enfrenta al duro y cruel mundo adulto, y Mujercitas (1868) de Louisa May Alcott, que retrata cómo cuatro hermanas pasan de ser niñas a ser adolescentes y, más adelante, adultas.
Por otro lado, del siglo XX cabe hacer mención de El guardián entre el centeno (1951) de J.D. Salinger, que narra el viaje de autodescubrimiento de un adolescente hastiado, Matar a un ruiseñor (1960) de Harper Lee, en la que se aborda la pérdida de la inocencia infantil, y Tokio Blues (1987) de Haruki Murakami, que trata el proceso de volverse adulto.