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10 razones por las que son importantes las bibliotecas públicas

AutorYolanda Galiana el 19 de octubre de 2022 en Divulgación
  • Las bibliotecas públicas son puertas abiertas a la literatura y al conocimiento.
  • Te exponemos los motivos que convierten a las bibliotecas en un recurso inigualable.

Biblioteca de varios pisos con sofás en uno de ellos

Las bibliotecas públicas son el paraíso de cualquier lector. ¿Quién no querría acudir a un lugar que rebosa libros allá donde mires? Además de ser un centro de prestación, estos espacios cuentan con un amplio abanico de servicios de los que la mayoría de gente no tiene constancia. Fruto de este desconocimiento y de otros factores como falta de tiempo o preferencia por el uso de opciones online, hay una gran parte de la población que no acude a ellas. Para que no quede lugar a dudas de todos los beneficios que nos puede aportar su aprovechamiento, te presentamos 10 razones que dan fe del inestimable valor de las bibliotecas públicas.

Prestan libros gratuitamente

La prestación de ejemplares, que se hace a través de un carnet de usuario totalmente gratuito, es uno de los motivos principales por los que los ciudadanos visitan las bibliotecas públicas. Y es que en un mercado editorial que es una máquina incesante de publicación de novedades literarias, es imposible para el lector adquirir todas aquellas obras que son de su interés. Asimismo, tomar prestados libros en lugar de comprarlos también significa poder disponer de más espacio en nuestras casas. Si estos motivos no te parecen suficientes para pasarte por la biblioteca más cercana a tu alcance, debes saber que además de literatura también puedes solicitar préstamo de revistas, periódicos, música, películas, audiolibros…

Preservan el patrimonio cultural

Cuando hablamos de por qué las bibliotecas públicas son tan importantes, no podemos olvidar que son el centro donde se recopila, preserva y difunde contenido que constituye el patrimonio cultural local y nacional. Su labor garantiza la conservación y disposición de la información ya no solo a las generaciones presentes, sino también a las futuras. Y es que como sociedad debemos mucho a las bibliotecas, pues en ellas nos aguardan siglos de conocimiento, investigación y sabiduría. Sin el trabajo de protección y conservación que llevaron a cabo los servicios bibliotecarios no hubiéramos podido tener acceso a toda la documentación de la que disponemos hoy en día; de ahí lo crucial que es ayudar al desarrollo y mantenimiento de estos centros del saber.

Promueven la alfabetización, el aprendizaje y el hábito lector

Las bibliotecas públicas cuentan con recursos destinados a la alfabetización de niños, jóvenes y adultos que no han adquirido habilidades tan esenciales para la vida como son la lectura y la escritura. Por ello, son un motor tanto económico como social, puesto que su compromiso ayuda a formar una sociedad que pueda desarrollarse con mayor soltura personal y profesionalmente. Otra de sus grandes labores es la de facilitar el acceso a la información, posibilitando el aprendizaje y la adquisición de toda clase de conocimientos. Al mismo tiempo, disponer de tantos libros como se quiera fomenta el hábito lector en aquellas personas que, de otra forma y por diversos motivos, no podrían consumir literatura.

Son espacios seguros, justos, igualitarios y diversos

Las bibliotecas públicas rompen con las barreras sociales y económicas, ya que para acceder a ellas no se hace distinción por género, nacionalidad, clase social, raza, religión, edad, postura política… Todas las personas son bienvenidas y, por ende, son centros que luchan a favor de la igualdad y la igualdad de oportunidades. Los usuarios no solo cuentan con la seguridad de que no serán discriminados, sino que también pueden estar tranquilos de que se encuentran en un entorno libre, seguro y en el que se promueve la libertad de opinión, expresión y pensamiento. A fin de cuentas, las bibliotecas públicas son entidades que no están sometidas a poderes políticos ni comerciales.

Funcionan como apoyo educativo

El soporte educativo que las bibliotecas públicas suponen para niños y jóvenes es inestimable. Al procurarles un espacio donde poder estudiar en condiciones óptimas favorece en ellos la adquisición de unas técnicas de estudio apropiadas: delimitación de un lugar específico para dedicar al estudio, eliminación de distractores para mejorar la concentración, acceso a la información ante la necesidad de cualquier consulta… Las bibliotecas también son un punto de encuentro entre compañeros de clase para llevar a cabo sesiones de estudio conjuntas, realizar trabajos o ayudarse mutuamente a comprender contenidos. La cercanía con los libros también les permite interesarse por la lectura como forma de entretenimiento y no solo como fuente de aprendizaje.

Ofrecen la ayuda de los bibliotecarios

En cuanto a necesidades de los lectores se refiere, los bibliotecarios son los mejores aliados. Ellos son profesionales muy cualificados que cuentan con una profunda formación que no se limita a la adquisición de materiales bibliográficos, catalogación y clasificación de los mismos. Gracias a su experiencia y conocimientos, ante cualquier duda que nos surja —ya sea a nivel administrativo o literario—, podemos acercarnos a ellos y nos ayudarán en todo cuanto puedan. Su labor ha ido transformándose con el tiempo y han dejado de ser custodios de las colecciones de libros para pasar a ser agentes activos de las bibliotecas, tendiendo puentes entre los usuarios y la institución.

Permiten consultar y leer “in situ”

Acudir a una biblioteca no implica llevarnos los ejemplares a casa, lo que termina consumiendo nuestro tiempo al tener que ir a coger el libro y, posteriormente, a devolverlo. Las bibliotecas son espacios donde se puede leer y hacer consultas sin necesidad de tomar prestado el material. ¿Acaso no has querido alguna vez acceder a una información muy concreta? ¿Quién no ha pasado horas muertas en la ciudad sin saber qué hacer mientras esperaba a un amigo o a que se hiciera la hora para presentarse a una cita? Ante ambas situaciones la solución es ir a la biblioteca, ya sea para investigar o para aprovechar el tiempo para leer.

Facilitan el acceso a contenidos, tecnología e Internet

A día de hoy existen personas que, por razones muy diversas, no disponen de un ordenador ni de acceso a Internet en sus casas. En una sociedad dominada por la tecnología y cuyos procesos administrativos y educativos están muy ligados al uso de la red, las bibliotecas ofrecen este servicio a todos sus usuarios, además de impartir algunas de ellas cursos de alfabetización informática. Sabiendo que pueden acudir a este espacio repleto de recursos, las personas que no cuentan con el equipo necesario para recibir correos, realizar trámites administrativos o redactar tareas, trabajos o informes, pueden hacerlo sin que por ello tengan que pagar el tiempo de uso del ordenador.

Organizan actividades culturales y son una fuente de entretenimiento

Las bibliotecas no limitan su actividad a la literatura, sino que son la sede de numerosos actos culturales que sirven para enriquecer a la población, y acercar a los ciudadanos a sus servicios. Entre las programaciones que se pueden hallar en nuestra biblioteca más cercana se cuentan talleres infantiles, lecturas teatralizadas para los más pequeños, animación a la lectura orientada a los jóvenes, alfabetización digital para adultos y la tercera edad, encuentros con autores, debates literarios, recitales de poesía, cursos de escritura creativa, clubs de lectura… Como las actividades de cada centro varían en función de la comunidad en la que está inmerso, es interesante acercarse al establecimiento y preguntar por lo que llevan a cabo para ver si algo es de nuestro interés. En caso de que no lo sea, nunca está de más hacer propuestas.

Crean comunidad

Con la realización de actividades, cursos y diferentes eventos culturales, las bibliotecas consiguen que los usuarios terminen considerándolas un punto de encuentro en el que reunirse, conocer a gente, conectar con personas de todo tipo y relacionarse en un ambiente respetuoso, equitativo, diverso e inclusivo. A ellas van tanto personas en solitario como familias, colectivos, asociaciones o los propios vecinos. Es así como las bibliotecas, que en un principio se consideraban un mero lugar donde ir a buscar información y leer, terminan transformándose en un potente agente social capaz de unir a individuos de diferentes clases sociales, religiones, razas, culturas, etc., y conseguir con ello una comunidad más solidaria y tolerante, a la vez que menos prejuiciosa.

Ahora que ya sabes lo que nos aportan las bibliotecas como sociedad y como individuos, ¿a qué esperas para acudir a la más cercana?

Yolanda Galiana

Lectora empedernida desde que tiene uso de razón. Disfruta perdiéndose entre las hojas de cualquier buena historia que caiga en sus manos y compartiendo las reseñas de sus lecturas en su propio blog literario, donde da rienda suelta a sus opiniones.

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