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Lector cero: qué es, características y claves para elegirlo

AutorYolanda Galiana el 9 de junio de 2021 en Divulgación
  • Al terminar de escribir una historia, muchos son los autores que se preguntan cuál es el siguiente paso.
  • Tras hacer una corrección final, es recomendable que otra persona te dé su opinión acerca de ella antes de enviarla a una editorial.

Gafas sobre una pila de libros

Ha llegado el día. Después de tanto tiempo trabajando en tu historia, por fin hoy le has puesto el punto y final. Tras un largo suspiro, observas el documento que tanto esfuerzo te ha costado escribir y te preguntas: ¿ahora qué? En primer lugar, debes volver a leerlo y pulirlo; esa última ronda de corrección te librará de muchos errores evitables que se te pasaron por alto en el momento en que volcaste tus ideas sobre el papel. Ahora sí, ahora ya está listo para plantearte qué hacer con él.

¿Te gustaría publicar tu manuscrito? Para enviarlo a una editorial, sería conveniente que te cercioraras antes de que el borrador que mandas es la mejor versión de tu historia. Para ello, necesitarás la opinión de otros lectores.

Cómo conseguir la opinión de los lectores

Para saber cómo valoran otros tu obra, puedes hacerlo por dos vías: una pública y otra privada.

La pública consistiría en publicar tu historia por partes —según la vas escribiendo o una vez ya escrita— en un espacio público. Una plataforma que se sirve de este método para contar historias es Wattpad. Esta ha ganado mucha popularidad en los últimos años y, en ella, sus usuarios comparten sus obras por capítulos; de este modo, el autor recibe feedback directamente de los lectores (pueden dejar comentarios, compartirlo en sus redes sociales, dar me gusta…). Además, si se vuelve lo suficientemente popular, puede llamar la atención de una editorial tradicional y que esta decida publicar la obra, momento en el cual tendrías que borrarla de Wattpad, pues los derechos le pertenecerían al sello.

La privada, que es la que nos ocupa en este artículo, consistiría en enviar a alguien el manuscrito completo para que lo valoren. Esa persona, que se encargará de leer tu obra y opinar sobre ella antes de que caiga en manos de una editorial, se denomina lector cero.

Características de un buen lector cero

Antes de adentrarnos en cómo escoger a nuestro lector cero, tenemos que tener claro qué cualidades tendrá que tener para que su criterio nos sirva de guía a la hora de mejorar el manuscrito.

En primer lugar, buscaremos a alguien que tenga cierto bagaje lector. De poco nos servirá la opinión de una persona a la que no le gusta leer o que ha leído poco a lo largo de su vida pues, cuanto más se haya curtido en la lectura, mejores serán sus puntualizaciones respecto a nuestra historia, y mayor partido le podremos sacar a su valoración.

Que lea de todo también es algo a tener en cuenta muy positivamente a la hora de elegir un lector cero. Aunque podría ser de gran utilidad un lector que se haya movido principalmente por el género que has escrito, una persona que se ha sumergido en más géneros tendrá una visión literaria más amplia, y de ella se nutrirá para llevar a cabo sus apuntes respecto a tu manuscrito.

Debe ser también una persona asertiva, es decir, que sea capaz de comunicar su opinión de una forma clara y concisa pero, sobre todo, respetuosa. Un lector cero al que le sepa mal, por ejemplo, decirte lo que no le ha gustado de tu obra, no solo no te beneficiará como autor, sino que te creará la falsa sensación de que tu manuscrito está ya terminado de pulir.

Tiene que tener, también, una actitud crítica. El conformismo no es una cualidad a buscar en un lector cero; han de leer la obra sabiendo detectar sus fallos, así como destacar sus puntos fuertes y proponer mejoras.

Qué pedirle al lector cero

Para que sirva de guía en su valoración, así como para evitar que no atienda las cuestiones que son de tu interés, sería recomendable enviarle al lector cero, junto a tu obra, un pequeño cuestionario que rellenar al terminar la lectura. Este no debe ser muy extenso, ni tampoco se le puede pedir que haga una disertación profunda sobre tu obra; recordemos que no es un trabajo y no le estás pagando por ello, por lo que no debes excederte en tus peticiones.

¿Y qué preguntas podría contener el cuestionario? Para empezar se le podría pedir una breve sinopsis de la obra. De esta forma te darás cuenta de si has conseguido transmitir en tu libro lo que querías, es decir, si el lector se ha quedado con lo importante de la obra. También se le puede preguntar qué aspectos ha disfrutado y cuáles no, para tener una idea de qué podrías mejorar de cara a una nueva revisión. Además, sería recomendable añadir una cuestión sobre si se han aburrido y en qué punto de la obra. De este modo sabrás dónde añadir más tensión o escenas que generen interés por la historia. Respecto a los fallos de contenido, puedes preguntar si ha habido problemas de coherencia en la trama (por ejemplo, que en un momento se diga que el personaje tiene una edad y, más adelante, que tenga otra); en cuanto a los fallos ortográficos, puedes preguntar por los más graves (en ningún caso pedir que te marque todas las erratas; es un lector cero, no un corrector). Por último, puedes pedirle que te diga cuál es su personaje favorito y el que menos le ha gustado; así sabes las sensaciones que has logrado causar y si has plasmado en tus personajes las personalidades y cualidades que querías.

A quién elegir como lector cero

Esta es, posiblemente, la cuestión más difícil. ¿A quién escojo para que lea mi manuscrito? Puedes seleccionar a más de una persona porque, al fin y al cabo, cuantas más opiniones obtengas, más podrás pulir la obra.

La primera opción es la más común: alguien cercano. Familiares, amigos, pareja… Sin embargo, esta elección puede ser un arma de doble filo. En primer lugar, porque tienen que cumplir con las cualidades que hemos mencionado anteriormente (no nos será útil que escojamos como lector cero a un amigo al que no le gusta leer, por poner un ejemplo), y en segundo lugar, porque vuestra relación y el hecho de que no querrán haceros daño con su crítica puede jugarte una mala pasada.

También es una buena opción crear un pequeño grupo de escritores que os leáis los manuscritos unos a otros. Sin embargo, hay que ir con mucho cuidado si eliges a un lector cero que es también escritor. Para decantarte por esta opción las personas que conforman el círculo han de ser de completa confianza, puesto que se corre el riesgo de que, si no lo son, pueden plagiar tu idea o publicar tu obra con su nombre.

Los lectores cero también pueden conseguirse a través de redes sociales. Tras haber creado una comunidad de lectores y escritores, te será mucho más fácil, gracias a vuestras interacciones, descubrir quién puede ser un lector cero potencial y quién no.

Una última opción, que trataremos en otro artículo, es la de escoger lectores cero profesionales, es decir, pagarles por valorarte, de forma técnica y meticulosa, el manuscrito.

Yolanda Galiana

Lectora empedernida desde que tiene uso de razón. Disfruta perdiéndose entre las hojas de cualquier buena historia que caiga en sus manos y compartiendo las reseñas de sus lecturas en su propio blog literario, donde da rienda suelta a sus opiniones.

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