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Raffles, el caballero ladrón creado por el cuñado de Arthur Conan Doyle

AutorAlfredo Álamo el 7 de enero de 2019 en Divulgación
  • E. W. Hornung inventó la contrapartida a Sherlock Holmes.
  • Llegó a ser muy popular en su época.

Detalle de ilustración para cuento de Raffles.

A veces las casualidades literarias son maravillosas. Quién iba a pensar que el creador de uno de los mejores ladrones de la ficción de la historia, E. W. Hornung, iba a estar relacionado familiarmente con el creador del mejor detective literario, Arthur Conan Doyle. Pero así es, ya que Hornung, quien conoció a Doyle en la universidad, se casó con su hermana Constance. Y eso no es todo, ya que sus relatos tienen mucho en común.

Hay que decir que cuando Hornung comenzó a escribir las aventuras de Raffles y su compañero Bunny, ya llevaba un buen bagaje literario a sus espaldas. Trabajó como periodista cubriendo los crímenes de Jack el Destripador, había publicado un par de novelas y trabajado junto a Doyle en una obra de teatro.

La primera aparición de Raffles fue en la revista Cassell’s Magazine, donde publicó varios cuentos cortos de este curioso personaje. Hay que tener en cuenta que Sherlock Holmes ya llevaba unos cuantos años resolviendo crímenes, y que Hornung pensó que sería divertido crear una versión de las historias de su cuñado, pero con un criminal como protagonista.

No estamos hablando de una figura siniestra como Fantomás; lo cierto es que Raffles es todo un caballero británico, excelente conversador, carismático y atleta consumado. Lo que le sucede es que le gusta vivir muy bien, y tiene poco dinero. Para eso cuenta con la ayuda de su versión del doctor Watson, Harry “Bunny” Manders, encargado de contar las historias de sus fechorías.

Así es como Hornung le copió el sistema a Doyle. Una figura carismática, experta en el arte del disfraz y con conexiones por todas partes, que elabora geniales planes para ejecutar robos a la alta sociedad británica. Y que se lo pasa muy bien haciéndolo. Junto a él, un viejo amigo de la escuela que necesita el dinero y que se convierte en un cronista inesperado de sus aventuras.

Es curioso una cosa que comenta Bunny al principio de uno de los cuentos. Según él, los relatos que escribe corresponden a los robos que peor han salido o que han producido efectos sorprendentes, ya que los robos verdaderamente geniales son muy aburridos de contar, ya que no tienen el menor contratiempo.

Las historias de Raffles, muchas de las cuales están disponibles en castellano, incluso se cuenta con alguna edición reciente, son hijas de su época, para bien y para mal. Son sencillas, sin apenas giros sorprendentes, pero que se disfrutan por la habilidad con la que el autor recrea la época y lo atractivo del personaje principal, que va ganando en complejidad con cada nueva historia.

Otras curiosidades: a lo largo del siglo XX, algunos autores de pastiches holmesianos decidieron que Raffles y Holmes debían encontrarse, compartiendo más de una novela o cuento. En el campo del cine, se han realizado ocho adaptaciones de su obra (la última en 1939) y en la televisión ha habido tres versiones. La última es relativamente reciente, The Gentleman Thief, de 2001.

Hornung le dedicó el primero de los libros de Raffles a su cuñado. Doyle se lo agradeció, pero tampoco parece que le hiciera mucha gracia. Según él:

Creo que puedo decir que su famoso personaje, Raffles, era una especie de inversión de Sherlock Holmes, como Bunny haciendo de Watson. Él lo admite en su amable dedicatoria. Creo que hay pocos relatos mejores que estos en nuestro idioma, aunque debo confesar que creo que son peligrosos por lo que sugieren. Se lo dije antes de que se pusiera a escribir y el resultado me temo que me ha dado la razón. No debes hacer del criminal un héroe.

Raffles es uno de los primeros grandes antihéroes de la literatura. Con su código de honor, con su manera de actuar, siempre caballerosa, pero sin dejar de lado que es un auténtico criminal. Pese a todo, en su día llegó a ser casi tan popular como el propio Sherlock Holmes. El paso del tiempo, sin embargo, casi lo ha relegado al olvido.

Fotografía de J. C. Leyendecker con licencia CC BY-SA 4.0

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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