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¿Qué herramientas necesitas realmente para escribir una novela?

AutorAlfredo Álamo el 30 de septiembre de 2015 en Divulgación
  • En la actualidad existen numerosos programas y apps para escritores.
  • ¿Puede ser el uso de estos medios contraproducente?

Completo juego de herramientas algo oxidadas sobre vieja mesa de madera

Si me meto en el Scrivener en el ordenador y abro el mindmap que tengo en el móvil mientras consulto la documentación que metí en el Evernote con la tableta, reviso las notas y las imágenes del dropbox y repaso las fichas de los personajes… he perdido un cuarto de hora largo del escaso tiempo que tengo para escribir y todavía no le he dado a una tecla. ¿Son necesarias todas estas apps y programas de organización para escribir una novela? ¿O quizá será mejor librarse de todas las distracciones posibles?

A mí me cuesta horrores organizar una novela, supongo que soy más un autor de brújula que de mapa, y por eso cuando veo lo bien que se lo montan otros escritores con el Scrivener, siento una gran envidia. Lo tienen todo ordenado, en el mismo sitio, con escenarios, notas, personajes, datos extra… no, si lo veo y pienso: lo voy a usar. De verdad. Pero luego, con los primeros usos, acabo por abandonarlo.

No es que reniegue de la tecnología -como ya he dicho, me parece genial para el que le venga bien-, pero también es cierto que ahora parece que no puedes lanzarte a escribir sin tener detrás toda una parafernalia de apps y programas que en teoría te hacen la vida más fácil. Sí, uso alguna de ellas, sobre todo el Evernote, para tomar notas, fotos y almacenar artículos, pero es más una herramienta de consulta que miro a ratos, casi nunca a la hora de escribir.

Uso un editor de texto sencillo y procuro desconectar de toda red social a la hora de escribir. Pongo la música bien alta y trato de evadirme. Si me pongo a organizar nombres, describir escenarios y pormenorizar una compleja escaleta, me aburro. Necesito escribir más que preparar la escritura y eso es algo que no puedo evitar. Está claro que soy yo, y que tampoco escribo libros de mil páginas con decenas de personajes familiares a lo largo de cinco décadas de guerras y migraciones. Cada cual debe valorar la función que le ofrecen este tipo de programas y luego decidir si le es interesante. No hay que dar nada por hecho. Por otro lado, tanto usarlos como no usarlos no te hace ni peor ni mejor escritor.

Pero hay más opiniones claro. Santiago Álvarez, autor de la interesante novela negra La ciudad de la memoria, es un experto en Scrivener e imparte clases para sacarle todo el rendimiento a este programa. Según él:

Para mí, Scrivener ha cambiado mi manera de trabajar en la narrativa para siempre. No se trata de un software que te diga cómo tienes que hacerlo, sino que es un entorno profesional que te permite controlar la estructura de la historia, aportar información, corregir de manera más efectiva, etc, etc. Y, lo mejor de todo, es el software más flexible que conozco al respecto, lo que significa que podemos adaptarlo a nuestro orden o caos creativo: lo que significa que si 100 de nosotros usaremos Scrivener, lo usaremos de 100 maneras distintas. Imprescindible.

¿Y vosotros? ¿Sois de los de moleskine y pluma o de iPhone y Evernote? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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