Resumen y sinopsis de El rey recibe de Eduardo Mendoza
Hay dos formas de contar la historia: como sucedió y como la hemos vivido.Eduardo Mendoza regresa con una novela que hace sonreír… y sobre todo recordar.
Barcelona, 1968. Rufo Batalla recibe su primer encargo como plumilla en un periódico: cubrir la boda de un príncipe en el exilio con una bella señorita de la alta sociedad. Coincidencias y malentendidos le llevan a trabar amistad con el príncipe, que le encomienda, entre otras cosas, escribir la crónica de su peculiar historia. El opresivo ambiente de la gris España franquista pronto se quedará pequeño para Rufo, que viajará a Nueva York con poco dinero, grandes esperanzas y el difuso objetivo de hacer algo emocionante con su vida.
Rufo Batalla será testigo de los fenómenos sociales de los años setenta, como la igualdad racial, el feminismo, el movimiento gay o el desplazamiento de los grandes centros culturales y la deriva de la cultura hacia nuevas formas de expresión, fenómenos que en buena parte hicieron del presente lo que es hoy. Y dejará constancia, no tanto de los hechos como de la forma en que lo vivieron quienes los presenciaron.
Con la conocida unión de maestría narrativa y refinamiento estilístico del autor, personajes reales e imaginarios, típicos del universo de Eduardo Mendoza, se dan la mano en esta novela, brillante inicio de la trilogía Las Tres Leyes del Movimiento, que recorrerá los principales acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX.
Un libro un tanto peculiar. A camino entre la historia y el humor. Un relato bastante simple, caótico y a veces sin sentido. Mezcla de ideas y sucesos sin ningún camino aparente.
No me ha gustado. NI me lo he podido terminar. ¡Qué diferente de aquellos primeros que me leí a principios de los ochenta!
En general me ha gustado mucho. Desconcertante a ratos, genial algunos pasajes y reflexiones y muy entretenido.
Refresca acontecimientos históricos de los años 70 vistos desde la distancia con una aportación crítica del autor a través de su protagonista.
Libro un poco inclasificable dado el antagonismo entre le título y la historia.
Nueva narración de una parte de la Historia reciente de España.
Un tanto desconcertante, no obstante el estilo literario y la fluidez del mismo es propio del autor.
Libro inclasificable, diría yo, a caballo entre la (auto)biografía, o algo parecido, y la comedia, o sátira de costumbres.
En ocasiones parece un relato paródico, o bien un retazo de momentos vividos, o quizás una sátira amarga sobre el paso del tiempo, o incluso una novela absurda.
Ni idea, solo sé que leer a Mendoza es un placer, y el argumento de la novela pasa a ser casi una anécdota. Sin el casi.
Esta última novela de Eduardo Mendoza me ha parecido bastante irregular. Se configura en dos partes, una primera que transcurre en Cataluña, con una trama bastante estrambótica, en la línea de otras novelas del mismo autor, y una segunda más realista, que se desarrolla en Nueva York. En el relato, se intercalan además, como breves pinceladas, algunos de los hechos más relevantes ocurridos en los años 60-70. En mi opinión, no hacían falta. Como siempre, el estilo narrativo es impecable, pero no es lo mejor de este autor.
No es el perfil de historia que el lector espera del autor, y de ahí quizá la frialdad de las críticas, pero es una novela de bellísima factura, con un marcado sesgo, cuando menos, biográfico. Los coletazos finales del régimen franquista y la soledad del sueño americano se suceden en la persona de un discreto periodista, más teórico que hombre de acción, que abandona la conservadora Barcelona de los setenta para adentrarse en la abrumadora y vanguardista jungla neoyorquina. Una novela de poso triste, de insatisfacción y nostalgia, con alguna que otra licencia marca de la casa, por todas, la historia de un fiero pueblo báltico, que sólo en Mendoza tiene un pase. Pero qué pase...