Resumen y sinopsis de Los emigrados de W.G. Sebald
Los emigrados es un relato melancólico, nada épico, sobre el desarraigo. Sebald recrea las vidas de cuatro exiliados (cinco, si se incluye su propio autorretrato indirecto) a través de lo que narran ellos mismos, de recuerdos ajenos, fotografías y objetos encontrados. Al intentar reconstruir el pasado de su antiguo casero, Henry Selwyn, de un antiguo maestro de la escuela primaria, Paul Bereyter, el de su tío abuelo Ambros Adelwarth y el de Max Aurach, un pintor que fuera amigo suyo, Sebald también narra su propio sufrimiento ante el destino de estos hombres, su duelo por el pasado alemán. Sin embargo, lo que al principio aparece como un relato sencillo de la vida de cuatro judíos emigrados a Norfolk, Austria, Estados Unidos y Manchester es una evocación de la experiencia del exilio y la pérdida de la patria, la transcripción poética de una historia oral que se rebela contra quienes pretenden olvidar. «Extraño, maravilloso y terriblemente conmovedor»;
Una obra conmovedora. La impresión que me produjo "Austerlitz" se me ha confirmado con creces leyendo "Los emigrados". Sebald me parece un clásico moderno en el mejor de los sentidos de ambos términos: para mí se ha convertido ya en un autor de culto. No he podido calificarlo con un diez porque la última biografía -o lo que sea- la leí estando de viaje y me disipé un tanto.
Suelo leer a este autor, y el libro me ha encantado.
Narra la vida de distintos personajes que de una u otra manera se cruzaron en la vida. Me ha resultado apasionante conocer a esos seres anónimos y "perseguir" sus vidas.
La narración me parece excelente, detallada al máximo, no dejando escaparse cosa alguna.
Puedo decir que pocas veces la sinopsis de la contraportada es tan acertada como en el caso de este libro. En efecto se trata de un relato que emerge como de la niebla y que nos embarga de una profunda tristeza ante las trágicas vidas de los personajes.
Y no es que la novela esté plagada de catástrofes, pero los personajes -y el autor- parecen llevar bien clavada la daga de la tristeza en el alma.
Lectura muy conmovedora. Las fotografías añaden un acongojante y fantasmal elemento a la solemne narración de Sebald.