Resumen y sinopsis de El restaurante del amor recuperado de Ito Ogawa
Ringo, una joven japonesa apasionada de la cocina, lleva años ahorrando para abrir un restaurante con su novio, un maître indio. Un día al regresar del trabajo descubre que su piso está completamente vacío. Han desaparecido los muebles, el televisor, los electrodomésticos y, lo más valioso para ella, sus utensilios de cocina. Tampoco está su novio, que se ha llevado todos sus ahorros.Sin nada más que perder, decide abrir un restaurante muy especial, diferente de cualquier otro: en él solo atenderá una mesa cada día y se servirá un menú de acuerdo a los gustos y deseos personales del comensal. Recogerá granadas silvestres, buscará verduras enterradas bajo la nieve... Todo esto ocurrirá en El Caracol, el restaurante cuya exquisita y cuidada comida puede curar cualquier dolor y ayudar a sus clientes a encontrar de nuevo el amor. ¿Podrán sus recetas curar también a Ringo?
Existen libros que usan la etiqueta “feel good” para intentar llegar a un mayor número de lectores. Este género literario se ha puesto muy de moda en los últimos años, y eso ha hecho que aparezcan en el mercado obras bastante cuestionables que distorsionan el concepto de “sentirse bien”. Es una desgracia que “El restaurante del amor recuperado” encabece la lista de esta clase de novelas.
Ito Ogawa es la escritora de semejante bodrio. Totalmente desconocida para mí, es una escritora terriblemente mediocre que posee un estilo de escritura simplón, pesado y con una ejecución lamentable. Todo ello se consigue debido a una prosa sencilla, lenta, tediosa y con un desarrollo nefasto, un lenguaje que pretende ser lírico y termina dando risa y unas descripciones que, salvo para las cosas de la cocina, no son demasiado interesantes o especialmente notables. Pero los personajes se llevan la palma. Estoy acostumbrada a que en las novelas japonesas, los personajes no derrochen emociones, ni prácticamente vida. Pero Ogawa ha realizado una construcción de personajes horripilante, una mezcla mala de emoción e indiferencia que no deja de asombrar por el espanto que produce.
El restaurante de amor recuperado no es una novela. Es un recetario mezclado con una historia llena de sensacionalismo barato y mal hecho, orientado a provocarte algún tipo de sentimiento facilón. Pero antes de todo, aquí tenéis la sinopsis. Ringo es una joven japonesa que, tras ser abandonada y robada por su novio, decide volver a su pueblo natal. Hay que aclarar que Ringo tampoco parece tener todas las neuronas en su sitio. Es por eso que tras esta experiencia no consigue articular palabra. Pese a todo llega a su pueblo donde vive su madre, una mujer que nunca se ha llevado bien con su hija y que tiene un cerdo gigantesco de mascota. Tras alguna que otra discusión (escrita) Ringo le alquila a su madre el granero para transformarlo en “El caracol”, un restaurante que atenderá una sola mesa por noche y que tendrá un menú selecto creado por su talentosa chef, la propia Ringo. A partir de aquí, la historia se transforma en un libro de cocina, en el que la preparación de los alimentos ocupa más espacio que la propia trama, que sigue los cursos habituales de la literatura, donde la muerte y el renacimiento tienen un papel importante. Y hasta aquí puedo contar. Pero es que no hay nada. Creo que es el libro perfecto si queréis “sentir” la literatura. Los colores, los olores e incluso las texturas pueden ser sentidas en esta novela. Pero la historia es horrible. Lenta, impredecible y tediosa, cuando lo acabas te quedas esperando algo, un pensamiento, una reflexión, algo más que no sea un “¿por qué he leído esto?”.
En conclusión, El restaurante del amor recuperado es una muy mala combinación de cocina y emoción. Aunque supongo que eso es debido a la procedencia de la autora. Los japoneses no suelen ser emocionales. Y hacer sentir algo es un elemento principal para este tipo de literatura. Y aquí lo único recuperado que obtienes es el sueño. En cantidades industriales, eso sí.
Un libro maravilloso, lleno de magia, trata del reencuentro con uno mismo y con los demás, del amor por lo que te rodea, el amor por servir y dar felicidad por medio de tu dones, todo esto llevado magistralmente a través del arte de cocinar.