Resumen y sinopsis de Claraboya de José Saramago
En 1953, Saramago escribió Claraboya, y le entregó el manuscrito a una editorial sin obtener respuesta alguna sobre su posible publicación. «El libro no sólo no fue publicado sino que tampoco lo volví a ver. Hasta que, cerca de cuarenta años más tarde, recibí una carta en la que me decían que, en una reorganización de sus archivos, habían encontrado el original de Claraboya, pero llegaban tarde»: Saramago ya no estaba interesado en publicar el manuscrito en vida, dada la falta de respeto demostrada, y rechazó tajantemente la oferta de la editorial. Claraboya narra la historia un edificio donde viven seis inquilinos «que se ven sucesivamente envueltos en un enredo», según palabras del propio autor, quien describe la obra como «un libro ingenuo, que tiene cosas que están ya relacionadas con mi modo de ser».Discretamente, la mirada del novelista va descendiendo y, de repente, deja de ser simple testigo para ver con los ojos de cada uno de los personajes. Capítulo a capítulo, salta de casa en casa, de personaje en personaje, abriéndonos un mundo gobernado por la necesidad, las grandes frustraciones, las pequeñas ilusiones, la nostalgia de tiempos que ni siquiera fueron mejores. Todo cubierto por el silencio tedioso de la dictadura, la música de Beethoven y una pregunta de Pessoa: «¿Deberemos ser todos casados, fútiles, tributables?».
Saramago terminó de escribir Claraboya a los treinta y un años y entregó el manuscrito a una editorial de la que solo obtuvo respuesta cuarenta años más tarde, cuando era un escritor consagrado. La escritura minuciosa y paciente retrata con maestría una época marcada por la desesperanza. Claraboya anticipa de un modo deslumbrante los elementos del universo Saramago, así como las virtudes que serán el germen de tantas obras maestras. En el texto se oye la voz de José Saramago, se reconocen sus personajes, se identifican la lucidez y la compasión que según la Academia Sueca distinguen su obra.
Ha participado en esta ficha: samucga
Siempre me ha encantado Saramago, pero tras leer su libro autobiográfico "Las pequeñas memorias", me quedé tan decepcionado y defraudado, que me alejé -como por espanto- de toda su obra posterior.
En esta curiosa novela perdida -que el autor no quiso que saliera publicada hasta su muerte-, aparecen ya muchas de sus continuas y permanentes obsesiones: La humanidad, y por ende sus carencias, sus miserias y sus profundas debilidades.
"Claraboya" es un luminoso sol de invierno.
Un sencillo retablo vecinal, por el que podemos vislumbrar la ternura, la melancolía y la nostalgia.
Y es que como ya todos sabemos: "En todas las almas, como en todas las casas, además de fachada, hay un interior escondido".
La he leído con tanto agrado, que me ha encandilado y me ha dejado sorprendido.
Es un libro precioso por la la forma en que sabe caracterizar con tanta profundidad a sus personajes.
Sorprende que habiendo sido escrito en 1953 ya se note la esencia y calidad de Saramago, tan genial y tan único en su forma y estilo. Su pluma es un espejo de todas nuestras contradicciones como seres humanos.
Historias cotidianas sobre la vida de los vecinos que integran una comunidad. El autor desgrana así los sentimientos, los sueños, las mezquindades y las contradicciones inherentes al ser humano.
Primera obra de Saramago y ya esta cargada de reflexiones sobre las personas y el análisis de las actitudes y pensamientos de la gente, que por mucho que pase el tiempo siempre tenemos prejuicios y somos excesivamente críticos con los demás para no pensar en nuestros propios errores. Saramago en todas sus obras hace diferentes ensayos del ser humano.
Es la primera novela de Saramago que leo. El tema de la novela no tiene que ver, por supuesto, con lo que sucede, con la acción; pero creo que tampoco es una novela de personajes, sino más bien una reflexión sobre el propósito del hombre y la mezquindad del comportamiento humano. Los pocos más de una docena de vecinos que retrata muestran sus defectos y contradicciones.
Emilio se siente atado y disminuido por su mujer y su hijo hacia los que no siente ningún afecto, y sin embargo cuando Carmen,su esposa, vuelve con Enriquito por unos días a su añorada Galicia, Emilio no sabe qué hacer con su ansiada libertad recuperada. Justina y Caetano conviven despreciándose; Caetano encontrará una inesperada forma de someter a su temida y aborrecida esposa, el impulso sexual. En casa de las hermanas Amelia y Cándida, y las dos hijas de ésta, surgirá un hecho puntual que enturbiará su apacible convivencia. Rosalía y Anselmo critican a Doña Lidia porque creen que ha engañado al Señor Morais, el empresario que la mantiene como una dama en un piso del bloque, y parece que serán capaces de entregarle a su joven hija Claudiña.
Pero son Silvestre, el viejo zapatero, y Abel, su joven inquilino, los que reflejan con sus diálogos las obsesiones del autor. Silvestre censura a Abel por su falta de compromiso, por su inutilidad. La vida sin amor es un estercolero. Abel admite su inutilidad, pero dice: no lo seré siempre, espero convertirme en un verdadero hombre. Y a su vez critica a Silvestre porque no tiene más que palabras, no pasa a la acción. Abel es escéptico, no cree que se pueda mejorar la vida. El relato termina con una sentencia suya que expresa posiblemente una de las ideas que ha movido al autor a escribirlo: El día que sea posible construir sobre el amor no ha llegado todavía...
La primera novela de Jose Saramago, no es de extrañar el éxito que tuvo en su vida , leyendo esta primera novela.
Aunque no esta escrita como casi todas las demás, es decir sin apenas signos de puntuación , saltos de reglón etc etc, ya se podía deslumbrar le profundidad que ahondaba en su ser para describir los sentimientos y pasiones de los seres humanos, y pensar que en su momento la rechazaron.
Me ha gustado mucho