Resumen y sinopsis de La muerte en Venecia de Thomas Mann
La historia de un alma agotada, capaz de sobrevivir sólo en el artificio, que de pronto descubre la belleza espontánea que se manifiesta sin esfuerzos y sin titubeos en la figura de un adolescente. Mann escribió esta obra en un estilo de mosaico, preciso, minucioso y brillante a la vez, y que describe con eficacia la atmósfera crepuscular y agónica de una colorida Venecia.
Publicada en 1914, La muerte en Venecia fue una novela fundamental para cimentar la fama de Thomas Mann, que en 1929 recibió el Premio Nobel de literatura, siendo considerado como una de las figruas clave dentro de la literatura europea contemporánea.
Han participado en esta ficha: Emilio18 ERB_Lector
Editorial Plaza y Janés. Rústica de bolsillo, buen tamaño de letra y márgenes. Traducción de Martín Rivas y Raúl Schiaffino, 100 páginas.
Se nos presenta una novela corta, donde un escritor de edad avanzada hace un viaje a Venecia. En este destino observa a un adolescente de catorce años y se obsesiona con él, lo describe como “Dios de la belleza” y le asaltan toda clase de pensamientos sensuales y morbosos en relación a este niño, que no puede apartar de su cabeza.
El estilo de Thomas Mann, según mi parecer, es enrevesado, retorcido e infumable, las descripciones son tan pesadas que se me va el hilo de la imagen y no representa la situación. Es un constante abuso de adjetivos, que recarga tanto las frases para llegar a abrumar y llenar de sopor al lector, haciéndome en mi caso, releer fragmentos una y otra vez para sacarles sentido. Nunca me ha costado tanto acabar un libro (y son solo 100 pág.). Es evidente que Thomas Mann debe ser un escritor magistral, por eso le han dado el Premio Nobel, pero en este caso me abstengo de recomendar este libro.
Aunque me costó entrar en ella, es una buena obra, donde el escritor juega con el lector, transmitiendo los estados de ánimo del protagonista. Muy importante como está latente en toda la lectura la acechanza de la desgracia y la muerte.
Recomendable.
Respecto a la historia puedo decir que es simple pero con temas de fondo muy claros. La belleza de los versos es innegable, sin embargo, hay partes que son bastante lentas y le cortan un poco el ritmo.
Para leerlo en casa recomiendo la edición ilustrada de Contempla, una edición muy bella en tapa dura con hojas gruesas, letra grande y pinturas.
Denso y elegante, La Muerte en Venecia, es un relato que no deja indiferente a nadie, pero que no termina de engancharte. Resulta una lectura pesada y difícil de digerir en la que no terminas de entrar por mucho que te lo propongas.
Conocía al autor, Thomas Mann, solo de oídas, puesto que no había leído nada suyo. Y después de leer esta narración comprendo por qué he tardado tanto en atreverme a hacerlo. Indudablemente Mann es un notable escritor. Su estilo de escritura resulta refinado y muy depurado. Su prosa es lenta y tediosa, su lenguaje de una gran belleza lírica pero irritantemente artificiosa y enrevesada, y las descripciones tan minuciosas y detalladas que parece que el paisaje se desliza ante tus ojos. Pero son sus personajes uno de los mejores elementos de la novela. El protagonista, Gustav Aschenbach, está sólidamente construido resultando coherente y verosímil. Sin embargo cualquier empatía que puedas sentir por él y su situación se desvanece cuando descubres lo pedante e intransigente que resulta.
La historia que se narra en La muerte en Venecia, puede resultar poco original pero tiene una gran trascendencia en cuanto a que trata un tema tan universal como es el amor. Para poner en contexto, empezamos conociendo a Gustav Aschenbach, un reputado escritor en la cincuentena que decide tomarse unas vacaciones en la ciudad de Venecia. Durante su estancia Aschenbach, hombre de profundas convicciones morales, sociales y culturales, se enamora locamente de un bellísimo chico de 14 años residente del hotel, echando por tierra lo que siempre ha sido y transformándose en el tipo de persona que siempre ha odiado. En su “historia de amor” cuenta siempre con la complicidad de Venecia, un personaje más de la novela, que pasa de ser un entorno cálido, pintoresco y colorido, a una ciudad sombría, oscura y tenebrosa, llena de enfermedad y muerte. Así que a medida que la ciudad se oscurece, la atmósfera del relato resulta opresiva, hasta el consecuente y trágico final.
Pero como no es oro todo lo que reluce, detrás de esta imponente historia también hay cosas en las que Mann falla. En especial en las enormes y larguísimas reflexiones y divagaciones filosóficas sobre la estética, la literatura y la época que, además de aburrir, alargan de manera innecesaria toda la obra. Por otro lado está la inmensa carga simbólica detrás de la trama. Y es que tanto símbolo desconcierta y entorpece la interpretación de la obra. De tal manera que la mayor parte del tiempo tienes dudas sobre si has interpretado algo de forma correcta y, por consiguiente, siempre tienes la frustrante sensación de que hay elementos que se te escapan. Por último está el tema de las referencias a la mitología griega. Algunas son poco conocidas y están contadas en un lenguaje excesivamente rebuscado, logrando que leer algunos párrafos sea un esfuerzo hercúleo.
Completa esta edición de la obra de Mann, un pequeño relato titulado Mario y el Mago, escrito en 1929 poco después de que al autor se le concediera el Premio Nobel de Literatura. En esta deliciosa narración se nos muestra una sátira de los sistemas tiránicos en el que parece un mago de aspecto bufonesco y deformidad grotesca, llamado Cipolla, que más que ternura, inspira respeto. Éste, por su parte, no deja de mostrar cierta agresividad y menosprecio por el público que ha ido a verle. Con mano de hierro y ciertos trucos de naturaleza dudosa, consigue encandilar y dominar a todo el público, a la vez que suelta un discurso profundo, mezcla de una corriente patriótica, que solo esconde xenofobia y una aberrante forma de entender los deberes morales, y conceptos místicos relacionados con el destino, que parece anular la voluntad del público. El horrible final aparece cuando Cipolla decide burlase de Mario, un sencillo camarero tímido y amable, obligándole a realizar un acto repugnante, con trágicas consecuencias.
En resumen, La muerte en Venecia, es una obra muy interesante, pero demasiado pesada y farragosa de leer como para enganchar al lector. Tiene a su favor una cortísima duración y una vez superado los obstáculos y acostumbrado al rebuscado estilo de Mann, se lee rápidamente. Pero no sé si realmente merece el esfuerzo. Lo que sí sé, es que tardaré muchísimo tiempo en volver a leer algo de este autor.
Lo más destacable de esta novela es la excelente prosa de Thomas Mann, es lenta y con un argumento, hoy en día, poco atrayente. La recomiendo solo para seguidores del escritor, entre los que me cuento.
Mann es un maestro, su prosa (o la traducción) es refinada y trasmite mucha calma. Con esto último puede que se torne aburrida su lectura, pero, además de su imponente erudición, no se me hizo pesada; más bien fue un deleite. En cuanto a la historia, no me pareció gran cosa. Es una reflexión hedonista sobre la belleza. Un escritor consagrado que pasa un verano en Venecia descubre, en el hotel donde se está alojando, a un muchacho polaco de apariencia inigualable. De sus contemplaciones enamoradas el escritor extrae juicios a priori acerca del carácter del jovencito. Mientras tanto, como drama de fondo, una peste se cierne sobre la ciudad, y al final llega la muerte.
No sé cómo calificar esta obra. Parece (y es para muchos) una novela; pero no le vi mayor complicación que la de los paseos del protagonista por las calles de Venecia.
Gran profundidad estética en una prosa formidable, una excusa genial para llegar al ensayo sobre la Belleza y explicar aquel camino que nos lleva, muchas veces originado en la tentación, a la consumación del análisis filosófico de la composición de aquello que nos rodea y de cómo esto, según su carácter formal, nos lleva al conocimiento de una Verdad superior, platónica y abrumadora.
Historia que todos conocemos. No sé, lo encontré un poco tostón
Un icono de la literatura alemana, esta novela corta se ha de leer como tantas otras obras de gran repercusión en el pasado: con el filtro del paso del tiempo. El tema pudo llamar la atención cuando se publicó pero hoy en día la cosa se asume con naturalidad. Un juicio neutro hablaría de una novela corta sobre una pasión que se renuncia a justificar -solo la belleza?- redactada en un estilo algo barroco y con recurso repetido y difícil de asumir para este lector a la mitología griega...
Creo que está novela está sobreestimada,no me ha parecido para tanto.Muy normalita,la historia no me ha llamado la atención en absoluto.Menos mal que es corta y se lee rápido.