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El Rinoceronte nos lleva de la mano hacia deducciones y conclusiones diversas, sin embargo entre todas estas, destaca la estúpida aptitud de los personajes que discuten si los rinocerontes eran asiáticos o africanos. Ellos nos pintan con claridad pedagógica como los seres humanos perdemos el tiempo prestándole atención a hechos irrelevantes ignorando postergando las situaciones trascendentes.
Juan Carlos Arroyo Ferreyros