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Microsoft cierra su tienda de ebooks y por qué el DRM es un problema serio

AutorAlfredo Álamo el 11 de abril de 2019 en Opinión
  • La multinacional se retira del mercado literario.
  • Los clientes perderán todos sus libros.

Edificio de Microsoft.

Vamos a dejarlo claro. Los libros electrónicos con DRM no se compran como lo haríamos con un libro en papel, sino que adquieres una licencia de uso, una especie de alquiler o usufructo. En principio, ese uso debería durar para siempre, pero la realidad puede ser otra, como han descubierto todos los usuarios de la tienda de ebooks de Microsoft: sus libros serán borrados en julio de 2019.

Sí, así de crudo y difícil de entender. Después de años vendiendo libros a través no solo de una tienda, sino también de su propio navegador, Edge, Microsoft ha decidido que no es rentable mantener su tienda. Esto, en un negocio normalizado, no supondría más que la desaparición de la página web, pero en el mundo del DRM nos lleva a que los libros desparecerán de la biblioteca de sus usuarios.

Microsoft, empresa a la que le sobra el dinero, ya no vende libros y ha comenzado a devolver el dinero de los libros comprados. Parece no comprender que no es una cuestión de euros: si compras un libro es porque lo quieres tener, y que no desaparezca de la noche a la mañana. Sí, te hace una devolución, pero genera muchísimas molestias. Molestias que podían ser evitadas. Además, muchos usuarios tenían notas asociadas a los libros. Pues bien, estas notas también desaparecerán, pero ¡tranquilos! Microsoft ofrecerá un vale de 25$ para gastar en su propia tienda de aplicaciones. Qué descanso.

Y es que el DRM, concebido para controlar la copia y distribución ilegal de contenidos, es tan inútil como tramposo. Existen cientos de programas que revientan esta protección en segundos, por lo que no es realmente efectiva, y lo único que queda es la penalización a aquellos usuarios que han decidido ser respetuosos con la legalidad, ya que van a ser ellos los que se queden sin libros en breve.

El DRM es la opción elegida por muchísimas editoriales y distribuidoras de libros para marcar los libros, aunque existen otras opciones menos agresivas, como el DRM Social, usado para marcar a los libros, pero no limitar su uso. También hay que tener en cuenta que el DRM no solo se usa para los libros, sino que está presente en casi todos los productos multimedia.

Se hace difícil pedirle a la gente que no desbloquee el DRM de los productos que adquiere después de este tipo de noticias. De un día para otro, tus libros pueden desaparecer de la biblioteca digital. Así que lo más seguro, y recomendable, es crear copias de respaldo por si algún día esto sucede con alguna otra gran empresa.

En un escenario donde no somos dueños reales de un producto, el control sobre lo que creemos nuestro se desdibuja. ¿Hasta qué punto leemos las condiciones de uso de lo que compramos? ¿Accedemos a todo sin leer? Estas son las consecuencias.

Vía: Liliputing

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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