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4 típicos consejos para escritores con los que deberías tener cuidado

AutorAlfredo Álamo el 23 de marzo de 2018 en Divulgación
  • Todo el mundo te va a aconsejar cómo escribir.
  • Hay soluciones que no siempre funcionan para todos.

Pluma de metal y un cuaderno en blanco.

Cursos, talleres, expertos… la cantidad de consejos para escritores que circulan por ahí para ayudarte a escribir la novela perfecta es infinita. Todo el mundo parece tener la fórmula mágica que te va a permitir terminar tu historia de una manera rápida, interesante y sin apenas problemas. Pero lo cierto es que muchos de esos consejos típicos dan problemas, contratiempos que nadie se toma la molestia de explicar. Hasta ahora.

¡Escribe, escribe, escribe! Es todo lo que importa.

Seguro que has escuchado que lo único que necesitas para conseguir terminar una novela es sentarte frente al teclado y escribir sin parar. Bien, no siempre es así. Conseguir una rutina siempre viene bien, pero no tiene que ser una obligación diaria que ocupe todo tu tiempo libre. Además de calentar la silla, sería importante que:

  • Leyeras. En serio, no pasa nada por leer cuando escribes. Ayuda a relajar la mente.
  • Consiguieras opiniones sobre tu trabajo. Dedica parte del tiempo a preguntar para ver cómo va tu manuscrito.
  • Pienses sobre cómo estás escribiendo, además de qué. Te ayudará a conseguir puntos de vista más originales.
  • Aprendas otras habilidades que te servirán más adelante, como hablar en público o montar una página web.

Escribe siempre a la misma hora todos los días.

Como ya hemos dicho, una rutina responsable es muy útil, pero no siempre te va a servir. En la vida real es casi imposible ponerse a escribir como si estuviéramos en una cadena de montaje. Seamos serios: hay gente que trabaja por turnos, los hay que al atender a su familia no pueden estar seguros de su horario, igual prefieres las tardes entre semana y las mañanas del sábado o el domingo.

Y de nuevo, escribir todos los días se puede hacer difícil. Igual te viene mejor dos días a la semana, o cuando sabes que tienes más tiempo libre. Lo importante es que te lo tomes como algo habitual, que no dejes de hacerlo, pero lo necesario es que consigas un horario en el que te sientas cómodo.

Tienes que escribir para el mercado.

A primera vista, no parece un mal consejo. Después de todo, si quieres vender lo que estás escribiendo a una editorial, tendrías que tener en cuenta qué se mueve en el mundo editorial para tener alguna oportunidad de publicación. Pero, sin dejar de tenerlo en mente, también tiene sus problemas.

  • El mercado cambia. Quizá te fijes en que se han puesto de moda las novelas eróticas con algo de sadomasoquismo y decidas escribir la tuya propia. Por desgracia, es posible que un año después se lleven las novelas de viajes exóticos en el siglo XIX y tu novela apenas tenga atractivo para las editoriales.
  • Puede que no sea lo que quieras. ¿De verdad quieres pasar meses escribiendo sobre algo que no te gusta? El resultado puede ser bueno… o muy malo.
  • Puede que no seas bueno escribiendo sobre lo que está de moda. No todo el mundo tiene la capacidad de ser versátil.
  • A veces los libros poco comunes o inusuales se venden mejor que la típica copia del libro de moda.

No te preocupes por la ortografía y gramática cuando escribes el borrador.

Este es un curioso consejo. Te dice que cuando escribas ni siquiera borres. Ve siempre hacia delante, sin preocuparte de nada más, ni siquiera de las comas. Que lo importante es terminar y ya revisarás.

Pero hay que tener en cuenta que una buena escritura determina el libro que estás haciendo. Volver atrás y revisar un manuscrito lleva un largo trabajo, sobre todo si, conscientemente, has decidido no mirar nada durante su creación. Y que lo más probable es que tengas que revisarlo varias veces para darle un acabado lo más perfecto posible. Porque un editor puede descartar sin problemas tu novela, sencillamente por ver que tiene demasiado fallos.

No hay que pararse en cada frase y revisar cada párrafo a medida que escribas, pero sí que hay que fijarse un poco en lo que estás escribiendo. Sin obsesionarse, pero con cuidado. Es un montón de trabajo que te ahorrarás más adelante.

Vía: Aliventures

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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