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Las otras grandes polémicas del Premio Nobel de Literatura

AutorAlfredo Álamo el 19 de octubre de 2016 en Divulgación
  • Este premio ha sido cuestionado en numerosas ocasiones.
  • La elección de Dylan es una más dentro de la controversia.

Dos ranas de cerámica, una se tapa los oídos y la otra la boca.

Sí, está claro que la elección de Bob Dylan como Premio Nobel de Literatura en 2016 ha dado para miles de comentarios en redes sociales y numerosos artículos periodísticos. Pero la verdad es que no es una novedad dentro de la larga historia de los Premios Nobel, que se han caracterizado por tomar decisiones muchas veces incomprensibles y que en su día levantaron tanta o incluso más polémica que con su última elección, aunque esta nos parezca más grande, sin duda por el efecto de las redes.

No me quiero imaginar la que se habría montado en Twitter los primeros años del Nobel de Literatura cuando año tras año se dejaba fuera a autores como Tolstoi, Chéjov, Zola o Twain, mientras que se lo daban a Prudhomme, Mommsen, Bjornson, Von Heyse o Hauptmann. Si la gente se vuelve loca con lo de Murakami, imaginad la reacción de los seguidores de Tolstoi. Pero claro, eran los primeros años del siglo XX y se dice que los suecos todavía no podían ver a los rusos ni en pintura.

Muchos otros grandes literatos se quedaron en la cuneta, como Joyce, Borges o Strindberg (cuya popularidad en Suecia llevó al Primer Ministro Sueco a presentar una candidatura popular al premio que terminó en un curioso Nobel alternativo). Hay que tener en cuenta que muchas de las decisiones de la Academia Sueca han sido desclasificadas, así que podemos saber, por ejemplo, que Maulraux no se lo llevó por no volver a la novela, o que Auden no lo consiguió por su mala traducción de un libro de Dag Hammarskjold y por hacer comentarios sobre su posible homosexualidad. Y eso que estábamos ya en los años 60.

Quizá el momento más sangrante de esta época fue la concesión del Nobel a John Steinbeck. Si bien con Bob Dylan las críticas han sido importantes, en su época el New York Times llegó a decir que cómo le habían dado el premio a un escritor “cuyo limitado talento es, en sus mejores libros, ahogado por su filosofía de tercera” y que “es interesante que el premio no haya galardonado a un autor cuya significancia, influencia y obra haya conseguido una mayor impresión en la literatura de nuestro tiempo”. A saber qué hubiera dicho el editorialista del NYT del premio a Dylan, ¿eh? Por cierto, que este nobel se concedió por no poder decidirse entre Robert Graves, Lawrence Durrell o Karen Blixen. Según ellos era “el menos malo”. Pues vale.

Otras grandes polémicas llegaron con la elección del dramaturgo y novelista italiano Dario Fo, cuya incorrección política y comportamiento iconoclasta no le habían hecho demasiado popular entre grupos religiosos. De hecho, hubo numerosas protestas y ríos de tinta en contra de su galardón, incluyendo editoriales muy ácidos del diario del Vaticano, L’Obsservatore Romano.

Y qué decir del año 1974, cuando todo apuntaba a que Nabokov o Greene eran los nombres que todos esperaban para llevarse el premio, pero se decidió que fuera para Eyvind Johnson y Harry Martinson, dos miembros de la propia Academia Sueca y que son universalmente conocidos por ser totalmente desconocidos fuera de su país.

Así que ya veis que la polémica y el Nobel de Literatura son dos amigos que se citan cada cierto tiempo, y que este premio a Bob Dylan se une a una larga lista de autores dados de lado, nombramientos extraños y elecciones políticas.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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