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Cómo leer un libro a la semana

AutorAlfredo Álamo el 6 de octubre de 2016 en Divulgación
  • A veces tenemos problemas para poder concentrarnos en la lectura.
  • Lo mejor es seguir una serie de sencillos consejos.

Persona cubriéndose el rostro con un libro.

Hay gente que devora libros uno detrás de otro, sin problemas. Libro que cogen, libro que leen, sea en el metro, en casa, haciendo cola en el médico, en un sofá, en la cama, de pie o volviendo del trabajo andando. Sin embargo, la mayoría de los mortales tienen dificultades para mantener un buen ritmo de lectura, porque la vida es complicada, extraña y con tendencia a la improvisación. Por eso hay que darle a veces un empujoncito a la lectura para ponérnoslo mucho más fácil. Y no, no es hacer trampas.

Deja siempre un libro donde te gusta relajarte.

Mantener un hábito es mucho más fácil que ir a salto de mata. Si cuando llegas de trabajar pasas un buen rato buscando el libro que dejaste a medias el día anterior, o bien te preguntas qué libro vas a leer a continuación, vas a perder un tiempo precioso. Deja siempre los libros en cola en el mismo sitio, donde te sientas cómodo. Luego será tan sencillo como alargar la mano y coger uno.

Lee lo que quieras leer, no lo que piensas que debes leer.

A veces todos tus amigos te dicen que no te puedes perder tal o cual libro, que está de moda y que te va a gustar. Pero muchas de esas veces, ese libro te va a aburrir de lo lindo. No te sientas obligado a leer algo solo por que esté de moda. Escoge los que te apetece leer y disfruta de la lectura sin presiones.

Sé flexible con tu tiempo libre.

El ocio del siglo XXI es muy amplio, tenemos videojuegos, cine, televisión, música, literatura, y disfrutamos mucho con todo ello. Pero lo cierto es que a veces estamos viendo una serie, o una película, y empezamos a aburrirnos. No hace falta que estemos perdiendo el tiempo con algo que no nos llena, sobre todo si tenemos un buen libro a mano. No es que leer sea mejor, pero es un comodín perfecto para aprovechar nuestro tiempo.

Deja el teléfono a un lado.

El tiempo que dediques a leer, que sea solo para leer. Si tienes el teléfono con las notificaciones activadas, es inevitable que acabes distrayéndote una y otra vez. Que si un correo, que si el Facebook, que si un meme en Twitter muy gracioso. Si tienes menos de una hora al día para leer y mirando el teléfono te pasas quince minutos, al final no avanzas y encima la lectura se hace más lenta y dispersa.

Mezcla tus lecturas.

No te empecines en leer toda la literatura del Siglo de Oro un libro detrás de otro. Procura no caer en los mismos registros una y otra vez, o te aburrirás pronto. Lo mejor es alternar géneros e historias que nos gusten y que nos proporcionen distintos estados de ánimo, ideas y propuestas. Hay que explorar y arriesgarse para disfrutar.

Lee todos los días.

Es una máxima que os hemos repetido en numerosas ocasiones. Leer todos los días proporciona el hábito regular que luego es fácil recuperar en cualquier momento. Sacar un rato, aunque sea veinte minutos, hace que tu cerebro siga pidiendo libros y más libros, haciendo un ejercicio de lo más saludable.

Vía: The Verge

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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