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Director de escuela afirma que Harry Potter puede causar enfermedades mentales

AutorAlfredo Álamo el 17 de mayo de 2016 en Noticias
  • Afirma que la literatura fantástica puede causar problemas en el desarrollo de los niños.
  • Prefiere que lean clásicos como Shakespeare.

Joven pelirroja con el pelo crespado y cara de loca.

Su nombre es Grame Whiting y es director de una escuela privada en Inglaterra. ¿Su preocupación? Que las frágiles mentes de los niños caigan en manos de una serie de autores que no piensan demasiado sobre qué están escribiendo, por no hablar de unos padres que no controlan lo que sus hijos leen. Según este educador, la literatura fantástica es una droga que puede conducir a que los niños se enganchen y necesiten cada vez más.

Dejando a un lado que ojalá fuera cierto que la literatura fantástica es capaz de enganchar con facilidad a los más jóvenes y hacerles leer sin parar (qué tragedia más extraña, ¿verdad?) lo cierto es que estas tesis, sin ningún tipo de estudio que las corrobore, no son más que una opinión sin contrastar, preocupante, eso sí, ya que viene desde un director de colegio. Desconozco las virtudes especiales para niños que se pueden encontrar en Shakespeare, que pone como ejemplo, que cuenta con obras claramente fantásticas, como La tempestad, o de una atrocidad salvaje, como Titus Andronicus, antes que en Tolkien o J. K. Rowling.

Pero el señor Whiting va más allá y propone que estos libros, lo de literatura fantástica, y cita a Harry Potter, El señor de los anillos, Los juegos del hambre o todas las novelas de Terry Pratchett, sólo puedan ser comprados con licencia, para evitar que sean los propios niños o adolescentes los que accedan a estos dañinos materiales. Por lo visto son demasiado baratos y su oferta muy abundante, lo que los convierte en la peor de las drogas del mundo intelectual.

Y es que este director de escuela no aprueba que los libros provoquen fuertes sensaciones, ya que es lo mismo que dar a los niños “cucharadas de azúcar” que los volverán adictos a un tipo de libros en los que hay autores que no ponen cuidado en lo que escriben y que pueden impulsar ciertas conductas erróneas.

La verdad es que no puedo evitar imaginar a decenas de chicos adictos a los libros fantásticos, robando y pidiendo en los barrios bajos para poder comprarse unos capítulos más de Juego de tronos, bandas de traficantes de literatura fantástica y un organismo dedicado a que sólo lean literatura juvenil certificada y aprobada por las autoridades sanitarias.

¿Y vosotros? ¿Sois adictos o ya os habéis quitado de la lectura de estos libros tan dañinos? Os esperamos, como siempre, en los comentarios.

Vía: The Guardian

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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