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El Brontë menos conocido

AutorGabriella Campbell el 11 de junio de 2011 en Divulgación

Branwell Brontë

Rara vez ha producido la historia una familia tan artística como la de los hermanos Brontë. Aunque los nombres que han permanecido en los anales de la literatura han sido los de las mujeres, las hermanas Anne, Emily y Charlotte Brontë, seguramente fue su hermano, el poeta y artista Branwell Brontë, el que tuvo la vida más acorde con el romanticismo de la época.

Patrick Branwell Brontë (1817-1848) fue el cuarto de los seis vástagos de Patrick Brontë y de Maria Branwell Brontë, y el único varón que tuvieron. Él y sus famosas hermanas (Anne, Charlotte y Emily) fueron los que sobrevivieron a la edad adulta, ya que sus hermanas Maria y Elizabeth fallecieron de tuberculosis a raíz de su estancia en el internado Cowan Bridge, una experiencia que compartieron las hermanas de Branwell y que fue reflejada por Charlotte en su aclamada novela Jane Eyre. Branwell, sin embargo, recibió su educación en casa, de manos de su padre. Además de una completa formación clásica, se especializó en pintura. El retrato más conocido de sus hermanas fue pintado por él, y en principio incluía su propia imagen, que fue eliminada más tarde (se desconoce si por él mismo o por su padre, y por qué razón). En su adolescencia se entregó también a los placeres de la escritura, creando con su hermana Charlotte el mundo imaginario de Angria.

Tras varios empleos de corta duración, entre los cuales Branwell comenzó a desenvolverse como poeta, finalmente consiguió un puesto estable como profesor particular del hijo menor del Reverendo Edmund Robinson. Mientras ocupó este puesto se enamoró perdidamente de la esposa de su patrón, Lydia Robinson, una mujer significativamente mayor que él. Es posible que esta Señora Robinson fuera la inspiración para la novela de 1963 El graduado de Charles Webb, que obtuvo gran reconocimiento gracias a su adaptación cinematográfica con Dustin Hoffman y Anne Bancroft en los papeles protagonistas y a una espléndida banda sonora de Simon and Garfunkel. Es muy probable que Lydia le correspondiera, y que Edmund Robinson descubriera su affaire, ya que en 1845 fue despedido sin explicaciones, aunque Branwell recibió posteriormente varias cantidades de dinero de Lydia.

La separación de Lydia nunca fue superada por el poeta y pintor, quien se entregó al alcohol y a los opiáceos. Mientras sus hermanas comenzaban a cosechar fama (buena y mala) gracias a la publicación de Cumbres borrascosas, Jane Eyre y La inquilina de Wildfell Hall, Branwell comenzaba a mostrar síntomas de tuberculosis, si bien nadie se percató de ello debido al mal estado de salud ocasionado por sus adicciones. Finalmente, falleció de manera inesperada en 1848. En ese mismo año murió su hermana Emily, y en mayo del año siguiente le llegó el turno a Anne.

Aunque de Branwell no se conserva gran cosa en lo que se refiere a su producción poética y artística, su trágica vida ha inspirado a bastantes novelistas y biógrafos. Ante todo, fue el gran favorito de sus hermanas, quienes con frecuencia lo consideraban colérico y narcisista pero a quienes sirvió, constantemente, de inspiración en sus obras como el clásico personaje byroniano tan popular en su tiempo.

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