Lecturalia Blog: reseñas, noticias literarias y libro electrónico 112.040 libros, 24.631 autores y 90.423 usuarios registrados

Los cuentacuentos globales

AutorAlfredo Álamo el 23 de septiembre de 2009 en Divulgación

Fuego palabra y voz

Érase una vez, en este mismo planeta, que toda historia, inventada o no, sólo tenía una forma de ser transmitida: de boca en boca, a través de gentes que memorizaban y recitaban tanto canciones como leyendas, algunos, los más mayores, ejerciendo de anclas para las tradiciones de un lugar, y otros, los más inquietos, llevando cuentos de un extremo del mundo conocido al otro.

Toda esa bonita historia se empieza a perder con la aparición de los soportes escritos, pero no es hasta que la alfabetización alcanza a grandes bolsas de la población que la oralidad como transmisión básica de la cultura comienza un declive imparable. Siempre he pensado que los cuentos, mientras se contaban en voz alta, seguían vivos, cambiaban y evolucionaban dependiendo del tiempo y el lugar en el que se narraran; una vez escritos y recopilados, se volvían fijos y estáticos como en una fotografía, perdiendo gran parte de ese vigor que los hacía especiales.

Sin embargo, el cuento narrado se mantiene vivo aunque algo aletargado. La mayoría de las veces como entretenimiento para niños, a los que la magia de la palabra sigue atrapando como si de un viejo hechizo se tratara, como si lo lleváramos escrito en la sangre. Para los adultos, la cosa se complica. En dura competencia con la cultura multimedia y del abrumador ocio actual, es difícil convencer a un público potencial para que confíe en un narrador solitario. Pero bueno, los tiempos cambian y si los espectáculos de monólogos triunfan, hay que tener en cuenta que en realidad es oralidad pura y dura la que nos ofrecen.

La labor de cuentacuentos, como ya hemos podido imaginar, es dura. Agradecida, sí, porque el contacto humano, la empatía que produce la acción y reacción inmediata de un grupo humano produce una sensación de euforia difícil de describir. Quizá por eso, por la dificultad y también por la voluntad de adaptarse a los medios acutales, ha surgido en la web la Red Internacional de Cuentacuentos, un portal donde se pretende agrupar a narradores de todo el mundo y también de dar soporte y consejos a una comunidad siempre a merced de la incertidumbre.

Me parece una buena iniciativa, nunca está de más crear una buena comunidad, aunque algunos aspectos, sobre todo, a mi juicio, el de lecturas recomendadas, fallan un poco. A la hora de indicar relatos sería una iniciativa increíble el contar con textos clásicos -ya libres de derechos de autor- o con historias cuya licencia otorgue libertad de uso (como por ejemplo una Creative Commons). Indicar libros y ediciones es un buen inicio, pero con material disponible e inmediato, la web sería mucho más interesante.

En un mundo en el que tanto la literatura, como la música y el cine se muestran estáticos y son tan fáciles de clonar, iniciativas como la del cuentacuentos se muestran únicas para cada representación, imposibles de copiar y de experimentar en casa. Quien sabe, quizá el espectáculo definitivo en el mundo de la tecnología sea la vuelta al contacto humano; al fuego, la palabra, y la voz.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

No se puede comentar esta entrada