Resumen y sinópsis de La pirámide inmortal de Javier Sierra
El gran misterio de la humanidad, la inmortalidad, es la piedra angular sobre la que giran los argumentos de la nueva novela de Javier Sierra, La pirámide inmortal, una versión revisada, actualizada y ampliada de su novela El secreto egipcio de Napoleón.Después de El maestro del Prado, Javier Sierra vuelve con más emoción, más sentimiento, más enigmas. Agosto de 1799. Un hombre ha quedado atrapado en el interior de la Gran Pirámide y se debate entre la vida y la muerte. Es el joven general Napoleón Bonaparte. En ese lugar, aislado bajo toneladas de piedra, está a punto de serle revelado un secreto ancestral que alterará para siempre su destino. Alquimistas, hechiceros, bailarinas egipcias, viejos maestros descendidos de las montañas y grandes personajes históricos competirán con él en la búsqueda del tesoro más preciado: la fórmula de la vida eterna.
Historia de dos adolescentes, narradas independientemente una de la otra que al final muy al final convergen dejando al lector ávido de mas lectura, ávido de mas vivencias en común entre ambos.
Bajo mi punto de vista el autor debería haberlos encontrado antes y hacer de este libro una historia bonita en un escenario dantesco.
Buena ambientación y como siempre en este autor gran trabajo de investigación de la historia que quiere novelar. Pero la trama en si es un poco extraña y recurre mucho al tema fantástico y paranormal para mi gusto. Engancha eso sí.
Una novela muy floja, con una trama que para mi resulta poco sostenible. He leído otros libros de este autor y creo que éste está muy por debajo del resto.
El argumento flojísimo para contar un episodio de la historia de Napoleón que al final resulta absurdo e increíble.
No conocía al autor, pero no creo que pueda volver a leer nada suyo.
Ha perdido una buena oportunidad de al menos aportarnos algún dato histórico de interés.
Prescindible.
Flojito, aburrido, no me ha convencido la historia, Napoleón ni nada.
Muy flojo. Aburrido. De lo peor del autor.
Leo "La pirámide inmortal", el libro que, escrito hace 12 años, Javier Sierra corrige y vuelve a publicar como "la más esotérica de mis novelas" y que, como todas sus obras anteriores, se lee bien y tiene una gran tarea de documentación pero en la que vuelve a forzar la utilización de pistas y argumentos que, sin añadir nada a la acción, desmerecen la verosimilitud de la trama. Así, si bien centra su obra en el mito de la vida inmortal y en la idea de que es preciso morir para resucitar después, podía haberse limitado a narrar la noche que Napoleón Bonaparte pasa del 12 al 13 de agosto de 1799 en la gran pirámide de Giza (para superar su prueba de valor, a modo de César y Alejandro) sin necesidad de mezclar a Yeshua (Jesús) en todo ésto, porque para conseguir su propósito, el autor hace dos farragosas argumentaciones a fin de justificar por qué se le ofreció la inmortalidad a Jesús sin ser rey (dice que María es de la tribu de Judá, hijo de Lia, la esposa repudiada de Abraham, que quedó preñada del mismo Dios y además tuvo otro hijo, Levi, padre de Moisés e iniciado en la religión de Isis) y a fin de justificar la presencia de una seductora mujer en la novela (dice que todos los resucitados han regresado gracias a la intervención de una mujer especial y en el caso de Yeshua, éste regresó ante la mirada de María Magdalena). Observo además que, si la palabra "ansiedad" no aparece hasta mediados del siglo XIX, ¿cómo puede -en el libro- preguntarse Napoleón si lo que le "ha derribado" ha podido ser una crisis de ansiedad?; que la palabra "karma" a pesar de provenir del sánscrito, tiene una etimología más moderna; que no está bien decir "intentó alejar su mente del miedo" sino "intentó alejar el miedo de su mente"; que es absurdo sostener el hecho de que la traición a Yeshua frustró su propósito de extender la vida eterna a toda la humanidad; que si es lógico que Omar va a matar a Fátima ¿por qué la prima le hace regresar al bar?,... A pesar de todo eso, es el libro del autor que más maduro me ha parecido, con un acertado "apunte histórico necesario" y unos oportunos saltos temporales, al que le doy un 2.