Resumen y sinopsis de El pequeño libro rojo del activista en la red de Marta Peirano
En tiempos de fascismo, todos somos disidentes. Y nuestras trincheras están en la Red.Bradley Manning es un soldado raso que no quiso aceptar los crímenes de guerra como daños colaterales. Julian Assange es un informático que ha decidido hacer un trabajo al que los grandes periódicos han renunciado. Edward Snowden es un técnico informático que, ante la evidencia de un abuso contra los derechos de sus conciudadanos, decidió denunciar. Los tres son ciudadanos ordinarios que, enfrentados a circunstancias extraordinarias, decidieron cumplir con su deber civil.El Pequeño Libro Rojo del Activista en la Red es un manual para proteger sus comunicaciones, cifrar sus correos, borrar sus búsquedas y dispersar las células de datos que generan sus tarjetas de red, en el caso de que, al igual que ellos, usted decida arriesgarlo todo por el bien de su comunidad.
No se que pretendía realmente la autora con este libro. Me explicaré. El pequeño libro rojo del activista en la red, oscila entre querer crear alama social y los manuales técnicos informáticos que parecen sacados de la wikipedia. Y no se cual de las dos partes me da más pena, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos tratando con un libro que no alcanza las 150 páginas.
La autora, Marta Peirano, era una absoluta desconocida para mi. Pero reconozco que no me interesan lo suficiente las lecturas sobre las nuevas tecnologías o la ciberseguridad, así que era lógico que no la conociera. Peirano es una escritora aceptable utilizando un estilo de escritura tipo divulgativo, es decir, sencillo, conciso y con una ejecución correcta. Todo eso se apoya en una prosa lenta, un poco liosa y con una ejecución correcta, un lenguaje funcional, plagado de tecnicismos no siempre bien explicados y unas descripciones bastante básicas. En este sentido, algunas imágenes hubieran ayudado a comprender mejor las instrucciones.
El pequeño libro rojo del activista en la red no es una lectura ligera. Es un manual para mantener bajo control todas tus comunicaciones evitando que mirones ajenos puedan leer tus mensajes, mails y demás. Pero antes de pasar a la parte técnica, la autora realiza una pequeña cronología y expone sus razones por las que es necesario controlar como y con quien hablas. En algunos casos puedes jugarte hasta la vida. Pero siendo sincera, a no ser que seas un espía, un CEO de una multinacional, un funcionario con acceso a informes clasificados, policía o afines, miembro del gobierno o periodistas con ganas de desvelar secretos truculentos, no entiendo por que debería cifrar mis mensajes, usando Tor y cuatro o cinco programas más para enviar una felicitación a mi tío Pepe. Con esto no quiero decir que sea un mal libro, pero obviamente solo ayudará a una pequeña parte de la población que necesita preservar sus mensajes o para los paranoicos que se piensan que todas las agencias de inteligencias les están siguiendo. Aclaro para la gente hipersensible. Es obvio que vivimos vigilados e incluso pienso que Google nos escucha. Pero de ahí a creerme que hay un fichero con mi nombre en el FBI, la CIA o similar hay un abismo. No me considero tan interesante ni tan peligrosa para los gobiernos. Al fin y al cabo, aunque el libro lo intente, no creo que la situación que estamos viviendo nos obligue a ser “disidentes”, por lo menos por ahora.
Definitivamente, El pequeño libro rojo del activista en la red, es una buena lectura solo si estás muy interesado en el tema. Si no terminas de tomártelo en serio o la informática no es lo tuyo, probablemente lo consideres pesado y farragoso. En cualquier caso, es una lectura curiosa a tener en cuenta en estos tiempos de hackers, numerosos delitos informáticos y un sistema político que puede convertirte en activista casi sin que te des cuenta.