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Ocho años han pasado ya desde que Vianne Rocher dejó el pequeño pueblo de Lansquenet. Aquella mujer que trajo al tranquilo pueblecito francés su "acostumbrado regalo de caos, sueños y chocolate" dicho esto en palabras de su otrora "enemigo" le curé Reynaud. En esta ocasión muchas cosas han cambiado, la sociedad, los hombres, el poder y la sociedad misma. Harris nos plantea una novela mucho más comprometida tocando sensibilidades, "aggiornadas" al mundo actual, a la Europa actual, a los fenómenos migratorios, al choque de ideas e ideologías, al encuentro étnico y religioso. A la intolerancia irracional de todas las partes, dejando siempre un lugarcito para el entendimiento entre los seres humanos de buena voluntad. Me ha gustado tanto o más que su predecesora, "Chocolat", por eso la recomiendo con mucho gusto.
Es un libro muy curioso, distinto de su primera parte, pero sin leer el primer libro creo que no se entenderá bien el segundo. Me ha gustado, la historia esta llena de sensaciones, secretos y misterio))