Resumen y sinopsis de Cuentos completos de Franz Kafka
La presente edición se propone brindar al lector la posibilidad de acercarse a los textos originales de los relatos de Franz Kafka, libres de las fusiones y «arreglos» arbitrarios a que los sometió su amigo y editor Max Brod tras su muerte, y que han circulado desde entonces en numerosas ediciones fragmentarias.
El volumen reúne todos aquellos escritos de Kafka que pueden ser incluidos en la categoría de «relatos» (sin excluir La metamorfosis, a pesar de su mayor longitud), «narraciones», «piezas narrativas», «poemas en prosa», «cuentos», o «fragmentos» traducidos a partir de los textos originales, sin filtros ni retoques, utilizando para ello los propios manuscritos del autor, y, cuando éstos no se han conservado, las ediciones autorizadas por Kafka.
El criterio primordial para elegir estos textos ha sido su pertenencia al mundo de la ficción, es decir, no incluimos escritos autobiográficos, como fragmentos de los Diarios, ni otros escritos, como la Carta al padre, en los que Kafka elabora claramente situaciones personales desde una perspectiva alejada de la literatura.
Esta edición, preparada con esmero y gran conocimiento por José Rafael Hernández Arias, ha sido posible gracias a la tendencia iniciada recientemente en los países de lengua alemana de publicar los manuscritos de Kafka en edición facsímil, y su ordenación cronológica nos ofrece un friso de la evolución creadora de este clásico del siglo XX.
Sobre Franz Kafka ya está todo dicho, aunque todo lo que se diga nunca será suficiente. Uno de los escritores más enigmáticos, y a la vez uno de los más influyentes del siglo XX, su obra entera gira en torno a obsesiones relacionadas con su propia vida, que se repiten a lo largo de sus escritos. En ellos, el ser humano se encuentra indefenso ante leyes que no comprende, o que han quedado reducidas a un mecanismo oscuro y sin sentido ni utilidad. La existencia se convierte en un “proceso” o juicio cuyas consecuencias suelen ser la deshumanizacion o la muerte del sujeto. A veces, Kafka es contradictorio, en él conviven el sentimiento de inadaptación y la conciencia de ser una “asimilado” en la sociedad, de ahí la búsqueda de la identidad y de la independencia en sus personajes, así como la preocupación por asuntos como la familia, las responsabilidades, y sobre todo, la figura paterna (“La condena”, “La metamorfosis” -su obra más representativa, narración angustiosa, surreal y desesperanzadora donde las haya-).
Sus relatos a menudo son fábulas, incluso protagonizadas por animales (“Chacales y árabes”, “Informa para una academia”), pero sobre todo son de un carácter onírico, ilógico, cual callejones sin salida (“Un artista del hambre”, “Un médico rural” -la viva descripción de una pesadilla-), de una prosa laberíntica e incluso complicada de seguir, pero siempre muy reconocible. Lo fantástico, en realidad, siempre se enmarca dentro de lo cotidiano, y la sociedad también forma parte del universo kafkiano (“Josefina la cantora o el pueblo de los ratones”, “En la colonia penitenciaria”, que parece anticipar los horrores de la guerra mundial y la peor cara del progreso tecnológico, “Sobre la cuestión de las leyes”...).
Como siempre en las ediciones completas de cuentos, el conjunto es irregular. A veces fragmentaria, inconclusa, la narrativa del checo se distancia de la linealidad y de la concisión (si no fuera así, no sería tan característica), pero pocos escritores se me ocurren tan universales, que sean todo un mundo en sí mismos.
Mi primer acercamiento a las novelas de Franz Kafka no podía haber sido más gratificante. Si bien es cierto que ciertos relatos me han parecido muy densos o, incluso, aburridos, la impresión general ha sido muy buena.
Desde mi punto de vista, la mayoría de los relatos que conforman el libro se pueden dividir, haciendo un simplificación, en varios tipos. Los más conocidos son sin duda, los que tratan del desarraigo familiar (la metamorfosis es, aunque llevado al límite, un buen ejemplo), los que hablan de leyes (Ante la ley), y los de temática onírica (el sueño, por ejemplo). Sin embargo, a mi también me gustaron aquellos en los que el autor, utiliza o describe objetos o paisajes cotidianos, dotando al relato de una sensibilidad excepcional. Destacar también aquellos relatos cuyos protagonistas son animales, aunque salvo excepciones (informe para la academia, chacales y árabes o Josefina) me parecieron largos y aburridos.
Resumiendo, ha sido un libro muy agradable pero con algunas lecturas demasiado densas e incomprensibles. Sin duda alguna volveré a leer más obras del autor.