Resumen y sinópsis de Tierra baja de Àngel Guimerà
Cuando Àngel Guimerà realiza Tierra Baja (1897) es un autor que tiene un mundo literario personal y que ya ha conseguido materializarlo con éxito a través de obras como Mar y Cielo (1888) y María-Rosa (1894). Tras las primeras representaciones, esta pieza teatral empieza a hacerse un camino que, con el paso de los años, la convierte en “mítica” y “clásica”.
“Mítica” porque, aparte de la simbología que el texto expresa, es indudable que el personaje del pastor Manelic se ha convertido en una figura que va más allá de su concreción dramática y ha dado forma a un referente de las letras catalanas. “Clásica” porque Àngel Guimerà sabe articular una creación teatral que conecta con preocupaciones e intereses humanos de alcance universal, que a cada lectura o representación nos sorprende en relación con la idea que nos habíamos hecho.
Intenso drama rural en el campo catalán, con tragedia final. Aunque algo predecible, se lee con agrado, especialmente cuando irrumpe en escena Manelic, el héroe de esta obra (hombre salvaje y rudo que viene de las montañas, aunque no menos noble). Éste se rebelará contra las trampas de su amo, ya que el terrateniente forzará a que se realice un casamiento ficticio con Marta, con el fin de salvar su hacienda. La idea central pues que subyace es el choque entre la montaña (personalizada en Menelic con toda su pureza salvaje) y el llano (lugar plagado de mentiras e hipocresía), muy bien reflejado en la obra.
Es una gran obra, muy completa y de una gran fuerza.
Obra teatral que me obligaron a leer en el colegio. Entretenida, una obra romántica muy fácil de leer.
Obra importante en la literatura catalana, casi se le podría denominar que es uno de los clásicos catalanes pero que se me hizo un poco pesado.