Resumen y sinópsis de La inquilina de Wildfell Hall de Anne Brontë
Tras muchos años de abandono, la destartalada y ruinosa mansión de Wildfell Hall es habitada de nuevo por una misteriosa mujer y su hijo de corta edad. La nueva inquilina -una viuda, al parecer- no tarda, con su carácter retraído y poco sociable, sus opiniones a menudo radicales y su extraña triste belleza, en atraerse las sospechas de la vecindad, y a la vez la rendida admiración de un joven e impetuoso agricultor. Pero la mujer tiene, en efecto un pasado... más terrible y tortuoso si cabe de lo que la peor de las murmuraciones es capaz de adivinar. Por la menor de las hermanas Brontë, una obra que no ha perdido un gramo de sobrecogedora intensidad.
Tenía un buen recuerdo de este libro a raíz de mi primer acercamiento a esta historia, a través de la serie de televisión y un primer intento de leer la novela en inglés.
Esta vez, sin embargo, no me ha terminado de gustar. A pesar de lo inusual de la historia y lo polémico que resultó en su momento, me parece que es muy conservador. Rezuma religiosidad en cada una de sus páginas, resultando agotador. El final es una explosión de puritanismo, sacrificando la escasa pasión que podíamos encontrar en la historia de amor.
Es la primera vez que creo que una adaptación televisiva supera el material original.
Adictivo de principio a fin. Lo empecé con ciertas dudas, pero luego ya no lo pude soltar. Esa intriga al comienzo, ese secreto que poco a poco nos va revelando cada página del diario de Helen, esa historia de amor, desilusión, amargura y sufrimiento... Con una protagonista realmente admirable, capaz de soportar lo peor y de valerse por sí misma, sin importarle lo que la gente piense de ella. Creo que el mensaje de esta novela está muy claro: los vicios no traen nada mas que desgracias, y depende de uno mismo hacerles frente y librarse de ellos.