Resumen y sinopsis de El proceso de Franz Kafka
Una mañana cualquiera, Josef K., joven empleado de un banco, se despierta en la pensión donde reside con la extraña visita de unos hombres que le comunican que está detenido -aunque por el momento seguirá libre-. Le informan de que se ha iniciado un proceso contra él, y le aseguran que conocerá los cargos a su debido tiempo.
Así comienza una de las más memorables y enigmáticas pesadillas jamás escritas. Para el protagonista, Josef K., el proceso laberíntico en el que inesperadamente se ve inmerso supone una toma de conciencia de sí mismo, un despertar que le obliga a reflexionar sobre su propia existencia, sobre la pérdida de la inocencia y la aparición de la muerte.
La lectura de El proceso produce cierto «horror vacui» pues nos sumerge en una existencia absurda, en el filo de la navaja entre la vida y la nada.
Max Brod, amigo, editor y albacea literario de Kafka tras su muerte, conoció la existencia de la obra en 1914, pues Kafka, según su costumbre, le leyó algunos pasajes. Desde un primer momento quedó fascinado por la fuerza de la historia, por lo que insistió, como en otras ocasiones, en que se publicara, contra la habitual reticencia de su autor. Tras la prematura muerte por tuberculosis de Kafka en 1924, y a pesar de que el autor había manifestado en una nota su deseo de que todos sus escritos fuesen destruidos sin ser leídos, Max Brod decidió publicar El proceso años después. La presente edición recoge el texto íntegro y la ordenación de Kafka sin los expurgos y arbitrariedades de las primeras ediciones de Max Brod.
Ha participado en esta ficha: Candalf1989
Teniendo en cuenta el carácter inacabado y fragmentario de la novela, con unas partes que pueden ser mejores y otras peores, o un criterio de edición discutible, estamos ante una obra imprescindible y de una enorme capacidad de sugerencia.
Puede decirse que Kafka es, ante todo, un visionario de la modernidad y que en su trabajo se pueden encontrar geniales intuiciones; el individuo despersonalizado, deshumanizado, a tientas por un mundo que no entiende. Marcado por una lógica que no tiene sentido alguno, o que tiene uno propio, pero inescrutable. La vida la gobiernan unas fuerzas arbitrarias contra las cuales apenas puede hacerse nada, y lo que debería ayudar, ponerse al servicio del ciudadano, es precisamente su peor enemigo, el más hostil e implacable. Nace, por lo tanto, la paranoia, la desconfianza ante lo real. La descripción viene cargada de detalles incómodos y fuera de lugar, de entornos físicos y arquitectónicos agobiantes (habitaciones, buhardillas, callejones...), irrespirables, conforme a una realidad que se nos ofrece distorsionada.
El protagonista quiere terminar rápido con un proceso que comienza siendo una simple contrariedad, una molestia o quizá una equivocación, pero ese proceso acabará invadiendo y dominando por completo la vida del procesado hasta las últimas consecuencias, destruyéndole. La existencia es un proceso que lleva en sí una condena, una condición penosa que sobrellevar como buenamente se pueda, antes que algo que pueda solucionarse de manera definitiva. El proceso y la sentencia terminan por ser una sola cosa, independientemente de la culpabilidad o inocencia del acusado.
Josef K. es un miembro respetable de su comunidad, y productivo, que goza del éxito profesional. Alguien completamente normal y anónimo, e ingenuo (inocente, en este sentido). Pero experimentará el peso de una culpa que no le corresponde. El desarrollo de la trama se asemeja al de una comedia grotesca y de enredos, conforme se suceden los encuentros y las situaciones absurdas, los diálogos al borde del galimatías, y desfilan ante K unos personajes degenerados, a menudo egoístas, interesados; desde los corruptos subalternos que lo detienen (quienes, por cierto, son igualmente víctimas de un castigo atroz) hasta los pretenciosos abogados que teóricamente auxilian a los necesitados. Y no sólo en la esfera jurídica, pues también hay ejemplos de nepotismo, picaresca, arribismo laboral, de relaciones emponzoñadas, más propias de animales que de personas. Las mujeres, por cierto, aparecen retratadas más bien negativamente, como seres a menudo engañosos, tentadores y significativos de cierta lujuria.
El silencio, el desconocimiento de lo que realmente está ocurriendo, del funcionamiento del sistema y de las consecuencias de realizar una acción u otra, lo opaco de unas instituciones judiciales que conforman en sí mismas un submundo de siniestros mecanismos… son los medios para mantener y para ejercer cruelmente el poder y el miedo; un poder que se extiende y del cual todos participan en mayor o menor grado. Por último, una fábula en torno a esa ley inaccesible pero omnipotente, de moraleja discutible o inexistente, pero que podría condensar el significado último de la novela.
Libro no apto para todos los públicos debido a su complejidad. Es recomendable para entender esta obra tener un conocimiento previo sobre la vida de Kafka, ya que está plagado de símbolos. El protagonista sufre una acusación absurda: no sabemos el motivo y además hace su vida normal trabajando en un banco, pero la misteriosa acusación le va afectando interiormente. Se nota que el autor trató de reflejar lo enmarañada que puede llegar a ser la ley para el ciudadano, con una clara asimilación a la figura autoritaria de su padre. A pesar de reconocer esto no me acabó por satisfacer esta historia.
El adjetivo "kafkiano" se inventó por algo: extraña, claustrofóbica, inquietante, misteriosa... Es difícil definirla, por eso lo mejor que uno puedo hacer es leer esta inclasificable obra del gran Kafka.
Difícil de catalogar. La relación con esta novela es de amor-odio, atracción-repulsión, con capítulos adictivos como el guardián y otros cuya lectura requiere mucho esfuerzo como el del abogado, si bien lo achaco a mis limitaciones como lector. Muy surrealista y con un final demoledor. Totalmente recomendable y muy buena la edición en la que indica pasajes tachados por el autor y al final pone fragmentos, ya que hay que recordar que no está totalmente concluida.
Muy recomendable su lectura.
Cuando se dices que algo es Kafkiano es esto, el proceso.
Un libro al que le hace plena justicia el adjetivo "kafkiano": Opresivo, asfixiante, absurdo y desolador. Para lectores ocacionales puede resultar denso, pero para quienes gusten del autor o de buscar metáforas o segundas lecturas en una obra literaria, es recomendable.
Asfixiante, absurda y claustrofóbica; tal vez no hay una mejor definición que describa esta novela, que a través de sus innumerables laberintos logra transmitir una sensación de desesperanza pero también consigue hacer una crítica muy bien lograda de uno de los grandes poderes de la sociedad de la manera que lo sabe hacer éste autor. Una lástima que esta historia quedara inconclusa pero un acierto de Max Brod de no cumplir con una de las voluntades de Franz Kafka.
No me resulto sencillo terminarlo. Pero es un muy buen libro, yo diría que es el punto álgido de Kafka en su prosa.
¿Qué pretendía transmitir Kafka (pues a buen seguro podemos asegurar que el relato no está exento de intenciones) en este por momentos incomprensible manuscrito? Según genios como Saramago, el conflicto con el padre. Puedo coincidir, más allá del prejuicio ya creado tras la opinión de aquél, en ello; el desconocimiento del castigo, de sus razones, pasando de la desidia en la más encarnizada lucha en demostrar la inocencia, aceptando la culpabilidad aun sin haberla aprehendido… pero, también, no puedo evitar pensar, especialmente en la primera parte, en el Estado; más concretamente, en su burocracia. Como digo, en su primera parte, la historia parece relatar la relación de K con un ente que ni conoce, ni puede conocer en toda su amplitud; no obstante, se introduce finalmente en todas las facetas de su vida, en principio sin causa, terminando con convertir a K en un guiñapo, subsumido mental y psicológicamente al "proceso", del que no puede escapar y al que debe volver e, incluso, entregar su vida. Saramago acertará más en las intenciones de K, pues se basa no solo en "El proceso", sino también en la turbulenta vida del autor. Sin embargo, estimo que mi apreciación podrá ser perfectamente válida para otros, y compatible con la anterior. Un libro peculiar, como pocos.
Una novela absurdamente maravillosa.