Resumen y sinopsis de Carta al padre de Franz Kafka
Escrita en 1919, la carta de Franz Kakfa a su padre expresa sentimientos de inferioridad y acusa un cierto rechazo paterno. Pero no se puede tomar esta carta como un relato completamente autorreferencial ni como un mensaje real a su padre. Tanto es así que su amigo íntimo y editor póstumo, Max Brod, no la incluyó en el volumen dedicado a su correspondencia, sino en el que reúne sus escritos literarios. "Como la carta nunca llegó a su destinatario -se justificó Brod-, no cumplió la función de una carta". La decisión lo cambia todo: acompañada de textos ficcionales, la violenta misiva pierde en parte su carácter de documento autobiográfico. A este criterio tiene que haber contribuido el hecho de que Kafka pasó (o hizo pasar) a máquina el manuscrito e incluso llegó a corregir la versión en limpio, cuidado reservado exclusivamente a los relatos que serían dados a la imprenta. Incluso Brod sostiene, en su propia biografía, que el padre de Kafka no era el tirano que pinta su hijo, una razón más para leer esta carta con mucha cautela, con mayor predisposición a leer literatura que no ficción.
Han participado en esta ficha: bclaudia Almaga
Siempre es interesante encontrarse estos relatos tan íntimos de los grandes escritores, a nosotros como lectores nos ayuda a entenderlos más como personas, es ese tipo de lecturas que cuando terminas te dan ganas de aplaudir, no deja de resultar interesante que su padre nunca leyó dicho documento.
Primero que nada, la valoración es simbólica, ya que no se trata de una historia al uso; ya el título lo dice todo. Una carta que transmite la tristeza y, sobre todo, la culpabilidad que siente su autor respecto a la relación con su padre. La obra es un entrada al mundo interior de Kafka y, a modo personal, muy importante para comprender toda su obra literaria.
Desconsolador, real, transportador e inquietante.
Es una carta eterna a un padre de características reales e intemporales, quizá el contrario de lo que quiere decir el autor al comienzo y de allí el magnífico contraste con el fin.
Inesperadamente claro de leer tratándose de una supuesta descripción psicológica que logra su cometido por medio del relato de momentos que en primera instancia transportan y en su cierre nos dejan un fragmento más del enigma que es su padre.
Un buen libro para leer en unos viajes de tren ya que es de fácil inmersión en el trama y se lee sin problemas.
Brutal, este texto parecía que describía mi relación con mi padre. En momentos sobrecogedora, yo siento que si mucha gente leyera esta obra podría fácilmente hacerse un psicoanálisis sin ir con un perito en la materia. Por haber logrado convertir una trayectoria de vida (la de Kafka) en un modelo susceptible de ser acomodado a la propia experiencia, esta obra merece mi mayor aprecio.
Queda claro leyendo la carta que Kafka era un personaje atormentado. Leí que la madre impidió que el padre la leyera; desde luego le ahorró un disgusto.
Intensa, triste y dolorosa, nos permite ponernos por un rato en la piel del autor y vivir la tormentosa relación con su padre. Indispensable para entender sus obras y el porqué de sus asfixiantes temáticas.
Una descarga de sentimientos honesta que Kafka escribe a su padre. Tras su lectura, rescato fundamentalmente el hecho de entender un poco más cual era la imagen que tenía el autor de su padre, ya que esta relación fue tan importante para Franz que sus obras más reconocidas tienen como eje principal el complejo sentimiento producto de ella: "El Castillo" resulta un ente inaccesible y extraño para el protagonista de la novela; en "El Proceso" el sentimiento de culpa gratuita e injustificada persigue al Señor K. hasta el final.
Lo comencé a leer sin esperar tanto de la carta. Pero a medida que transcurrían las primeras palabras me sorprendió. Un texto que nos hace pensar y reflexionar sobre como se sentía Kafka en aquellos momentos y, quizás, ponernos un poco en la piel del autor. La verdad que muy bueno, recomendable.
Este es un documento muy bueno para acercarse a la vida del autor. Acá Kafka escribe sin metáforas ni simbologías engorrosas. Es su alma puesta ahí, sus angustias, temores y pensamientos sobre la figura paterna. Está muy bien escrita, pero en vista de tratarse de un documento personal y "privado" no tiene por endes motivaciones ni fines literarios. Así hay que verlo y no esperar una "trama" ni cosa parecida.
Es sin duda alguna atrapante el desenfado que Kafka manifiesta en las pocas líneas que contiene el libro, fascinante como puede revelarse en el subconsciente del lector las emociones que inspiraron la escritura de la obra.