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¿Cuál fue el primer libro ilustrado para niños?

AutorAlfredo Álamo el 8 de junio de 2018 en Divulgación
  • El Orbis sensualium pictus fue publicado en 1658.
  • Se trata de una obra educativa.

Ilustración interior del Orbis sensualium pictus.

El concepto de literatura infantil se hace difícil de definir a medida que nos remontamos en el tiempo, ya que la idea de los libros especialmente escritos para los más pequeños era algo muy poco extendido en la Edad Media, por no decir que resultaba excepcional. Los libros eran libros y punto, y se accedía a ellos con mucha dificultad. La creación de algo tan costoso como era un libro solo para niños casi ni se planteó hasta el siglo XVII.

Esto no quiere decir que no hubiera cultura oral dedicada a los niños, o que algunos autores no escribieran alguna obra. Habría que destacar que en el siglo VII apareciera Beda el Venerable, un monje benedictino que escribió algunos textos didácticos, igual que otro religioso, Aelfrico de Eynsham en el siglo X. Su objetivo era llegar a los más pequeños para comenzar su educación, pero no era algo muy habitual, como ya hemos comentado.

Ya en el siglo XVII la diferencia entre niños y adultos se fue haciendo más evidente a nivel educativo y cultural, sobre todo gracias a teorías humanistas y filosóficas como las de John Locke, pero también religiosas: todos coincidían en que los niños eran influenciables y una pizarra en blanco sobre la que imprimir moral, conocimiento y conducta.

Así pues, comenzaron a aparecer libros didácticos y religiosos en busca de dotar a los niños de las buenas costumbres, adaptando las situaciones y el lenguaje a su edad, dejando a un lado los pesados textos canónicos. No eran libros tan grandes y elaborados como los dedicados a los adultos, ya que se buscaba un precio mucho más bajo, siendo apenas unos cuantos folios doblados y cosidos.

A mediados del siglo XVII se produjo un cambio generalizado. Charles Perrault recopiló un buen número de relatos, igual que en Italia se terminaba el Pentamerón, con numerosos relatos de cuentos de hadas. Quizá en origen no estuvieran pensados como obras plenamente infantiles, pero la propia sociedad de la época decidió que así lo eran. Ese fue el primer paso y que desembocó en obras como el Orbis sensualium pictus.

Este libro, obra del checo Jan Ámos Comenius, apareció en 1658 y podríamos decir que es uno de los primeros libros, si no el primero, en estar orientado plenamente a un público infantil, ilustrado pensando en ellos y publicado con toda la intención de servir como libro didáctico y pedagógico. Aquí estaríamos hablando del primer libro ilustrado infantil plenamente consciente de su papel cultural. Como curiosidad, acaba de ser publicado por Libros del zorro rojo, en una preciosa edición.

Es un libro de carácter enciclopédico, centrado en ciencias naturales y sociales, alejado pues -todo lo que puede ser un libro de la época-, del mensaje moralista y religioso. Contiene 150 xilografías que ilustran sus capítulos y está escrito en latín y alemán, aunque pronto aparecieron traducciones al inglés, el italiano o el francés. Durante casi un siglo fue considerado como uno de los libros educativos más importantes del mundo, y toda una revolución en el mundo de la pedagogía.

En cuanto a los libros de ficción ilustrados, habría que esperar al siglo XVIII para encontrar ediciones preciosistas de textos como los Cuentos de los Hermanos Grimm, o quizá el A Little Pretty Pocket-Book de John Newbery, una recopilación de relatos ilustrados de John Newbery, uno de los pioneros del género en lengua inglesa y en cuyo honor se concede la Medalla Newbery, uno de los premios de literatura infantil más importantes del mundo.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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