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¿Qué pasará con tus libros cuando mueras?

AutorAlfredo Álamo el 29 de marzo de 2018 en Divulgación
  • Una biblioteca personal forma parte de una vida.
  • Que tus libros no acaben nunca en la basura.

Biblioteca personal iluminada con numerosas bombillas.

Todos los que hemos acumulado una biblioteca personal, poco a poco, con esfuerzo, consiguiendo esos libros que tanto significan para nosotros, sabemos que forma parte de nuestra personalidad, de nuestra vida. Las estanterías llenas de libros hablan de nosotros, son una construcción querida y necesaria. Pero ¿qué pasará con esos libros el día que ya no estemos? ¿Has pensado qué hacer con ellos para que no desaparezcan sin más?

No os voy a engañar. Cuando alguien muere se inicia un complejo procedimiento legal en el que intervienen, normalmente, varias partes. Os sorprendería, si es que sois muy amantes de vuestros libros, que, en muchas ocasiones, los libros son la primera cosa en salir por la puerta de una casa. A veces, si hay suerte, los recoge una librería especializada en segunda mano, los tasa -a muy bajo precio-, y se los lleva para que vuelvan al ciclo de la compraventa. En otras ocasiones, los libros acaban en la basura, ya que nadie se quiere hacer cargo de ellos, ni del trabajo de llevárselos.

En el caso de que tengáis algunas joyitas literarias, libros con algún valor bibliófilo determinado o ediciones de lujo, sería interesante que llevarais un cierto registro. No es la primera vez que algunos libros que podrían permanecer unidos como un legado, o un regalo para los familiares, acaban perdidos o mal tasados.

Lo mejor, claro, sería que encontrarais a alguien que quisiera hacerse cargo de los libros. Si es dentro de la familia o de vuestro núcleo de amigos, mejor. Déjalo por escrito, bien haciendo testamento o como parte de tus últimas voluntades. Si no tienes una biblioteca con volúmenes valiosos, no es habitual que tengas problemas en que alguien se quede los libros.

En el caso de que no haya nadie especialmente dispuesto, lo mejor es dejar claro que quieres dar los libros a una biblioteca pública que acepte donaciones. No hay muchas, tendrías que escoger una con antelación. ¿El problema? Que no suelen ir a vaciar una casa y pueden rechazar los libros. Otra opción es la de donar a una ONG dedicada a la educación. Si es una buena cantidad de libros, sí que suelen acudir a recogerlos.

Es una lástima que se pierda la unidad de una buena biblioteca. Creo que todos esperamos que esa unidad que creamos con el tiempo se convierta en un legado para alguien que sepa ampliarlo y completar los huecos que faltan, añadiendo una nueva capa de libros.

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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