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The Isolator: la invención más extraña para ayudarte a escribir

AutorAlfredo Álamo el 1 de julio de 2015 en Divulgación
  • En 1925 el pionero de la ciencia ficción Hugo Gernsback presentó su invento.
  • The Isolator permitía al autor aislarse por completo del mundo.

Portada de Sciene and Invention con el invento del Isolator.

Hugo Gernsback no era un simple escritor de ciencia ficción, no, es considerado como uno de los pioneros del género, a la altura de Wells o Verne, y, además de su pasión literaria, también se hizo conocido por su trabajo como inventor. Los grandes premios de la ciencia ficción, los Hugo, se conceden, precisamente, en su honor. Pero hoy no venimos a hablaros de sus cuentos -aunque algún día analizaremos Ralph 124C 41+, su obra más influyente, sino de una de sus invenciones: The Isolator.

En 1925, Gernsback publicó en la revista Science and Invention uno de sus inventos más curiosos relacionados con la escritura, The Isolator (el aislador). Por lo visto, Gernsback sufría de demasiadas distracciones a la hora de escribir, el entorno a su alrededor no era lo suficientemente neutro como a él le gustaba. Así que decidió crear un dispositivo que lo aislara del mundanal ruido y que además le permitiera escribir a mano sin problemas. El resultado fue The Isolator.

Esta especie de campana de buzo aislaba de tal manera al escritor que incluso tenía que recibir el oxígeno desde una fuente externa, como si realmente estuviera bajo el agua. En cuanto a su campo de visión, sólo disponía de dos lentes, con lo que era imposible concentrarse en otra cosa que no fuera la escritura.

Gernsback diseñó y construyó el Isolator, no es sólo una prueba de concepto, pero no está muy claro cuánto tiempo llegó a usarlo, sobre todo porque, al parecer, había que estar muy pendiente del oxígeno y daba un horrible dolor de espalda.

Pero el genio de Gernsback para eliminar las distracciones y, por ejemplo, quedarse dormido mientras trabajaba no se quedó en el Isolator, ya que también presentó otro gran invento para la época, el Nap Zapper (que yo traduciría como el Calambre Siesta) que consistía en un aparato capaz de mandar de manera regular pequeños impulsos eléctricos al escritor a través de la silla, para estimular las células nerviosas que se hubieran entumecido. ¿Su objetivo final? Eliminar el sueño por completo.

Imagen de Science and Invention, bajo licencia CC-BY 2.0

Alfredo Álamo

(Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas. Actualmente es el Coordinador de la red social Lecturalia al mismo tiempo que sigue su carrera literaria.

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