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He leído una muy buena novela. Comprometida, audaz, vibrante de principio a fin. El autor juega con distintas historias con las cuales transporta al lector a sitios y situaciones extremas e indirectamente terminan estimulando y poniendo en tela de juicio, muchos de nuestros preconceptos y valores tan arraigados a lo largo de décadas y décadas. El autor no emite juicio de valores, eso quedará a cargo de nuestro saber y entender como observadores pasivos de la trama. En lo personal, la vida indígena del Brasil profundo, el mundo de la droga y la adicción en sus detalles mas íntimos, junto al teje y maneje del poder político son de los puntos mas álgidos que me movieron el piso de mis pensamientos y prejuicios.
El mundo de Athanasius Kircher ya es harina de otro costal. Tan alabado como defenestrado, este erudito jesuita del siglo XVII fue sin dudas todo un personaje. Su apasionante historia es contada en profundidad por el autor, siempre acompañado del toque de humor justo y respetuoso. Kircher termina conformando en definitiva ese nudo gordiano, esa llave y candado, que ligará todas estas cautivadoras historias.
Un libro largo de leer pero sin desperdicios.