Jezabel
Irène NémirovskyReseña de Jezabel
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Una sola pincelada, una sola línea de Nemirovsky basta para revelarnos el carácter de un personaje. Leer Jezabel fue como si estuviese frente a la pantalla del televisor viendo una telenovela, una muy buena telenovela. Debo decir que me encanta su estilo, preciso, mesurado y profundamente emotivo.
Esta novela reúne una serie de características que hacen de ella una obra excelente. Es, ante todo, una buena historia, verosímil, original y con una importante dosis de suspense que incita al lector, ya desde las primeras páginas, a seguir avanzando en la lectura. Pero es que, además, Irène Némirovsky, con su personal estilo, aparentemente sencillo y de frases cortas pero contundentes, hace un magistral retrato psicológico de sus personajes (especialmente de la protagonista, Gladys Eysenach, una mujer obsesionada por gustar y seducir a los hombres y a quien aterra envejecer), dota al argumento de una enorme carga dramática, y escenifica a la perfección ese torrente de pasiones que tan bien plasma la novela.
A pesar que la novela tiene como disparador la instancia de un juicio, éste no es el tema central de la misma. Con increíble maestría la autora plasma su aguda mirada acerca de la obsesión que una poderosa mujer tiene con la juventud eterna. Invita a la reflexión, ya que si bien fue escrita hace casi un siglo atrás, los paralelismos con los patrones actuales son inevitables a la vez que estremecedores.
Según la Biblia, Jezabel era la encarnación misma del mal y la protagonista de este libro, Gladys, hace lo que sea necesario para que no se descubra su edad y perder así el favor de los hombres. Es el deseo de la eterna juventud. La autora describe un mundo demasiado frívolo y superficial, el de la alta sociedad francesa de antes y después de la Primera Guerra Mundial. Como todas las novelas de esta autora, ésta también es de fácil lectura. Comienza con un juicio a la protagonista y con un ritmo trepidante se desarrolla el resto de la historia -que no es una investigación- hasta descubrir al final el enigma de un asesinato. Entretenida.
La historia comienza durante el juicio por un homicidio, la acusada, la protagonista. El resto del libro, no es una investigación sobre el crimen, lo que cuenta, es la vida del personaje principal (muy particular, por cierto). Más no se puede contar. La prosa y el punto de vista de la autora, se disfrutan por igual.